Izan se había vuelto indispensable para el negocio, un mes después de que volviera comenzó a trabajar con nosotros, no había nadie más feliz que Ivette. Su presencia había atraído a muchas clientas que esperaban ser atendidas por él. Debo admitir que me sentía algo celoso, antes yo era el popular, pero ese puesto me había sido arrebatado, bueno supongo que prefieren una apariencia un poco más joven. Miré mi rostro en el espejo del baño, y pude divisar pequeñas ojeras debajo de mis ojos, “claro, he estado trabajando mucho, es normal que mi rostro este algo deteriorado”. Quizá deba aprovechar mi día libre y comprar algunas mascarillas o parches para los ojos, tal vez ambos. “Debería hacer un pequeño viaje a la ciudad”. Hablé con mi tío, y preparé una lista para traer algunas cosas necesarias.
-Por lo que iré a la ciudad mi próximo día libre, así que si querían algo en especial solo deben pedirlo – le anuncie a Ivette e Izan.
-Hace mucho que no voy a la ciudad, pero justo no sé me ocurre algo que quiera – expreso Ivette – después de todo mi esposo y yo fuimos la semana pasada. -Cualquier dulce me parece bien.
-Entonces serán dulces para Ivette…
-Es temporada de turistas ¿no? Así que deberías tener cuidado, la ciudad costera es algo diferente a la ciudad de la que vienes, tal vez deberías ir con alguien. – explicó Ivette
-Pensaba… - cuando iba a terminar mi frase Izan me interrumpió
-Yo quiero ir… es decir… Si necesitas alguien con quien ir, yo podría acompañarte, también me gustaría comprar algunas cosas – sugirió Izan
-No estaría mal – admití – si no es problema para ti ni tu hermana puedes venir.
-Ah, pero que hay con Reina… - preguntó Izan
-Mi tío vendrá a verla, pasarla y darle de comer – explique
Mientras le mencionaba unas chicas se acercaron a nosotras.
-Larabi, hemos escuchado que iras a la ciudad – habló una de las chicas.
-Si así es, pero estaré aquí para el día siguiente – aclare
-Deberías entonces visitar esta tienda – la chica extendió a mi mano una pequeña hoja de papel, que fue arrebatada por Izan.
-Es una tienda de accesorios y ropa – clamó Izan.
-Creemos que te quedará muy bien cualquier cosa de ahí – me dijo la chica mientras se sonrojada un poco.
-Me encantara visitarla – le dije con una sonrisa.
-Ah y también – la chica se acercó a mí y coloco en mi bandana, un panda rojo al lado del conejito – vi esto el otro día, y me pareció que tu conejito estaba algo solo.
-Te lo agradezco – no pude evitar soltar una pequeña risa – eres una chica muy amable
-¡Ah! Si, ten un buen viaje – la chica se alejó.
La cara de Ivette fue inolvidable mientras se burlaba un poco de mí – Larabi, parece que tiene una admiradora.
-Ay por favor. Solo le dio un pasador para el cabello, no es la gran cosa – dijo Izan algo enojado.
-Oh, Izan, no te preocupes pronto tus fans también te darán regalos – provoco Ivette a Izan un poco antes de agarrarlo entre sus brazos – ¡yo puedo comprarte uno si quieres!
-Argh, déjame
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