“Izan está aquí, no te preocupes él está bien, lo vigilaré por ti está noche”, su mensaje llegó casi instantáneamente. “Mi esposo me dijo que no estaba cuando llegó a casa , así que estaba por salir a buscarlo, Agradezco que este bien, puedo ir por él si quieres”, viendo la preocupación en el mensaje decidí contestar “ esta bien Ivette, no es problema, puede quedarse aquí si lo desea, si decide volver a casa, lo llevaré yo mismo”, una última notificación puso fin a la conversación “Gracias Lari”
La noche siguió su rumbo hasta que la gente comenzó a irse poco a poco, cuando fue tiempo de cerrar, fui a la cocina, ahí estaba Izan, recargado sobre Reina quien estaba ya dormida sobre su cama.
-Izan, es hora de cerrar – le dije mientras le movía un poco con el pie.
Izan despertó pronto – ¿Qué hora es?
-Casi las 4 de la madrugada. ¿Quieres que te lleve a casa?
-No, yo estaré bien, buscare un lugar donde dormir. – él seguía sentado en el suelo. Quizá analizando sus opciones, vi que revisaba un poco su bolsillo, lo que imagine que significaba que no tenía dinero.
-Si tu quieres puedes quedarte conmigo y Reina por hoy – no podía obligarle a ir con Ivette y me sentiría culpable si lo dejaba solo ir así.
-No quiero estar contigo, pero me gustaría quedarme con Reina – dijo mientras despertaba a Reina cuidadosamente.
-Bien, entonces vamos.
Lleve a ambos a mi departamento, Izan entró mirando todo alrededor, poniendo sobretodo gran atención en el rincón de Reina, fui a mi habitación, saqué algunas almohadas y cobijas y prepare el sofá, Izan solo me miraba de vez en cuando, parecía un niño asustado ya que no se separo de Reina en ningún momento, entonces recordé que Izan había estado fuera todo el día, “me preguntó si habrá comido algo”. Fui directo a la cocina y prepare algo de comida. Cuando todo estuvo listo, le llame a ambos a la mesa.
-Prepare algo de cenar, a Reina y a mi nos gusta comer mientras miramos televisión.
Los ojos de Izan se habían clavado en los aperitivos de papa que prepare, por su mirada era obvio que no había comido en todo el día, acerque a él también un cuenco con algo de pollo frito y a Reina acerque el pollo hervido que tanto le gustaba. Empecé a comer sin darle tanta importancia para evitar que se sintiera incomodo.
-¿Por qué haces esto? – me preguntó
-Supuse que tendrías hambre y yo no he comido nada desde la tarde.
-No me refiero a la comida, ni siquiera me conoces bien, podría ser un ladrón o algo peor.
Voltee a verle, luego tome un bocado enorme de comida – La confianza que tiene Ivette en ti, para mi es suficiente. Habla mucho de ti en estos días, “el es tan asombroso” “puede resolver hasta los problemas mas difíciles” “Nadie puede igualarlo”, pero supongo que no lo dice a menudo por que le da vergüenza que la escuches. El mes pasado hizo horas extra para poder enviarte la chaqueta que estás usando ahora , dijo que era perfecta para ti. Y la semana pasada incluso busco un apartamento más grande para mudarse y que tuvieras un cuarto propio cuando la visitaras. Tienes suerte.
-Ivette…
-Se que ahora es complicado para ti, y se que parece que estas solo, pero no es así. Ella realmente se preocupa por ti. Lo que sea que quieras hacer ella va a estar contigo y si es necesario también buscaré la forma de ayudarte, después de todo le gustas mucho a Reina. Solo tienes que ser valiente, al menos por unos minutos.
Izan tomó un bocado tras otro, le deje de mirar pero podría jurar que le escuche sollozar un poco. Cuando íbamos a dormir, Izan se fue directo al sillón, así que lo detuve.
-¿Qué haces? – le pregunté
-Estaba a punto de ir a dormir – me dijo señalando el sillón
-Eso es para mí, tu dormirás en la habitación
Sus ojos se abrieron como platos – No, no es necesario, tu has trabajado todo el día.
-Esta bien, créeme, después de todo eres mi invitado, así que toma la cama. – dije mientras me recostaba en el sillón.
-Yo…
-Ah y llévate a Reina contigo ella duerme en la habitación.
Izan obedeció sin decir una palabra, Reina lo siguió alegremente. Me quedé a solas en la sala, el sofá si que era cómodo más que en donde dormí cuando Larabi vivía en la ciudad. Es verdad, Izan era un poco parecido a Larabi, ambos eran presionados por sus padres, pero al menos Izan tenía una hermana con quien creció y lo quería mucho.
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