Si Lucas pensó que nada peor podía pasar, comprobó lo equivocado que estaba cuando su hermana entró en su habitación sin golpear, evidentamente emocionada.
—¡Luuu!
—¿Qué pasa? ¿No sabes tocar la puerta?
—¡Tengo una super noticia!
Lucas la miró durante unos instantes, preguntandose que la tenia tan alterada.
—¿Cuál?
—Adivina quien llega mañana de visita desde Italia?
A Lucas se le heló la sangre, no queria saberlo, tenia un mal presentimiento.
—¡Giovanni! Nuestro primi nos viene a visitar.
Lucas sintió que la habitación giraba a su alrededor y decididamente rogó que el mundo se acabase aquella noche para no tener que enfrentarlo.
“Perfecto, si mi vida era un desastre, ahora ya la puedo dar por arruinada”.
#
Numa se despertó con un conocido cansancio en el cuerpo producto del ejercicio de la noche anterior. Se estiró lentamente luchando contra el sueño, intentando abrir los ojos. El espejo en el techo lo sorprendió y con un grito ahogado se incorporó. ¡Todavía estaban en el hotel!
Leon dormia a un costado, boca abajo con las piernas abiertas y el cabello revuelto. Numa lo dejó estar, él tenia que ducharse y salir para el instituto. Miró la hora, eran casi las 8 de la mañana ya era imposible llegar a tiempo.
—Mierda mierda mierda—murmuró por lo bajo, mientras intentaba recoger su ropa desperdigada por la habitación.
Leon abrió un ojo, giró la cabeza y lo observó sonriendo. Esta vez, no se perderia el espectaculo.
Numa sintió la mirada sobre su cuerpo y se giró enfadado para enfrentar la mirada divertida de Leon.
—¿Sabes la hora que es? En este momento deberia estar en la puerta del instituto...—desapareció debajo de la cama— mierda, ¿has visto mis medias?
La risa de Leon llenó el lugar.
Numa se incorporó evidentemente fastidiado y le atacó arrojandole uno de los calcetines que recién habia encontrado, Leon respondió al ataque arrojandole la almohada.
Asi se entretuvieron unos minutos hasta que Numa cayó rendido sobre la cama, aprisionado bajo el peso de Leon divertido.
—Uf...ahora ya ni siquiera voy a llegar y todo por tu culpa.—Leon se acercó hacia él para besarlo de nuevo suavemente, era evidente que aquello era solo el comienzo. Numa lo empujó despacio pero con firmeza, mirandolo a los ojos directamente.
—Olvidalo Leon, es muy tarde.
—Y por eso mismo, de cualquier modo llegarás tarde.
—Ya pero si nos liamos de nuevo...entonces llegaré el año que viene.
Se escapó del acoso del joven y se dirigió al baño. Comenzó a ducharse, cuando sintió el sonido de la puerta al abrirse, Leon se encontraba allí, mirandolo, con lo nervioso que lo aquello lo ponia.
—Leoncito, ¿no tienes nada mejor que hacer?
—Si, pero seguro que la idea no te va a gustar...
Numa hizo de cuenta como si no lo hubiese escuchado, se giró apresuró la tarea para terminar cuanto antes y escaparse de aquellos ojos lo más rapido posible.
Salió y se vistió mientras Leon ocupaba la ducha siguiendo el ejemplo del joven.
Numa ya estaba listo pero decidió esperar hasta que Leon terminase con el baño, no pasó mucho hasta que Leon salió secandose con la toalla aparentemente sin mucha prisa.
—Bueno y ¿qué? ¿No te vas a vestir? ¿No vas a ir a la facu?
Leon se encogió de brazos.
—Tengo otras cosas por hacer.
Numa lo observó interrogante.
—Tengo que buscar un departamento.
—¿Un departamento?—estaba evidentemente sorprendido.—pero, ¿no vivias con tus padres?
—Si pero digamos que mi padre, me invitó a irme de la casa.
Numa lo miraba sin entender.
—Joer se te ve tan tranquilo, cualquiera diria que te han pagado por irte.
—Bueno, eso también lo ha hecho aunque no lo sabe– le guiñó un ojo.
—¿Cuando te tienes que ir?
—El fin de semana.
—¿¡QUE!?
Leon lo miró sorprendido.
—¿Por qué?
Numa pensó que estaba bromeando
—Leon conseguir un depto lleva tiempo, e incluso aunque lo consigas tienes que esperar como dos días hasta la firma del contrato. Aparte ya deberias haberte fijado, o llamar a una inmobiliaria o mirar por internet.
—Y tú ¿cómo es que sabes tanto?
—Un amigo mio tuvo que mudarse hace poco y buscamos juntos el departamento.–se acordó de lo mucho que habian tardado con Agustín en encontrar aquel pequeño piso y a un relativo buen precio.—¿Quieres que te ayude a buscar?
—Claro— Leon le sonrió agradecido, aquel chico era un angel— pero mejor vete al instituto ahora... nos vemos esta tarde— Leon sonrió para sus adentros ya tenia excusa para verlo ese día.
—Ok — asintió Numa mientras lo observaba un tanto preocupado, la verdad es que admiraba su actitud seguramente no se sentia tan tranquilo respecto al tema de que lo habian echado de la casa como en realidad aparentaba, parecía no solo burlarse de los demas sino tambien de sus propios problemas. Durante un instante lo vió allí tendido desnudo y en cierto modo le pareció un tanto inocente, solo esperaba que no se enamorará de él porque entonces él no podria corresponder sus sentimientos, y le gustaría conservarlo como amigo
—Oye Numa—Leon se habia puesto serio de repente— ¡Gracias!
—Para eso están los amigos, para ayudarse mutuamente– le sonrió ampliamente, esperaba que hubiese captado el mensaje–—bueno ahora me voy que sino ni siquiera para las 9 voy a llegar, nos vemos esta tarde.
Numa lo miró durante unos instantes antes de salir de aquel lugar.
Leon se quedó allí pensativo, mirando su propio reflejo en el techo, el cabello violeta y los ojos grises oscuros.
“Amigos...” suspiró, poco a poco se estaba hartando de escuchar aquella palabra.
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