Un zumbido ensordecedor lo despertó. Gimió y estiró los brazos para alcanzar el despertador. No llegaba. Se levantó de la cama y miró a su alrededor. Había tirado el reloj al otro lado de la habitación. Hizo la cama y fue a recoger el reloj despertador, tratando de recordar cuando lo había lanzado pero no pudo recordar.
Pasó
junto a un cuchillo Ivosy clavado en la pared. Lo ignoró.
Cogió
el reloj y entrecerró los ojos para ver la hora. Se frotó los ojos
y volvió a mirar la hora.
La pequeña pantalla mostraba la
hora. "11: 00 AM."
Seis horas de retraso. Inaceptable.
Tiró
el reloj y corrió a la ducha. La tubería de la ducha estaba cortada
y el agua corría a raudales. Decidió no ducharse hoy. Y llamar a
mantenimiento más tarde.
Tenia que llegar al cuartel, si no le mandaban a re-educación por llegar tarde.
Recogió
su uniforme y se cambió de camino al Cuartel General. No había
terminado de ponerse los guantes cuando llegó al lugar. Se arrastró
para entrar sin alertar a los dos guardias de la puerta principal.
Nunca miraron hacia abajo. Nunca parpadearon. Y nunca se movían,
excepto cuando se desplomaban en el suelo y había que arrastrarlos a
la Enfermería.
La
mayoría ya se había ido a entrenar o a misiones. Se relajó y
suspiró.
-¡Alto ahí! Comandante Diether -gritó una voz
grave desde atrás.
Diether se sobresaltó, giro lentamente
esperando ver a un Ministro pero en su lugar le recibió un sonriente
Kajei.
-¡Pequeño
bastardo! - Diether lo fulminó con la mirada.
-¡Buenos días
a ti también, mi mejor amigo! ¿O debería decir... buenas noches?
¿Eh, eh? -le dio un codazo en el costado a Diether.
Diether
empujó a Kajei. -No estoy para bromas. Creía que eras un Ministro.
-
-¿Por qué llegas tan tarde?
-Estaba... tengo...
Olvídalo. ¿Qué están haciendo ahora los otros ? ¿Y por qué no
estás con ellos?
-Estaba
con ellos. Pero los investigadores vinieron y llamaron a todos para
tomar más muestras. No gracias. - Se estremeció de pensar en las
agujas y otros utensilios filosos.
-Tan
valiente. -Diether sonrió. -Así que al menos estarán ocupados unas
horas. Uf. Esta es la segunda semana, todos los días con retraso...
Me sorprende que no me hayan llevado a Re-educación- Se cruzó de
brazos.
-Oh,
Claire cubrió todos tus días de retraso con tus supuestas
asignaciones para entrenamiento de investigación para nuevas
unidades e información clasificada de nivel 5. O algo así.-
-Espera... ¿En serio? Eso es bastante impresionante.-Sus ojos se abrieron de par en par. "¡Es como una asistente personal!"
-Sí.
Buena elección, Didi. Tienes un ángel guardián. - Le dio un codazo
a Diether y le guiñó un ojo.
Diether volvió a apartarlo.
-Ya
te lo he dicho. No estoy de humor. Estoy cansado. Esperaré a que
vuelvan y los mandaré a correr unos kilómetros, y tú estás
incluido. -
-¡¿Qué?!
¿Yo? ¿Por qué?
-No te
quejes o aumentaré la carga de trabajo. -Advirtió Diether. -Y
siendo sincero. Has estado flojeando con mi ausencia. Es necesario.
Por tu propia supervivencia.- Estiró los brazos y bostezó.
-Quizá
deberías decírselo a un médico y recibir tratamiento -sugirió
Kajei-.
-¿Y
darles más razones para echarme? Sabes que los Ministros y Altos
Oficiales están esperando cualquier oportunidad de deshacerse de mí.
-Los oigo: "No, no está preparado para el combate. Pertenece a
un hospital"- Se quejó Diether.
-Me
había olvidado de eso. Hmmm.¿Qué tal si yo te visito o tú me
visitas a mí?.-Sugirió Kajei.
-NO.-
Gritó Diether. -¡Santos Ivosy! ¡No! -
-¿Por
qué no? Solucionaría nuestro problema. - Kajei no podía entender.
-¿Quieres
que te acusen falsamente de desviación? Sabes que la desviación es
un crimen terrible para el Consejo Everista. -
-¡Santo
Ivosy! -Kajei cruzó los brazos frente a él. -Esto es complicado.
¡Ojalá pudiéramos volvernos invisibles! - Kajei se tiró al suelo
y puso mala cara.
-¡Ya está!- gritó Diether.
-?Tienes
un plan? - Kajei se levantó y preguntó emocionado.
-¡Tengo
una idea!- Agarró la corbata de Kajei y tiró de él para acercarlo.
- Procederemos según lo planeado para hoy. En cuanto estés libre ve
a tu cuarto ¡Y no traigas invitados! - Susurró. -¿Entendido? -
Kajei
asintió.
-Perfecto.
-Empujó a Kajei y entró en el campo de entrenamiento justo a
tiempo.
Los
soldados estaban volviendo al campo. Algunos estaban pálidos.
Diether trabajó el protocolo de entrenamiento lo mejor que pudo con
los cansados soldados y se mantuvo despierto sólo con la ayuda de la
atención de Claire y una docena de tazas de Misdrel.
Cuando llegó la noche, Diether termino el entrenamiento de sus soldados y se fue para su habitación en la sección para Comandantes. Entró en su habitación y cerró la puerta. Activó la cerradura y apagó las luces.
Extendió los planos de edificios que había solicitado a Claire con anterioridad en el suelo y encendió una pequeña linterna inspeccionándolos.
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