-Os… ¡Os! - dijo un oficial que iba al lado de Oslac en la montaña. Era el mismo oficial conversador de la tarde. Oslac estaba distraído pensando en Zahara e Isaac. - ¡Ey! ¡Concéntrate oficial! Esta es una de esas misiones de riesgo. No me digas que nuestra “Arma Andante” está nerviosa ¿Acaso es la primera vez que haces una misión de este tipo?
-Desde luego que no es la primera vez. Solo no pensé que nos asignaran estas misiones tan rápido, estuvimos aquí apenas hace unas horas.
-Ahh, ya veo.. A veces envían a otros oficiales a hacer el trabajo pero siempre dejan a uno o dos que hayan estado en la misión de la tarde. Isaac normalmente se ofrece a liderarlas y para el resto de nosotros es opcional.
-¿Es decir que los demás pudieron haberse negado a venir?
-Si claro, pero debían haberlo dicho apenas llegamos al clan. De todas formas ¿quién lo haría? Se vería deshonroso ¿no crees? Nadie quiere parecer un cobarde y menos enfrente de los demás oficiales.
El oficial tenía razón, era hora de concentrarse en la misión. No todos los presentes pertenecían al grupo G, pero la mayoría definitivamente sí. Si no habían sido escoltas igual eran agregados para la misión nocturna. En pocas palabras los miembros del grupo G eran a los que se les confiaban las misiones “Purgare” que era como le decían a este tipo de trabajos. Estaba lleno de personas fuertes, hábiles, rápidas y versátiles con equipo y armamento. Al llegar al lugar todos se desplegaron hacia sus puestos de trabajo y la mayoría bajó de los caballos. Oslac fue en su grupo designado al sector cerca de una de las fábricas. Empezaron los incendios y la captura de personas. En eso se escuchó una pequeña explosión de una zona cercana un poco más abajo, donde había más acumulación de apartamentos. El humo se veía desde la posición de Oslac, algunos de los presos empezaron a gritar que dejaran esa zona en paz y uno de ellos agarró un pie de Oslac y le pidió que, por favor, no lastimaran a las familias de la zona, que no tenían nada que ver con los insubordinados de las fábricas. Después de escucharlo, un poco dolido, Oslac retomó su frialdad y quitó su pie. No había nada que pudiera hacer, esa zona estaba dentro de las que había que aniquilar. De todas formas sin darse cuenta estaba caminando en esa dirección y vio en el humo un halcón blanco y castaño que se le hacia familiar. El halcón, un Feerrugenius Light Morph, desapareció y seguido voló en zonas bajas y su sombra se reflejaba en las paredes de piedra. Empezó a dar vueltas cerca de Oslac y volvió a desaparecer en el área de donde había venido la pequeña explosión. Oslac lo siguió y llegó a un conjunto de apartamentos que estaba en llamas. Habían algunas personas en los alrededores pero no muchas, normalmente suelen quedarse en sus hogares por temor en este tipo de ocasiones. Oslac vio que el halcón voló sobre un tumulto de tela moviéndose un poco más adelante. Este se acercó corriendo y vió que en realidad era una persona envuelta en roanas, con una bufanda tapándole la cara y una capucha cubriendo el resto de su cabeza. Además, iba sosteniendo a un niño muy pequeño en un brazo. Parecía alejarse del conjunto de apartamentos en llamas como si estuviera buscando a alguien. Oslac llegó lo suficientemente cerca y en un abrir y cerrar de ojos, en frente de suyo había un cuchillo.
-Oslac, dejaste tu puesto de trabajo. ¿Todo en orden?- sonó una voz desde el comunicador de Oslac. Era Agya, su compañero conversador. Presionó su brazalete para responder y la persona dio vuelta al cuchillo para no lastimarlo.
La mente de Oslac estaba en blanco
-Responda, oficial. Rastrearé su posición…-
-Todo en orden, mi trabajo fue completado. Estoy encargándome de otros rebeldes, si hace falta, ¿puedes cubrir por mi?
