—Lo siento, no quise molestar– Agacha la cabeza en señal de disculpas y luego la levanta mostrando una pequeña sonrisa– Podríamos seguir buscando algún juego si quieres.
—Ah, no puedo –Piensa en alguna excusa– Tengo cosas que hacer. De todas formas, gracias por preguntar– Le dice en un intento de sonar lo mas amable posible sin sonar tan tosco.
Tras decir eso se iba a dar la vuelta de nuevo, pero Julián se pone adelante de el para impedir que se vaya.
—‘Piensa, piensa’ –Decía en su interior Julián’ –Escuche que están volviendo a poner películas viejas en un cine cercano y hay una que me interesa ver–Se da cuenta de que capto la atención de Raphael y sigue hablando –Trata sobre una chica que soñaba con su propio restaurante, pero se convierte en sapo tras besar uno. Me gustó mucho cuando era pequeño y me dieron ganas de volver a verla, ¿Qué dices? ¿Quisieras acompañarme? –Lo mira con ojos esperanzadores.
—‘De acuerdo, sé que dije que no tenia mas ganas de estar con él, pero conozco la película de la que habla, tambien la vi cuando era un niño –Se muerde el labio mientras piensa un momento– ‘Da igual’– Creo que se dé cual hablas, a mi tambien me gustaba, vamos –Sin darse cuenta le regala una sonrisa pequeña al otro chico.
En el momento en que acepto vio la sonrisa emocionada de Julián y sintió como era arrastrado por el mas bajo y era llevado corriendo directo al cine mas cercano para comprar los boleos y bote de palomitas.
La película duro dos horas. Luego de terminarla ambos salieron y empezaron a hablar sobre ella.
—Ok, pero mi parte favorita fue cuando era un sapo y lo dijo en voz alta y los del bote huyeron asustados– Decía riendo.
—Si, pero nada le gana a que luego se convirtió en una princesa con ese vestido precioso después de besarse con su príncipe –Decía fingiendo indignación– Definitivamente nada le gana a eso.
—Es cierto, fue muy romántico y hermoso– Dice suavemente mientras miraba a otro lado.
—‘No puede ser, lo pase tan bien…no puedo dejar las cosas asi’– Piensa en su interior frunciendo el ceño.
Tras caminar saliendo del cine Raphael se detiene un momento en un juego donde hay varios peluches y se acerca ahí.
—Olvídalo, es imposible ganas en no de esos. Solo es una pérdida de dinero –Le toma del brazo con cuidado con miedo de que el más alto se enoje de nuevo.
—¿Seguro? –Alza una ceja mientras sonríe arrogante– Para mí nada es imposible.
Después de un rato de jugar y desperdiciar su efectivo logra ganar un tierno peluche de oso blanco con un listón con la frase “Por favor, nunca me dejes” escrito en el.
—Creo que esto es tuyo –Se lo pone en sus manos con cuidado y sonríe orgulloso.
—¿Por qué? –Lo mira curioso mientras aprieta el peluche en su pecho.
—Tu pago por hacerme pasar un buen rato. Ahora me voy –Lo saluda algo seco con su mano al aire mientras se va alejando.
—Ah, ¡!adiós! –Grita para que lo escuche y luego sonríe con felicidad mientras abraza su peluche con ternura y lo ve marcharse.
Unos momentos después llega su hermano para llevarlo a casa.
—Vámonos, se está poniendo muy oscuro, hermanito –Lo abraza por el hombro y se suben al auto.
—‘Me gusta tanto’– Piensa mientras cierra los ojos.
Su hermano lo mira por el espejo retrovisor
—Ya se quedó dormido – Sonríe con ternura.
En casa de Raphael.
—Maldición, la pase tan bien…eso no debería de ser tan bueno. Se supone que estaba con mi rival. La próxima vez no debería ser tan amable –Se dijo a sí mismo.
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