Diether decidió que la mejor manera de mantener vivo a Kajei era llegar a los más altos rangos del Ejército y sacarlo de las líneas fronterizas lo antes posible. Ser Comandante le permitiría elegir un Segundo al Mando y decidir también la mayoría de sus misiones.
Su Comandante de instrucción tenía otras intenciones en mente. Pero Diether siempre superaba a los demás reclutas. Su baja estatura le atraía miradas no deseadas, pero todos aprendieron a no interponerse en el camino del diablillo pelirrojo, a menos que quisieran pasar largas vacaciones en el hospital.
Pronto terminó el entrenamiento básico y todos se preparaban para el día de la selección del nuevo Comandante. Se elegiría a un comandante. Esto entusiasmaba a Diether. Había dormido poco la noche anterior.
Temprano por la mañana se puso su uniforme; cada día le resultaba más fácil calzarse las botas y los guantes. Ajusto sus botones y miró hacia el otro lado de la habitación donde Kajei dormía profundamente.
-Increíble. - Dio una patada a la cama en la que dormía Kajei. -Levántate, Kajei. Llegarás tarde. -
Kajei gruñó y se levantó, con la sábana envuelta por todo el cuerpo. -Mrh. Ya estoy despierto. - Se arrastró hasta el cuarto de baño y cerró la puerta.
-Ah. Pensar que hace algunos años… - Kajei interrumpió sus pensamientos.
-Estoy seguro que no sera tan sencillo.-
Kajei se rascó la barbilla. -¿Qué te hace decir eso?
-?Que no recuerdas como intentaba matarnos durante el entrenamiento? -
-¡Es verdad! Especialmente a ti. -
Diether estaba sumido en sus pensamientos cuando Kajei acarició su cabeza llena de cabellos rojizos revueltos.
-Oh, ¿preocupándote por las normas de altura? -
-No sera ningún problema volver a ganarles a todos estos debiluchos. -
-¡Así se habla! Aunque si me convierto en Comandante, no tendrás de que preocuparte. -
Diether se carcajeo con la idea de que Kajei, con su suavidad lograra obtener el puesto de Comandante.
-Si te conviertes en Comandante, me convertiré en un Ministro de Guerra. - añadió en forma de chiste
-Santo Ivosy. N creo que el mundo esté listo para eso. - respondió rápidamente Kajei
-¿Quién sabe? -
Cuando llegaron al Cuartel de entrenamiento su Comandante de entrenamiento ordenó formar una línea. Por encima de ellos, en una pequeña torre, observaba. Su ojo izquierdo se estremeció al ver a los reclutas entrar en la sala. Nunca se le veía sonreír, su alborotado pelo oscuro le tapaba a menudo sus ojos oscuros. Era conocido por ser un verdadero soldado leal hasta el final, que nunca dejaba a nadie atrás.
-Veo que están todos aquí. ¿Empezamos? - Se paseó por la sala, con los jóvenes soldados formados ante él. De acuerdo con las pruebas anteriores. He seleccionado cuidadosamente una lista de candidatos para operar las unidades, uno de ellos será el comandante. -
Hubo murmullos entre los reclutas.
Se colocó en el centro de la sala y empezó a nombrar a los operadores de las unidades con cañones, Kajei fue nombrado y rápidamente le pico las costillas a Diether. -Ese so yo.- susurró entusiasmado.
- Eso significa que no eres el Comandante. -
-Vaya. Todavía no lo sabes. No lo estropees. -
El Comandante de Entrenamiento siguió nombrando los operadores de las unidades de la lista que cargaba.
Los nombres seguían y seguían aun sin nombrar a Diether.
-Y eso es todo… Felicidades. Ser… -
-¡Señor, me he quedado fuera! - interrumpió Diether.
-¿Y por qué debería importarme? -
-Porque cometería un terrible error. Señor. -
Kajei intentó detener a Diether, pero éste ya se dirigía hacia el comandante.
-¿De verdad? -Parecía ofendido por la sugerencia de un error.
-Sí, señor. Tengo más determinación, valor e ingenio que cualquiera de estos. -
-Fuertes declaraciones. Bien, ahora viene la demostración. Todos ustedes. El último hombre en pie será el Comandante. Me importa un carajo como, pero antes me desharía del hombre que acaba de hablar mal de todos ustedes. - Saludó y se marchó hacia la torre.
Kajei corrió hacia Diether mientras los demás soldados empezaban a agruparse en torno a él.
- En serio, Diether. ¿Cómo te has metido en esto, otra vez?
-Hazme un favor. Vigila que nadie me dispare y...quitate del frente -
Kajei asintió y huyó del centro del grupo. Se unió a un grupo de preocupados y nerviosos compañeros que habían aprendido previamente a no luchar contra Diether, el recluta que tenia el mayor tiempo de entrenamiento y que había superado con exceso todas las pruebas de resistencia.
Diether crujió los dedos esperando pacientemente al primer oponente. Kajei estaba tan nervioso que empezó a morderse las uñas o eso creía, llevaba los guantes del uniforme.
Los reclutas lentamente daban pasos hacia Diether pero no atacaban. Todavía. Intercambiaron miradas nerviosas entre ellos durante un rato. Pero entonces parecieron haber formado un plan. Un plan del que Diether se dio cuenta. Atacaron todos al mismo tiempo.
En el caos de la pelea, el tamaño de Diether le ayudó a esquivar algunos golpes y utilizó su propio impulso para enviarlos contra los demás. Unos minutos después, el número de soldados en pie se reducía a uno. Un cansado y golpeado Diether, aun en pie.
Un lento aplauso llegó desde la torre.
-Felicidades. Diether Ædelric O. Agmundr. Comandante del Escuadrón 49. Acabas de vencer a todos tus hombres. Otra vez-
Diether frunció el ceño y levantó el puño hacia el hombre mostrándola una sena obscena antes de volver su atención hacia los reclutas derrotados y Kajei. Sus nuevos soldados.
-Vjoltran, Kajei. Al frente- ordene Diether.
Kajei saludó instintivamente a su nuevo Comandante.
-Tú serás el segundo al mando. Ahora ponlos en pie. Todos tienen el día libre. Los espero a todos mañana por la mañana en el Cuartel General de entrenamiento para continuar el entrenamiento. Y...Será mejor que se acostumbren a las palizas frecuentes. - Sonrió sadicamente asustando aun mas a los soldados.
-Sí, señor. - Kajei asintió y corrió a ayudar a los soldados a ponerse en pie. Algunos habían quedado inconscientes, así que pidió a los que estaban lúcidos que los llevaran a la enfermería.
"Tremendo primer día como comandante", pensó Diether, pero al menos su plan seguía adelante, había cumplido su misión de convertirse en Comandante.
Mientras tanto, el Comandante de Instrucción observaba cómo Diether abandonaba el vestíbulo. Se dirigía a la enfermería. Un Secretario de Guerra se acercó al Comandante de Entrenamiento.
-¿Va a aceptar su comportamiento? - le pregunto.
Él sonrió y se encogió de hombros. -¿Por qué no? Él ES el Comandante de este Escuadrón. -
-Sabes que es Arzuan. ¿Verdad?
-Sí, y con más razón dejaré que sea el Comandante de este Escuadrón. Por cierto, asegúrate de informar al doctor Erhlich que tenemos a los soldados para las pruebas. -
-Sí, Comandante. - El secretario hizo una reverencia y se marchó.
Comments (0)
See all