Las visitas de Ivette eran frecuentes, mi tío siempre debatía si quería quedarse o no, hasta que al final de vez en cuando se unía a cocinar con nosotros, cada noche aprovechaba para poner en práctica todas las bebidas que Larabi conocía, lo cual era un poco sencillo ya que mi tío e Ivette me traían constantemente ingredientes.
Una noche mi tío entró por la puerta soltando sobre la mesa en la que estaba sentado un par de documentos. Entonces me miro a los ojos.
¿Te gustaría empezar tu propio negocio?
Eso es imposible – replique sin dudar – no tengo dinero, no tengo trabajo para obtenerlo, no sé nada sobre los negocios.
Eso no es lo que te pregunte – me contestó mientras miraba las páginas de los documentos - El local que tienes debajo está en buenas condiciones tiene casi todos los servicios aún funcionando, pero por alguna razón aún no se ha rentado. Es prácticamente un espacio vacío que no genera nada.
¿A qué quiere llegar?
A que quizá estaba en espera de alguien como tú que le diera un buen uso. Ivette está convencida que tienes talento y habilidad. Incluso yo lo he visto con mis ojos. He visto tu expresión cuando preparas algo en la cocina. Simplemente te estoy dando una oportunidad. ¿La tomaras?
Tras formular su pregunta, me acercó un bolígrafo que rodó por la mesa hasta donde yo estaba. “Debería Intentarlo, ¿no?”. Después de todo si fallamos o me voy, Larabi seguirá siendo querido por su tío ¿verdad? Acerque mi mano hasta el bolígrafo.
¿Qué debo hacer? – pregunté ahogándome en nervios
Mi tío sonrió de nuevo, entonces se sentó a mi lado – Déjame enseñarte.
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