LUCAS
Finalmente no habian ido al cine. En cambio, se decidieron por hacer noche de pelis en la casa. Sele trajo algunos clásicos. Compraron cervezas, snacks y se instalaron en los sillones. Lucas llegó a eso de las 9 de la noche cuando la película ya habia comenzado y sin saber como ni porque se vió arrastrado a los sillones con el resto.
Leon lo miraba de nuevo, de reojo y no podía evitar repasarlo una y otra vez, la verdad es que parecía una estutua griega. No sabia si su cuerpo estaria asi igualmente esculpido, sin embargo, sus facciones eran perfectas y con aquellos ojos negros rodeado de las tupidas pestañas negras sentia, en especial, que aquella noche perdería el sentido.
Le dedicaba sonrisas, le traía bebidas y cuando podía apoyaba siempre por “descuido” su mano sobre un muslo. Lucas, por su lado estaba más que furioso, aquel tipo era el colmo, no tenia vergüenza ni nada. Aprovechando que el salón se hallaba a oscuras a excepción de las luces que emitia el televisor, le rozaba constantemente con sus manos, lo cual tampoco le ayudaba mucho porque por más que no fuese su tipo, era un chico, estaba bueno, él llevaba demasiado tiempo sin sexo, y de verdad que se lo hubiese pensado, si no hubiese sido porque detestaba profundamente su caracter.
Manon, por su lado, ya enterada de que era gay, decidió que ya que no podía obtener otra cosa de él por lo menos le robaria un beso y entre alcohol y chistes y las películas se acercó decidida a conseguir lo que queria. Seleika se dedicó a mirar la película junto a Lucas mientras los otros dos se desnudaban con sus comentarios. A Leon le gustaba el juego de sentirse seducido fuese por quien fuese y por lo tanto aquella situación con la joven le hacia muchisima gracia.
—Lo que no sabe Manon—susurró Seleika por lo bajo— es que Leon es bisexual…y menos mal que no lo sabe porque sino ya no estarían aqui en el salón
Lucas la miró sorprendido
—¿En serio?
—Si, estuvo de novio durante 1 año y medio con una chica, igual te digo, para mi, le van mucho más los chicos que las chicas.
—Ahora entiendo porque se comporta asi con Manon.
—No te confundas, él se comporta asi siempre. Nunca sabes cuando va en serio.
—Oigan ustedes dos— era la voz de Leon—¿Qué están cuchicheando?
—Nada que te importe, tú sigue con tus jueguitos— respondió Lucas
–—Uy lo siento—se acercó hacia él—¿Qué pasa? ¿Qué maduramos de repente?
El tono de Leon lo hizo enfadar.
—¿Qué pasa que somos demasiados idiotas para entender?
—Que guapo te pones cuando te enojas. Si es que te comeria, entero.
Los colores se le subieron a la cara, aquello era lo máximo, menos mal que estaba oscuro y no se notaba.
—Yo, en cambio, te partiría la cara. Aire que molestas...
Leon le sonrió y se hizo a un lado para volver junto a Manon.
Entre broma y broma se habia hecho casi la medíanoche.
—Y ahora que hacemos?—preguntó Leon esperando respuestas.
—Dormir
—Dormir
—Dormir
Leon los miró y comenzo a reir.
—¿Por qué no vamos a bailar?
—Me parece una buena idea. Vamos Lu.—respondió Manon.
—¿Qué? ¿Pero tú estás borracha o que? Yo no me muevo de la casa.
—Luuu, venga, vamos a bailar. ¿Vienes Seleika?
—No gracias, mejor me voy a casa que sino mi padre me mata.
Su hermana volvió con la mirada suplicante hacia Lucas.
—Vamos Lu, ¿porfi?
—Qué pesada eres…
—Venga Lu....—repitió Leon, la mirada asesina del joven le dio a entender algo—cas....Lucas..vamos, los voy a llevar a un lugar buenisimo. Es de lo mejor de la provincia.
Sin saber ni como ni porque Lucas se vio a si mismo montando en el golf rojo de Leon, mientras refunfuñaba, insultaba por lo bajo y juraba que era la primera y última vez que se dejaba arrastrar de una forma tan tonta.
Se dejaron guiar por Leon, que conducia bastante rápido o al menos eso era lo que hacia notar Lucas cada 5 minutos.
Llevaban de camino poco más de medía hora, aquello ya comenzaba a resultarle aburrido. Manon y Leon hablaban de la uni, de las materias, de los chicos y de las fiestas. Lucas miraba por la ventanilla del auto y se arrepentia y otra vez de haber venido. Por fin, Leon estacionó y justo enfrente se encontraba el lugar. La verdad es que no parecia ser demasiado impresionante. Un cartel brillante escribia el nombre del lugar “Contramano” y el resto podria haber sido perfectamente la entrada de un garage.