-Oh si, claro ¡entendido! - respondió Agya atento.
Al terminar la conversación, la persona le entregó a Oslac el bebé y le dio un par de palmadas en el hombro antes de guardar el cuchillo y volver a desaparecer en el conjunto de apartamentos el cual se incendiaba cada vez mas. Oslac sintió las llamas volverse más fuertes, cubrió al niño con ambos brazos y a lo lejos vio un señor mayor corriendo en su dirección. Al ver a Oslac se paralizó y al acercarse el señor calló al suelo. Sacó un cuchillo pequeño y apuntó a Oslac con una mano temblorosa. Sus ojos acristalados estaban llenos de pánico. Era el terror hacia un oficial. Oslac acercó su mano al hombre para que se calmara, pero este solo cerró los ojos mientras seguía con el cuchillo en frente, sujetado con sus dos manos. Oslac tomó el cuchillo bajándolo lentamente y el señor abrió los ojos. Se agachó lentamente y empezó a tirar del cuchillo hacia arriba, con lo que el señor se levantó y soltó el cuchillo. Oslac le dio el niño y colocó el cuchillo en la funda atada al cinturón del señor. Este se asombró por unos segundos, le agradeció y se fue corriendo hacia delante. En ese momento algunos vidrios de los apartamentos empezaron a estallar y Oslac se regresó unos pasos y vio a la persona envuelta en telas caer al suelo con una jovencita entre los brazos. Se puso de pie y soltó a la jovencita y le dijo que corriera en la dirección que indicaba con su dedo, que fuera lo más rápido que pudiera hasta encontrar al grupo. La chica no quería soltarlo pero puso sus manos sobre sus hombros y se agachó para decirle en un susurro - No hay nada que temer. Él no te hará daño, confías en mi ¿verdad?-La chica lo veía asustada, pero asintió.- Entonces ¿Me quieres ayudar? - la joven asintió de nuevo -entonces ve, lo más rápido que puedas.- Le tomó las dos manos fuertemente, se puso de pie, le dio vuelta a la joven y después de darle un leve empujón ésta empezó a correr, aunque al ver la mirada de Oslac toparse con la de ella, no pudo evitar empezar a tropezarse un poco. La mirada de la chica estaba en lágrimas y con mucho miedo. Había visto de cerca el rostro de un oficial y no podía evitar temblar de temor por lo que le pasaría si éste la agarraba. Oslac al verla, pudo sentir ese temor otra vez, cerró los ojos y apartó la mirada para que ella pudiera seguir corriendo con menos preocupaciones. La chica siguió corriendo a toda velocidad, hasta que se perdió de vista.
Su mente estaba más concentrada en la persona en roanas y capucha. Por los zapatos, las manos con guantes grandes y contextura le pareció correcto asumir que sería un hombre. Tenía sangre corriendo por una pierna, pero igualmente se dio vuelta y empezó a correr en dirección opuesta a Oslac y tenía la intención de empezar a subir los niveles del cañón para salir de aquel lugar, pero Oslac fue un poco más rápido y lo tomó de la ropa. El hombre lo empujó hacia atrás en un intentó de salir de allí. Oslac corrió, lo empujó al suelo y en lo que se levantó para salir corriendo, lo tomó de la capucha y haló para revelar su rostro. Sus sospechas todo este tiempo habían sido correctas, era Isaac. Aunque era algo que se esperaba, Oslac se sentía desconcertado mientras Isaac lo veía con cara de disculpas. Oslac lo soltó y empezó a moverse hacia atrás, los vidrios seguían estallando y algunas partes de la estructura empezaron a derrumbarse. El halcón volaba por encima haciendo sonidos, se acercaba a Isaac y volaba alto de nuevo como indicándole que se fuera. -Os, salgamos de aquí- pero Oslac no quería hacerle caso y en eso una de las paredes del apartamento más expuesto al borde se derrumbó justo sobre Oslac -¡Os!- Isaac saltó hacia él y lo empujó fuera del paso y rodó por el suelo. Lograron evitar que les cayera encima pero la pierna de Isaac se lastimó un poco más. En eso escuchó que un oficial venía en su dirección, Isaac se puso la capucha de nuevo para disponerse a huir y para su sorpresa Oslac se puso de pie y corrió en dirección al Oficial cubriendo a Isaac. Oslac abrió sus brazos como saludando y gritó - ¡Ey, Agya! Todo en orden espérame ahí.- Isaac desde luego tomó el chance para huir con una sonrisa en el rostro, intentando aguantar la risa de haber visto a Oslac gritar de esa forma por primera vez, seguro estaba muerto de vergüenza.
