LUCAS
El domingo que le siguió a aquel memorable sábado, Numa se despertó con un dolor de cabeza que le partia el craneo en dos. Ante la sorprendida mirada de Lucas, le pidió que le traiga un poco de lo que habían tomado la noche anterior alegando que el mejor remedio era una copa de lo que se habia bebido la noche anterior.Lucas pensó que estaba bromeando, no obstante le trajo el trago que el joven se bebió rápidamente, y tuvo que admitir que lo noto mucho más recuperado. Para su pesar, se despidieron allí hasta el día siguiente.
Lucas analizó cada detalle de la noche anterior, especialmente el momento en el cual regreso de ver la tv y se recosto unos momentos a su lado, timidamente, intentado no acercarse demasiado, solo lo suficiente para sentir el aroma de su piel. Podía sentir el débil aroma de la colonia y el olor de su piel mezclado con un dejo de alcohol. Se hubiese quedado allí el resto de la noche pero no queria que lo viese recostado a su lado al despertarse. Se levantó y volvió al sillón con una sensación de vacio y mirando de vez en cuando hacia su cuarto, anhelandolo, y deseandolo con aquella impotencia de no poder hacer nada.
Durante la semana intentó verlo lo menos posible salvo en las pausas, el martes cuando quedaron para ir a las tiendas de deporte con otros compañeros, al ver que Numa iría también se escapó justo a tiempo con una buena excusa. Tampoco aprovechó el buen tiempo del miercoles para unirse al grupo de Numa que lo invitó para tomarse unos licuados en un negocio de moda. El viernes cuando Numa le mencionó que le tocaba de nuevo pelear, tuvo que reprimir unos deseos locos que tenia de pedirle que lo llevase con él pero mucho más difícil se le hizo cuando el joven le preguntó:
—¿Viste alguna vez una pelea de boxeo?
—No—“pero quiero ir, quiero ir, quiero ir” pensó para sus adentros.
—¿Quieres venir? Es hoy a las 7 de la tarde, bueno es solo una pelea de aficionados y la verdad es que me corta un poco que me vean mis amigos pero no sé...
—Ok—¿ya habia aceptado? ¿Tan rápido? Se queria morir. Aquello no le ayudaria a alejarse de él. Quizás deberia hablar con él y decirle que era gay y que le gustaba. Descartó la descabellada idea al instante.
—Dale, te paso la dirección, yo voy antes para entrenar.
—De acuerdo.— ¿Eso era todo lo que iba a decir? Seguramente se moriría al verlo pelear, aunque lamentaría muchísimo más perderse aquella oportunidad.
Tomó ansiosamente la tarjeta del lugar que el joven le tendió y con unas pocas palabras se despidió de el.
Tenia la mente ocupada de imagenes, de sueños y de tonterias, apenas saludó a su hermana, se cambió de ropa, comió algo, miró television sin saber lo que miraba y a las 6: 45 de la tarde ya estaba en la calle nervioso como si tuviese su primera cita.
Se fue en taxi para evitar la combinación de autobuses que solo lo retrasaria mas y por fin allí estaba frente al Club. Era un edificio de color grisaceo de unas 6 pisos, cuyas dos primeras plantas se utilizaban como club. Habia bastante gente que iba y venia algunos vistiendo diversos atuendos deportivos, lo que le daba a entender que en aquel lugar se enseñaban varias disciplinas. Siguiendo las intrucciones de una joven llegó al segundo piso al lugar donde se daba a lugar la pelea. La sala era inmensa. En el medio se encontraba el round de boxeo, el cuadrilatero donde se debatian los oponentes, y a la derecha ocupando una buena parte de la sala, se hallaban las gradas vacias a excepción de 5 personas dispersadas. Entró despacio para ubicarse en el primer escalon de la grada, estaba bastante cerca del cuadrilatero y desde allí podría observarlo perfectamente. Solo esperaba que aquella cercanía no lo molestase.
Unos 15 minutos más tarde entraron los jovenes seguidos por un hombre de unos 50 años, de facciones curtidas y cuerpo musculoso. Por lo visto era el entrenador, su expresión era ruda y la linea fina de sus labios siempre recta solo acentuaba aún más aquella severidad. Numa lo vio al instante y hubiese jurado que se habia ruborizado, quizás le daba mucho corte que lo vieran, y pensó si quizás no era mejor que él se fuera, no sabia si era una pelea importante, independientemente de que era para aficionados.
Estaba muy atractivo, transpirado, aparentemente cansado por el entrenamiento, los ojos verdes le brillaban contrastando con su rostro encendido. Llevaba unos pantalones cortos de color rojo el torso desnudo y una toalla sobre los hombros. Lucas pensó que definitivamente no podía haber una criatura más sensual que Numa, daba simplemente ganas de comerselo. Se le antojaba indefenso, más allá de su cuerpo formado y esa expresión de duro que intentaba poner. El otro joven, de piel aceitunada y cabello rizado negro tenia presencia imponente, de complexion robusta y con unos poderosos brazos, parecia llevarle ventaja fisicamente salvo por la estatura donde ambos se hallaban equiparados. Saludaron al entrenador estrechandole la mano y entraron en el cuadrilatero.
Se ubicaron en sus respectivas esquinas y Lucas sintió que ya no podía más de los nervios, y ¿si lolastimaban? El no podría hacer nada, pensó en una secuencia novelesca muy heterosexual para la realidad y se rio por lo bajo ante aquellos pensamiento.
