La noche se deslizaba lentamente por la ciudad de Santa Elena Astra, en el distrito de San Francisco, con sus párpados pesados, Emily, luchaba por liberarse de los angustiosos sueños que habían acosado su mente durante el último mes; las imágenes perturbadoras se aferraban a su conciencia, como un vicio inquebrantable, un hombre con gorra y gafas, perpetrando actos de violencia al alba; dos mujeres pelirrojas se presentaban en su mente: una sentada en un trono de alas negras, con cuernos retorcidos, y la otra, un ángel extendiendo su mano con un báculo, las ojeras debajo de sus ojos eran testigos mudos de su insomnio.
Las calles no tenían importancia para ella, solo recordaba el camino a su destino, caminaba durante diez minutos hasta llegar a la estación del metro local, viajaba tres paradas durante otros diez minutos y, finalmente, caminaba otros diez minutos desde la estación hasta su escuela, conocida como San Bartolomeo, en el mismo distrito en el que vivía.
La mirada escéptica se posaba en su entorno, como si desconfiara de
cada sombra y cada figura etérea que se deslizaba a su alrededor.
Emily se había vuelto solitaria y ajena a sus compañeros de clase, quienes preferían evitarla o lanzarle miradas de soslayo, su silencio y su evasión constante del contacto visual generaban incomodidad entre sus compañeras cercanas, se refugiaba en sus enormes audífonos.
Cada día que pasaba, su desesperación crecía, la deepweb se convirtió en su refugio, donde encontraba teorías retorcidas y
mensajes de advertencia en su bandeja de entrada, sabía que algo siniestro se
estaba gestando.
Es el primer día de la semana y en la primera hora, la prefecta Dolores hace su entrada en el salón en la hora de clase de la profesora Amelia para anunciar la temida junta con los padres de familia, donde se presentarán los avances en las calificaciones, esa noticia angustia a Emily, ya que sus notas han sufrido una caída considerable, mientras la tensión crece, la dinámica social comienza a cambiar cuando su compañera de enfrente, Renata, una chica delgada de tez morena clara, revela que también ha obtenido calificaciones bajas, ambas comparten su angustia con las chicas que se sientan a su lado, Lucia y Elena, dos latinas de tez más clara, obsesionadas con sus teléfonos móviles y atrapadas en las tendencias de internet, apenas cumpliendo con los requisitos académicos aceptablemente, es la primera vez que entablan una conversación entre ellas, y descubre que comparten su angustia por las clases.
- A veces trabajo en la tienda de mi abuela, mi mamá falleció cuando tenía cinco años, luchando contra el cáncer y bueno mi papá trabaja todo el día. – Renata comienza a platicar
- Vaya, lo siento mucho por lo de tu mamá, debe haber sido difícil crecer sin ella. ¿Y cómo te las arreglas con el trabajo y la escuela? - Lucia responde mientras mira a Renata
- Es un desafío, pero mi abuela es muy comprensiva y flexible, trabajo los fines de semana y algunas tardes después de la escuela – dice Renata mientras mira al suelo
- Yo vivo cerca de la escuela, a solo unas calles, camino unos diez minutos para llegar, mi mamá es ama de casa y me trae todos los días, mi papá viaja constantemente por su trabajo, es gerente de contabilidad empresarial en el banco Vanguard Banking Corporation- Elena relata mientras mira a sus nuevas amigas.
- ¡Qué suerte tener la escuela tan cerca, Elena! Mi mamá también trabaja desde casa como traductora, mientras que mi papá es gerente de contabilidad en el banco Unity Bank, el solo llega tarde a veces, imagino que aun así tu papá gana más- Emily contesta a Elena
- Saben mi papá es mercader, siempre ha estado en el negocio, mi mamá es ama de casa, y su visión es más tradicional, a duras penas logramos pagar la escuela, por suerte, el metro atraviesa toda la ciudad, lo que me permite llegar a tiempo a la escuela, aunque viva en el distrito de Milpa Alta, a una hora de distancia- Lucia le platica a sus amigas.
-Imagino ha de ser difícil – contesta Renata
A medida que estas historias se entrelazan, queda claro que cada una de nosotras tiene sus propias luchas y desafíos, en esta enorme ciudad de apariencias y desigualdades.
Aunque Emily se sentía incómoda al entablar conversaciones con otras personas, como cualquier introvertido, notó que algo estaba cambiando, alejarse de fingir estar dormida o de ponerse los audífonos le permitía sumergirse en las pláticas de sus nuevas amigas, observaba cómo reían y compartían videos en sus celulares, mostrándose mutuamente los diferentes memes que encontraban y aun así respondía con frases simples como "Sí, qué divertido" o "Está bien", pero se sentía más identificada con Renata.
