Fue muy tarde cuando Luly se dio cuenta que todo era muy extraño, desde la nota hasta el lugar donde quedaron. Esa misma mañana el profesor lo saludó y no le dijo nada sobre aquel encuentro. Después de revisar tres salones, el pánico corrió por su espalda al entrar al último salón.
Dos jóvenes le esperaban. La ropa que llevaban era negra de pies a cabeza, ni se les podía reconocer la cara porque traían pasamontañas. El salón tenía sillas viejas y el polvo reinaba el lugar. Pero si ese no era el pabellón de enseñanza empresarial ¿Cuál era? Las clases fueron dictadas de manera online hace un año. Justo al frente se construía las nuevas aulas. El ruido de las máquinas era perfecto para callar cualquier crimen.
Luly dio un paso atrás y sintió el ras al tener las manos de alguien en sus hombros. Era un tercer sujeto, que estaba oculto esperando que Luly apareciera y empujarlo al salón. Y así fue, con un golpe, mandó al suelo a su presa.
— Por favor... -gimió Luly.
— Sólo hacemos lo que nos pidieron -uno de ellos respondió.
— Tienes que dejar tu puesto de asistente con ese profesor -dijo otro- para que lo piensen bien, te daremos esto como regalo.
Le propinaron varios golpes, en la barriga, la espalda, el pecho, la cara. Ellos no sabía pero no era necesario atacarlo entre tres personas, bastaba con uno solo. Luly no sabía pelear, nunca pudo defenderse en el orfanato. La brutalidad con la que le golpearon fue bastante extrema. Al no tener una orden clara de cuanto debían maltratarlo, ellos hicieron lo que quisieron.
— Tiene una cola linda -dijo uno de ellos.
— Apuesto que se la quieres arrancar jajajaj
— Adelante.
— Creo que coleccionaré colas y las colgaré en mi sala jajaja
Los ojos de Luly se abrieron de par en par ante aquella conversación. Aterrado les suplicó y lloró que no lo hicieran.
Mostrar las colas y orejas es algo inevitable pero a veces no muy práctico. Las personas de buenos recursos, se operan las colas y orejas, esto no impide que sigan su viva con toda normalidad. De todas maneras en un tiempo vuelven a crecer. Esto es tan popular que hasta se encuentra propaganda en la televisión, periódicos y diversos medios. Doctores de renombre, animan a quitarse la cola para el sector alimenticio. Por supuesto que esta práctica requiere una operación con anestesia y un tratamiento posterior especial.
— No lo hagan -suplicó Luly- ¡les daré dinero!
— Sabemos que no tienes el dinero suficiente para pagarnos.
— Por favor no!!!
Entre los tres agresores, a uno le hacía mucha gracia las súplicas del agraviado. Los gritos de Luly al recibir cada golpe, le llenaban de emoción. Los otros dos simplemente cumplían con la misión.
— Vamos, córtale la cola de una vez
— Calla a ese gato blanco cortando sus orejas también.
— No sé como puede suplicar con la boca llena de sangre jajajja
Le propinaron tantos golpes que en un momento vomitó sangre en la ropa de uno de sus golpeadores. Esto causó tanto enfado que agarró la cola de Luly y la quebró en la mitad. Luly gritó del dolor. No sólo ese aula, si no el resto resonaba con cada llanto. La cola tiene mucha sensibilidad. No hay manera de explicar el tremendo impacto que uno puede tener al quebrar esa parte del cuerpo.
En el momento que Luly estaba por perder el conocimiento, vio un cuchillo.
El tiempo de los sueños es de un par de horas, unos días o varios meses. Cuando despiertas descubres que dormiste una hora, pero soñaste tanto que parece un día entero. La razón de los sueños es una idea de escape de la realidad. Un lugar en el que puedes ser el villano o el héroe. El escenario depende totalmente de ti, es como un mundo de plastilina.
Luego de perder la cola, Luly cayó en un sueño. Se encontraba en una linda casa, era una mansión, con sus padres y sus abuelos. La familia entera celebraba la graduación de Luly. El nieto más amado había traído a su novia con él. No mucho después le esperaba un puesto de trabajo en la mejor escuela de la ciudad. Que maravilla por donde lo viera. Su novia le anunciaba que pronto serían padres y que no sería uno, si no unos hermosos gemelos. El día del parto, un Luly emocionado entraba a la sala de operaciones a sostener la mano de su amada pero el abuelo le tomó de la cola y lo jaló, volviendo a la realidad.
Había despertado del dulce sueño. Sin entender donde estaba y que había pasado. Pero tenía un recuerdo de unos abusivos golpeándole. ¿Acaso soñó todo eso también?
Una hermosa enfermera sentada frente a él, con una revista en la mano, le miró y asombrada corrió al teléfono. Luly no entendía si esto era parte de su sueño, o si aquella joven era su novia y esa casa la mansión.
Luly intentó incorporarse pero la enfermera corrió y se lo impidió.
— Por favor no te levantes -dijo ella- el señor Shin estará aquí pronto. Debes tener muchas preguntas pero tendrás que esperar.
La hermosa habitación estaba en la casa del profesor Shin.
He revisado varios capítulos anteriores y he modificado un poco. Cuando mandé estos 3 últimos por primera vez, no había hecho una revisión. Lo siento!!!
Las habitantes de la ciudad tienen colas y orejas de gato. Evolucionaron con algunas características de los felinos para poder poblar las ciudades. Luly es un joven que comenzó sus estudios universitarios y quiere tener una vida pacifica sin formar vínculos.
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