Se sintió un idiota.
La campanilla sonó dando comienzo a la pelea.
Ambos se movieron hacia el centro del round, con los brazos plegados al pecho cubriendose parcialmente el rostro con ellos. El moreno fue el primero en lanzar el primer golpe esquivado justo a tiempo por Num, a quien a su vez se desvió un poco hacia a la derecha. De nuevo otro golpe del moreno esta vez atacando el lado izquierdo del joven, Numa tan solo se protegia pero no parecia estar dispuesto a atacar. Lucas tenia ganas de incorporarse y gritarle pero aquello era demasiado.
El moreno seguia atacandole, esta vez buscando en los costados del joven aparentemente descubiertos pero Numa era rápido para esquivar los movimientos aunque aquello no era suficiente para ganar o al menos eso era lo que suponia Lucas. El joven retrocedió un poco, el moreno fue a su encuentro, en aquel instante Numa lanzó el primer golpe dandole de lleno en el lado izquierdo de la cara. El moreno no se dejo amedentrar y comenzó con una serie de golpes de los cuales solo uno dio de lleno en el joven de ojos verdes que se doblo sobre la barriga respirando aparentemente con dificultad. El silbato sonó, los jovenes se separaron. El entrenador fue de una esquina a la otra para susurrarle algo al oido a cada uno y hacer sonar la campanilla de nuevo.
Esta vez el moreno no se dejo engañar por Numa y se mantenia lo más cerca posible del joven, con cada movimiento el joven no ganaba distancia y se le veía un tanto acorralado.
Lucas no queria pensar en cual podria ser la peor herida que podria obtener de una pelea como aquella y tampoco queria imaginarselo. El moreno lo estaba encerrando empujandolo hacia la red, lanzaba golpes que el joven esquivaba pero finalmente le dio en el otro costado de nuevo obligandolo a plegarse del dolor. Numa se enderezó de nuevo, el gesto de su rostro era ciertamente de dolor, levantó la vista recuperando poco a poco la respiración, y aunque Lucas no podía estar seguro le parecio que el joven sonreia. El puño de Numa se movió con una rapidez increible dandole de lleno en la mandibula al joven moreno lanzándolo contra la red. Habia sido un golpe increible, el entrenador le aplaudió, sono el silbato la pelea habia terminado. Lucas se quedo un poco confundido, pensaba que eran 3 los rounds que se jugaban pero tampoco queria decir nada. El moreno descansaba contra la red, sonriendo, quizás divertido por su propio fallo. El entrenador por otro lado hablaba con Numa, quien parecia satisfecho con lo que escuchaba.
Numa lo buscó con la mirada, y despidiendose del entrenador se dirigio hacia él.
—Y¿qué te parecio?— se lo veía levemente avergonzado aunque intentaba disimularlo. La piel dorada le brillaba bajo las luces de la sala.
—El último golpe fue increible, realmente...— sentia deseos de abrazarlo.
—Si, para el boxeo soy un tanto gallína, no ataco tanto como deberia.
—Nunca podria practicar un deporte asi, a todo esto, pensé que iba por rounds.
—Depende, esto no va por puntos. Son encuentros para practicar, ver errores, perfeccionar tecnicas etc. Solemos hacerlo una vez al mes o cada dos meses, al menos en esta sala.
Lucas observó que en uno de los costados tenia un inmenso cardenal, allí donde el joven le habia dado un golpe.
—¿Estás bien?—señaló la mancha oscura.
—Se ve peor de lo que es
—¿Qué dice tu novia cada vez que te ve lleno de golpes?
—jajajajajaja.. no mucho, le gusta el cuerpo que tengo y eso es lo que le importa
“Qué superficial” pensó, aunque no era asunto suyo.
—Voy a cambiarme y nos vamos. ¿Ok?
—Dale, te espero abajo en la recepción.
Lucas bajo las escaleras y se paró frente a la recepción, una joven de cabellos anaranjados atendía el teléfono. Sintió como lo observaba y desvó la mirada haciendose el desentendido. Miró de nuevo hacia adelante, la joven parecía buscar su mirada, le sonreia cuando sus miradas se cruzaron, ella le guiñó un ojo. Lucas desvió la mirada intentando no parecer demasiado cortante.
Estaba deseando que Numa apareciese finalmente, aquella mujer no le quitaba los ojos de encima y lo estaba poniendo nervioso. Por fin le vio al final de pasillo, este le hizo una señal para que ya fuera saliendo.
Cuando estaba abriendo la puerta para salir la joven lo llamó
—Numa
Lucas lo miró interrogante.
—Esperame ya vengo.
El joven de ojos verdes, se dirigió al mostrador para hablar con la joven, esta le dedicó una de sus sonrisas
—Numa, ¿me presentas a tu amigo?
—No
La joven lo miró sorprendida
—¿Por qué no?
El joven le sonrió con picardía
—Porque eres una loba
La joven se hizo la ofendida pero no le dijo nada solo siguio con el teléfono atendiendo llamadas.
Una vez fuera, Lucas lo miró con curiosidad
—Lucas por favor, si te dejo dos minutos más, te levantas a todo el gimnasio.
—Nada que ver. ¿Qué te dijo?
—Me pidió que te presentara, pero no te preocupes, le dije que no.
—Ok — lo miró de reojo sonriendo. Ambos se dirigieron a la casa.
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