-¡Oh, Os! ¿Estás bien? Te ves un poco sucio ¿peleaste contra algún rebelde?
-Jajaja un poco. Uno de ellos no se dejó arrestar así que tuve que tomar otras medidas, ya sabes cómo son- dijo Oslac sonrojado y estresado por la situación.
-Ah, son lo peor, ¿qué no saben que podríamos matarlos de una?, más bien haces mucho dándoles el chance de vivir para llevarlos a juicio y eso es mucho más trabajoso para nosotros.
-Si, si…¿ya es hora de volver, no?
-Es un poco temprano aún, pero venía a ayudarte. Te veías un poco distraído hoy.
Oslac no pensó que algún oficial se preocuparía por él. Le pareció que Agya estaba siendo sincero y eso lo tranquilizó. Los dos volvieron y una vez reunidos todos los oficiales y guardias se dieron cuenta que faltaba Isaac. Empezaron a usar el comunicador para llamarlo pero no respondía y al colocar el rastreador tampoco lo localizaron. Oslac estaba preocupado pero pensó que lo mejor sería irse al Clan en lugar de buscar a Isaac. Saltaron diferentes opiniones respecto a lo que deberían hacer y después de que habían pasado 10 minutos, un par de oficiales empezaron a ponerse agresivos en la discusión pero antes de que empezaran los golpes -¿No les parece mejor regresar al clan que pelear?- dijo Isaac que apareció entre los árboles, sucio y con sangre en el pantalón en la pierna izquierda. Todos estaban asombrados y corrieron a auxiliarlo mientras hacían un montón de preguntas de qué había pasado y que si estaba bien. Isaac dijo que si, que unos rebeldes se resistieron y que al parecer le tenían una trampa y cayó desde lo alto.
-Que incluso a Isaac le costara tratar con estos rebeldes, ¡quién lo diría! - dijo una oficial asombrada.
-¿A quién más le costó? No es cómo que sea tan difícil tratar con esta plebe - dijo otro de los oficiales.
-A Oslac también le costó y él es nuestra Arma Andante- dijo Agya.
-Los oficiales voltearon a ver a Oslac y este respondió algo avergonzado - Fue un poco más difícil de lo esperado, eso es todo. Habían rebeldes poniendo un poco de resistencia nada más.
-Qué pasa con estas personas hoy en día, ¡cada vez se ponen más difíciles!- se quejó otro oficial.
-Además cada vez son más en número - dijo otra.
En media conversación Isaac corrió a su caballo y se montó sobre él - Ya, ya, no hay que exagerar, hay misiones más difíciles que otras pero eso nos hace mejores oficiales ¿no creen?- dijo Isaac con sonrisa en rostro y haciendo un gesto con la mano - si llegamos rápido al clan sorprenderemos al resto.
-Oye no deberías estar saltando así Isaac.
-¿De qué hablas? es solo un rasguño - y luego en tono más burlón - ¿quieres verme llorar?
Todos empezaron a reír -No, por favor- contestaron algunos.
-Yo, yo. Nunca te he visto llorar- y empezaron a reír y burlarse. Siguieron hablando todos y poco a poco olvidaron la herida de Isaac y cómo llego de sorpresa. Nadie si quiera cuestionó su misión. Ese era Isaac, todos fluían a su paso como llevados por un amigable río. A pesar de todo, nadie, ni siquiera Oslac, podía negar que se veía tan admirable como siempre.
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