Leon saludó un par de personas en el entrada y los tres entraron sin pagar, por lo visto el joven era bastante conocido en el mundillo. A Lucas no hacia falta que nadie le dijese que aquel lugar era para homos, desde el dragqueen que atendía el guardarropas hasta el nombre de la discoteca y la música gritaban rabiosamente para quienes habia sido ideado aquel lugar. Lucas odíaba aquellos sitios porque la mayoria de los iban allí solo tenian una intención: “one stand night”, alguien para divertirse y punto. Su hermana miraba el sitiofascinada, le encantaba la música que pasaban en aquellos sitios, y pronto desapareció en la pista dondepasaban temas de los 80.
Lucas y Leon se quedaron en la primera pista, al fondo se hallaba un pequeño escenario elevado unos 2 metros por encima del suelo, hacia donde en aquel momento se habían dirigido todos los focos de luz.
—¿Quieres algo de beber?—Leon le preguntó al joven al oido dejando que sus labios rozasen el lóbulo.
Lucas se puso serio, lo empujo despacio pero lo suficiente para alejarlo de su lado
—No te pongas pesado, no me quiero ir a las manos.
Leon le dedicó una mirada inocente, Lucas tenia ganas de matarlo, era el típico que estaba acostumbrado a triunfar y que simplemente no podía aceptar un no por repuesta. El ya habia caido una vez en brazos de alguien así, y no cometeria el mismo error de nuevo.
Una extraña música llamó la atención de todos los que se encontraban en la primera pista. Los faros de luz resplandecieron varias veces y se escuchó algunos gritos de excitación y cuchicheo en la gente que se encontraba allí.
—Perfecto, parece que hoy hay espectáculo— comentó Leon.
Lucas lo miró sin comprender aunque suponia que se trataria de algun tipo de show especial
La gente comenzó a concentrarse frente al escenario para observar la escena. De las cortinas pesadas del improvisado telón, surgió un joven vistiendo tan solo un slip de cuero negro brillante. Sus gestos y su forma de moverse eran delicadas y felinas, unos cabellos cobrizos le caian a ambos lados del rostro, enmarcando un rostro de lineas finas. La música comenzo a sonar, era un conocido tema de la cantante amada en el ambiente, era una versión que él no había escuchado hasta el momento. El joven comenzó a bailar, realmente era muy bueno, sus movimientos eran lentos, sensuales y fluidos. Su manera de menear las caderas estaba poniendo a más de uno. Se deslizaba de un lado a otro haciendo gestos, provocando risitas nerviosas entre el grupo de gente que lo observaba, hipnotizado. A la mitad de la canción, otro joven entró en el escenario. Llevaba un antifaz, vestia unos pantalones de cuero negro y un chaleco haciendo juego, en su mano derecha llevaba una correa del mismo material y de la otra mano le colgaba un latigo.
—Oh
Lucas lo miró de reojo, por lo visto Leon habia estado esperando su aparición. Estaba absorto.
El resto de la canción subian la temperatura de cualquier presente, el joven le habia pasado la correa por el cuello a su joven victima mientras le obligaba a recostarse sobre el suelo, al mismo tiempo bailaba y jugaba con el latigo, lo dejaba resbalar entre sus piernas, acariciandose la entrepierna, ondulando las caderas provocativamente. Con una de sus manos se acariciaba el rostro, llevaba uno de sus dedos entre sus sugerentes labios, dejando que su lengua jugara con el. Miró a su victima y se dejo caer sobre su presa mientras sus manos acariciaban aquel delicado cuerpo, explorandolo, torturandolo, provocando gestos de placer en el rostro de la victima, luego le siguieron los movimientos sexuales tan conocidos, apenas rozando sus cuerpos al ritmo de la música cada vez más intensos.
Lucas se quedó hipnotizado mirando aquel cuerpo envuelto en cuero, era simplemente precioso. El material resaltaba cada músculo de su cuerpo dandole un toque prohibido y salvaje al mismo tiempo. A más de uno le hubiese gustado estar en el lugar de la victima. El baile era erótico de por si pero la sensualidad de los jovenes le daban un toque único.
Para el cierre de la canción, el joven arrojó el latigo al aire para atraparlo con su boca mientras el otro joven se recostaba a sus pies con el trasero alzado como esperando su castigo. Era hermoso.
A Lucas se le cortó la respiración, llevaba todo el espectáculo con una imagen en su mente pero solo en aquel momento acepto verla.
—¿Numa?— la voz le salió entrecortada.
Ambos bailarínes saludaron al público el joven del slip de cuero tomo el micrófono para anunciar que comenzaba la fiesta. Sus ojos enfocaban en el joven de cabello oscuro ondulado levemente en las puntas. No podía ser, sintió que el mundo desaparecía bajo sus pies, le estaba costando tragar, lo recorrió con su mirada: era él, el tono de su piel, aquel cuerpo modelado por el deporte, sus generosos labios, lo habia observado demasiadas veces. Bajó la cabeza, música sonaba fuerte, se sentia perdido.
“Tengo que salir de aquí”. Si se lo encontraba allí no podría afrontarlo.
—Salgo un rato—las palabras parecieron perderse en el aire. Sabia que Leon lo observaba pero le daba lo mismo. Le habia dicho algo pero él ya no lo escuchaba, lentamente se volvia para escapar de aquel lugar.
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