—L-lo siento. Me llamo Julián, un gusto– Dijo algo nervioso mirando a la clase.
Algunos lo miraron curiosos, otros solo lo ignoraban.
—Muy bien, busca algún asiento libre– Le dijo el profesor a Julián y este solo asintió y se mordía el labio inferior incomodo mientras miraba a todos lados buscando cualquier asiento disponible. Se estaba poniendo demasiado nervioso.
—Aquí esta disponible –Alza la mano para indicar un asiento libre adelante de él.
—B-bien –Camina hacia su dirección y se sienta en el lugar indicado para luego girarse hacia la dirección de Agustín –Muchas gracias –Le sonríe agradecido.
—No es nada –Le sigue sonriendo con amabilidad y le da la mano –Me llamo Agustín, por cierto.
—Bueno…yo Julián –‘Que idiota, lo acabo de decir hace un momento, el primer día y ya hago el ridículo, increíble’– Pensaba con vergüenza.
—Si, lo sé –Intenta no reír, pero le es inevitable –Espero que nos llevemos bien, Julián –Le termino de decir para recibir un asentimiento de Julián y una pequeña sonrisa tierna del chico.
Tras eso ambos terminaron de hablar y prestaron atención a la clase.
Mientras ambos hablaban hace unos momentos, Raphael solo se quedó observando con algo de desprecio y molestia la conversación. No le había agradado nada el chico y menos porque hablaba con Agustín.
—¿Acaso estoy enfrente de mi rival amoroso? –Lo mira con algo de disimulo.
Mas tarde ese día al terminar las clases.
—Espera toma la mano de Julián para evitar que se aleje, este solo lo mira extrañado– Lo siento, no quise asustarte.
—¿Necesitas algo? –Desvió un poco su vista para ver a Raphael quien le dio una sonrisa fingida lo mejor posible.
—Me preguntaba si querrías salir conmigo algún día, se lo duro que es ser el chico nuevo, asi que no dudes en hablarnos si necesitas algo o solo quieres salir –Le sonríe con confianza.
—‘¿Por qué me preste para esto?’ –Pensaba Raphael mientras estira su cuello.
Mas temprano ese día.
—¿Quieres hacerte amigo del nuevo? –Dice Raphael con desinterés hacia su amigo–No me interesa, pero ¿Yo que tengo que ver en esto?
Ambos estaban en el patio alejados de los otros para que no escuchen su conversación.
—Me da algo de pena, tu sabes bien como era antes de conocerte. Fue gracias a ti que no estoy solo. Me hablaste primero y nos hicimos amigos. Quiero hacer lo mismo por ese chico, parece muy solitario.
—Está bien, solo porque no quiero seguir hablando del tema, pero no me obligues a estar cerca de él. Sabes que me caen mas los tipos que son como el –Advierte entrecerrando los ojos.
—No puedes juzgarlo sin conocerlo primero, ni tampoco deducir sus gustos con tan solo ver lo que lleva puesto–Lo miro con una mirada severa.
—Como sea– Ignora la mirada de Agustín –Acepto, pero no voy a hablar con él.
Fin del recuerdo
—Ah, bueno…me parece bien. Se los agradezco mucho –Sonríe tímido y luego saluda con la mano –Ahora me voy, hasta pronto.
Ambos lo miran irse, pero solo Agustín saluda de vuelta mientras Raphael lo mira mal.
En casa de Julián.
Julián entra y rápidamente tira su bolso en el sillón cercano a la entrada de la cocina.
—Hermano tengo algo que contarte– Dice emocionado mientras sonríe hacia el hombre mayor que estaba cocinando.
—Hola, hermanito –Se acerca y acaricia su cabeza –¿Qué sucede? ¿Cómo te fue en el primer día? –Se limpia las manos con un repasador y luego desenrolla el delantal rosa que tenía en la cintura.
—De hecho, excelente. Creo que hice amigos, estoy feliz– Dice contento mientras se sienta en una silla y coloca su cabeza en la mesa.
—Me alegro por ti, aunque ¿Qué es esa sonrisa? –Alza una ceja–Tienes algo más que decir?
—Me interesa alguien, parece una persona amable.
—¿Parece? –Frunce el ceño –Espero que no sea un idiota, ten cuidado. No quiero que te lastimen de nuevo –Lo abraza.
—No te preocupes por mí, Daichi –Corresponde su abrazo.
—Ahora, ayúdame a terminar la comida,
—Estas usando el delantal que te compre? –Observa el delantal sobre la mesa.
—Por supuesto, tu elegiste para mi –Dice mientras vuelve colocarse el delantal.
—Por cierto, ¿Ellos están trabajando?
—Claro, asi que solo somos nosotros dos hoy, ¿Quieres ver una maratón de películas? Y antes de dormir me pones alguna de esas cremas que usas en tus rutinas para la cara.
—Con mucho gusto –Sonríe mientras se levanta de la mesa para agarrar su mochila e ir a dejarla a su habitación y volver a la cocina a ayudar a su hermano.
En la noche se acuesta en su cama pensando en cómo será el siguiente día deseando que sea bueno.
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