Renata era algo introvertida como ella, pero Emily podía notar que la trataba como si fuese su hermana menor, mostrando comprensión hacia su carácter reservado…. siempre intervenía cuando las preguntas incómodas como "¿Por qué eres así?", "¿Te gusta alguien?", "¿Sabes bailar?", "¿Tienes novio?", "¿Por qué eres tan seria?" o "¿Por qué no sonríes?" surgían en la conversación, ella decía: "Que chismosas", y eso le daba un gran alivio.
Llegaba la hora de salida y sus nuevas amigas se despedían para ir a sus respectivos hogares, Emily, por su parte, se dirigía hacia el callejón donde se encontraba el chaman, necesitaba silenciar las voces repentinas y calmar las figuras etéreas que la rodeaban, mientras caminaba, divisó a Antonio saltando una cuerda en el patio de la escuela, mientras la saludó desde lejos.
Con la compañía de sus amigas y la mente más despejada, lograba distraerse de las voces y comenzaba a observar su entorno con mayor atención, en ese momento se dio cuenta de que el callejón del chaman se encontraba dentro de un mercado llamado Victoria, un edificio de dos pisos con un estilo barroco, las plantas del mercado parecían contar su propia historia, envolviéndola en un aura de misterio y fascinación.
Conforme se adentró en el mercado, sintió cómo el ambiente cambiaba a medida que avanzaba por los pasillos estrechos y llenos de vida, el bullicio de los vendedores y clientes resonaba en sus oídos, creando una sinfonía de sonidos y voces que parecían narrar historias olvidadas.
Finalmente, llegó al final del pasillo y encontró la entrada al callejón del chaman, un rastro de incienso flotaba en el aire, creando una atmósfera llena de misticismo, la puerta de madera crujía al abrirse, revelando el interior oscuro y lleno de objetos enigmáticos.
El chaman estaba allí, sentado en una silla desgastada, rodeado de libros y artefactos antiguos, entonces, miro a Emily, veía su aura, su desgaste físico y mental.
—Bienvenida, Emily —dijo el chaman con una voz profunda y resonante—. He sentido tu presencia desde que cruzaste los umbrales de este mercado. Veo que estás en busca de algo más que los objetos que se exhiben en estos pasillos. ¿Qué es lo que te ha traído aquí?
Emily inhaló profundamente, reuniendo el coraje necesario para expresar sus inquietudes más profundas.
—Busco respuestas, chaman, respuestas sobre mis sueños, mis habilidades y mi propósito en este mundo, desgastan mi mente y no me dejan dormir.
—Sabes, no nací siendo un psíquico —dijo el chaman con voz serena—. Hice un trato con un demonio, le entregué mi nombre en vida y en muerte mi alma, pero no te revelaré el nombre del demonio, pues no proviene de mis ancestros, viene de un continente distinto, de otros momentos, de otras historias y aunque eres psíquica no sé cómo llegaste a serlo, o porque tu aura se siente incompleta.
Emily escuchaba atentamente, sintiendo cómo la curiosidad se apoderaba de ella.
-Obtuve mis habilidades debido a que usaba una sinapsis cerebral experimental, una que planea venderse a las personas, verá esta se infecto de un virus de internet, temo que hice mal uso- explica Emily
Mientras el chaman permanece sentado solo acaricia su mentón lentamente
-Jamás había escuchado tal forma de volverse psíquico, sin duda alguna hay algo más, algo que se esconde en la oscuridad.
—Verá he descubierto que mi mente al usar la sinapsis neuronal—explicó Emily—. Cuando me conecto a la red, mis sentidos se potencian, puedo detectar cómo los espíritus y demonios se ocultan entre las redes de internet
El chaman asintió con comprensión.
—Las pesadillas y las auras de las personas son señales de un mundo oculto que pocos pueden ver, las auras emiten colores y sensaciones diversas, revelando la esencia de cada individuo, cuéntame más sobre el aura inquietante de esa persona en el metro, la que perseguía a una mujer.
Emily inhaló profundamente, recordando aquel encuentro perturbador.
—Su aura emanaba oscuridad y malevolencia —relató Emily con voz temblorosa—. Era una presencia amenazadora, hace un mes, se paró junto a mí en el metro y pude sentir su maldad, más adelante, a unas estaciones de distancia, vi a la misma persona cerca de un barranco, su presencia… me llenó de temor.
El chaman asintió lentamente, como si las piezas de un rompecabezas comenzaran a encajar.
—Hay fuerzas más allá de nuestro mundo cotidiano, espíritus, demonios y presencias que se ocultan en las sombras, tú has despertado a ese don especial que te permite ver más allá de lo visible, ahora, debemos descubrir qué significado tiene todo esto y cómo puedes utilizarlo para encontrar tu camino.
El chaman miró a Emily con intensidad, reconociendo la fuerza de su conexión a pesar del corto tiempo que habían compartido.
—Nuestros destinos están entrelazados de manera profunda, Emily —dijo el chaman en un tono sereno—. Más allá de nuestra capacidad para conocernos y detectarnos entre sí, existe una conexión que trasciende lo terrenal.
