Takao se levantó con un sonoro bostezo. Habían acampado muy cerca de Kamukawa. Su padre meditaba en silencio.
– Guarda silencio, Takao.
– Lo siento, padre.
Takao obedeció durante el tiempo que tardó en ponerse la armadura. No pudo frenar su nerviosismo más tiempo.
– ¿Algún movimiento, padre?
– El anciano de la hoguera lleva despierto toda la noche. Parece un prisionero.
– Ya veo...
– Siempre que nos ciñamos al plan, saldrá bien. Sólo debemos seguir las indicaciones.
Arata mandó a la banda entera personarse alrededor de la hoguera, bajando a Hideki de ella por la fuerza y haciéndole caer de rodillas frente a Arata. La mirada de resignación de Hideki se cruzó con la severa mirada de Arata. La tensión podía cortarse con un cuchillo. Arata comenzó su interrogatorio.
– ¿Dónde está el niño?
– Quién sabe – deslizó su respuesta Hideki, sin desviar la mirada.
– Tú lo sabes.
– Ayer me hablábais con un mínimo respeto – cambió de tema el monje –. ¿Por qué ya no?
– Agradece que cumpla mi palabra, monje. De no ser por eso...
– Hay tanto odio en tu voz – caviló el anciano, decepcionado –. Así sólo pudriréis vuestro alma.
– Aquel comentario desató las risas bajas de sus captores. «Siendo un monje nos viene con esas», criticó Nagisa. «No como vosotros», espetaba Jiro. «Claro, eres tan bueno», reía otro.
– Un monje no tiene derecho a hablarnos de eso – respondió Arata.
– ¿Acaso tiene algo que ver con Mizuhara? – Hideki había tomado las riendas del interrogatorio, como planeó desde un principio. Ver los rostros descompuestos de los bandidos le supuso una gran satisfacción, no sólo por haber girado las tornas, sino porque sentía que estaba más cerca de obtener su respuesta.
Desde que Kimi se retirara durante la noche, estuvo pensando, haciendo memoria. Sabía que conocía al tal Mizuhara, aunque no tenía muy claro el por qué. No fue hasta poco antes de que Arata le hiciese levantarse que lo recordó. Oyó su nombre cuando aún era novicio. Su maestro admiraba a un monje errante llamado Akira Mizuhara, pues se decía que viajaba sin descanso por los campos de batalla, sanando a los heridos y velando a los muertos. Era un hombre al servicio de la paz, un hombre que se dedicaba en cuerpo y alma al cuidado de los afligidos. «Si aquello era cierto... ¿Por qué estos jóvenes le desprecian de ese modo?», se preguntaba.
El silencio de la banda pronto se convertiría en cuchicheos. El rostro de Kimi estaba pálido. Rompiendo el silencio, Arata dio un paso al frente. Estaba realmente enfadado.
– No vuelvas a pronunciar ese nombre en nuestra presencia.
– ¿Qué mal os pudo hacer? – replicó Hideki. En algún lugar de su corazón guardaba un hálito de esperanza en que se arrepintieran de sus actos. Eran jóvenes, aún podrían redimirse de algún modo – Era un buen hombre.
Apenas Arata oyó aquello agarró al monje de la garganta con ambas manos, levantándolo en el proceso. Hideki creyó que iba a romperle el cuello.
– ¡¿Un buen hombre?! – rabió Arata. Sus ojos eran como brasas encendidas. Hideki se retorció, buscando zafarse. El joven volvió a recuperar la cordura entonces, dejándolo escapar de su agarre.
Hideki cayó al suelo de espaldas, casi sin aire, tosiendo con fuerza. Arata se miró las manos. «Casi... falto a mi palabra...», se arrepintió, sintiendo que había perdido el norte. Aquella era la máxima enseñanza de su padre, y a punto había estado a punto de traicionar su memoria.
– ¿Qué...? – trató de articular el monje, jadeando. Necesitaba recobrar el aliento – ¿Qué mal os hizo?
Arata hizo un esfuerzo titánico por mantenerse sosegado. El monje quería respuestas, y las iba a hallar. El líder apoyó una rodilla en el suelo, poniéndose así prácticamente a la misma altura que el anciano. Se maldijo por hacer recordar a sus amigos aquellos tiempos, mas algo en su interior le empujó a relatarlo. Pese al trato que Arata le había administrado, el joven consideraba a Hideki un hombre noble, pues no dudó un solo segundo en tratar de salvarle, aún pensando que sería en balde. Quizá por eso quería que supiera la verdad. Sólo así podría comprobar si su corazón era realmente noble.
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