Se sentó frente a ella y le pidió que respirara profundamente, mientras el aroma del incienso inundaba la habitación, el ambiente se cargó de una energía mística y sintió cómo su mente se abría a nuevas posibilidades.
El chaman comenzó a recitar palabras en una antigua lengua, mientras susurraba:
"In tlilli, in tlapalli,
in tonatiuh, in miztli,
in tlacochtli, in yollo,
in cualli, in xochitl."
Emily escuchaba las palabras con atención, sintiendo cómo resonaban en su ser. El chaman le explicó el significado de cada palabra:
"La tierra, el color,
el sol, la muerte,
la guerra, el corazón,
el bien, la flor."
"In xochitl in cuicatl,
in yollo in cualli,
in tonatiuh in tepetl,
in ehecatl in tlalli."
"La flor es canto,
el corazón es fuego,
el sol es montaña,
el viento es tierra."
Las palabras del chaman resonaron en lo más profundo de Emily, como si despertaran una antigua sabiduría en su interior, poco a poco, comenzó a sentir una conexión astral, como si sus espíritus se elevaran por encima del mundo tangible.
Se mostraban los hilos invisibles que tejían la realidad, la existencia de planos superiores y la interconexión de todas las cosas.
Tlaltícpac, el tejido invisible que conectaba a todos los seres.
Con sabiduría ancestral, el chaman, comenzó a recitar las palabras con una solemnidad cautivadora:
"In tonalli, in yollotl: 'El calor, el corazón'. In tlalticpac: 'La tierra'. In tlamatini: 'El sabio'. In xochitl in cuicatl: 'La flor, el canto'. In tloque nahuaque: 'El señor de lo cercano y lo lejano'".
Cada palabra resonaba en el aire, cargada de significado y poder. El chaman continuó su discurso, compartiendo sus conocimientos con Emily:
"Hay cosas que puedo enseñarte sobre el chamanismo, quiero que observes que estos hilos solo son revelados a aquellos que están dispuestos a verlos, tú te has dispuesto por necesidad, y ahora debes decidir qué harás, puedes ignorarlos, fingir que son alucinaciones, pero inevitablemente persistirán, verás, ser psíquico es algo con lo que algunos nacen, pero si no lo controlan, terminarán siendo poseídos por entidades indeseables, y finalmente, perdidos en la vorágine de la locura, sin embargo, aquellos que lo buscamos, ya sea a través de pactos con demonios, aceptamos los riesgos, no sé qué ha sucedido con la nueva tecnología ni el fin que se avecina, pero puedes verlo como un ataque hacia ti o como una enmienda y una razón por la cual tendrás que vivir, seguir y aceptarlo".
Las palabras del chaman resonaron en lo más profundo de Emily, abriendo su mente a un nuevo nivel de comprensión. Era consciente de que su destino se entrelazaba con los misterios del Tlaltícpac y que debía enfrentarlos con valentía y determinación.
Al finalizar la sesión, el chaman entregó a Emily dos libros significativos como regalo.
— Este libro es budista, es muy popular, espero que te ayude — dijo el chaman mientras le entregaba el primer libro. — Y este otro es una recopilación leve de lo que algunas personas han podido recolectar de los ritos de mis ancestros, en ellos encontrarás la forma de controlar tu mente, por el momento, es lo único que puedo regalarte, cuando decidas, podré enseñarte lo que sé —
Emily recibió los libros con gratitud y prometió aprovechar al máximo su sabiduría, se despidió del chaman y regresó a casa con su madre, le entregó el citatorio para la presentación de calificaciones que tendría lugar el miércoles y decidió mostrarle su boleta, donde se reflejaba la disminución en sus notas.
— Es el cambio de ciudad, aún no me he adaptado, prometo mejorar — le dijo Emily a su madre, buscando comprensión.
— Emily, no quiero regañarte, pero solo recuerda el sacrificio que hacemos por ti, deseamos que elijas tu vida, pero también queremos que te desarrolles, el miércoles hablaré con tus maestros para poder ayudarte— respondió su madre con un tono de preocupación y apoyo.
Ambas se miraron, reflejando comprensión y decepción a la vez, mientras Emily bajó la mirada, sintiendo el peso de la responsabilidad, aunque no hubo recriminación directa en ese momento incómodo, cenaron en familia y conversaron sobre sus notas.
— Confío en que te recuperarás, Emily— dijo su padre con una sonrisa, tratando de infundirle ánimo.
Al final del día, la charla con el chaman había dejado una profunda impresión en el corazón de Emily, esa noche, antes de dormir, meditó en silencio, buscando acallar las pesadillas que la atormentaban, para su sorpresa, soñó plácidamente esa noche, rodeada de paisajes tranquilos que la resguardaban.
Sin embargo, al despertar, escuchó los gritos desesperados de una mujer, la misma mujer que había perseguido sus pesadillas.
"Ayúdame a no morir, sálvame, encuéntrame"
….
Continuara
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