—¿He venido hasta ti?— Melpómene le pregunta, la chica tuerce sus ojos. —Viniste, te traje, equis ¿importa?
De pronto recuerdo una expresión que Rodrigo solía usar con las personas así. Él decía que tenían una papa atorada en la garganta, y que por eso sus acentos eran tan extraños. Él les llamaba fresas, y Travis les llamaba esnobs, si no mal recuerdo.
—¿Quién eres tú?— me atrevo a preguntar, la chica me mira con recelo. Se ve algo engreída. —¿Piensas que soy una mamona?— dice repentinamente. Tomo un paso hacia atrás —¿Qué? ¿Leíste mi mente?— La chica hace una mueca. —No wey, solo te pregunte y tú me acabas de responder.
La chica observa a Melpómene y luego a mí, nos mira de pies a cabeza, y hace otra mueca. Siento algo en mi mano, Melpómene la está tomando. Antes de que pueda preguntarle qué sucede, Mel se desfasa, y yo con ella. Mi cuerpo se siente extraño, un poco más ligero. La mano de Mel me arrastra hacia la reja, pongo una mano para no chocar con el hierro, pero esta lo atraviesa, junto con todo mi cuerpo. Mel suelta mi mano y vuelvo a la normalidad, estamos del otro lado ahora. —¡Hey! ¡Espérense!— grita la chica y nos comienza a empujar hacia un árbol cerca de la entrada. Nos deja de empujar hasta que estamos detrás del tronco, ocultos. —¡No pueden estar aquí!— dice la chica en voz baja.
—¿Entonces porque me has traído?
—¿Ella te trajo?
—¡Si! ¡Yo la traje!
La chica levanta dos de sus dedos y puedo sentir una briza en mi nuca. Volteo, pero nada. Abro mi boca para decir algo, pero no puedo. Mi voz ha desaparecido. Lo intento de nuevo, pero mi garganta no responde. No puedo hacer ningún sonido. “Idiota”. Una voz foránea suena en mi cabeza ¿Qué carajo? “¿Con quién hablas?” No hablo con nadie, estas… ¿estás en mi cabeza? “Se podría decir, de esta manera no nos escucharan”. ¿Cómo hiciste eso? ¿Es tu poder? “Uno de ellos”. “Tienes muchos poderes” ¿Mel? ¿También estas en mi cabeza? “Escúchenme, tienen que seguirme, vamos a algún lugar más callado”.
La chica nos toma de la mano a ambos y nos encamina por un lado de la barda. En la distancia, puedo ver que las ventanas de la escuela siguen prendidas. ¿Qué es esta escuela? “Es un internado, el Instituto Pétalo”. Continuamos caminando tras los arbustos, hasta que finalmente llegamos a una pequeña escotilla por donde la chica entra. Podría ser peligroso, pero confiare en que podemos salir de cualquier situación ahora con los poderes de Mel. Casi cualquier situación, después de todo, he sobrevivido a dos psicópatas. Entrando por la escotilla, nos esperan unas escaleras hacia abajo. Terminamos en una especie de sótano polvoriento, rodeado de estantes y herramientas oxidadas. Bajo la luz de un solo foco, la chica junta sus dedos sobre su cabeza y al separarlos, siento que algo se escapa de mi garganta. Es solo aire.
—¡Bien! ¡Entonces hablemos!
—¿Quién eres? ¿Cuáles son tus habilidades? ¿Cómo las conseguiste? ¿Qué quieres?— Mel hace las preguntas tan rápido que no le da oportunidad de contestarlas. La chica se queda pensando por varios segundos.
—Kristen Bree ¿Quiénes son ustedes?
—Melpómene Li, él es Sam Horacio— saludo a la chica con una mano, pero ella tuerce los ojos de nuevo.
—Te sentí cuando accediste a la red, por eso te traje aquí, pensé que realmente buscabas conocer a… otros.
—¿La red?
—Yo le llamo así, es cuando dejas que tus poderes fluyan junto con el ambiente
Los dos nos miramos confundidos. Estoy seguro de que Mel pensó que eso sonó muy ridículo.
—He sido maldecida con estos poderes desde hace un tiempo… practicaba como dominarlos… mientras buscamos como deshacerme de ellos
—¿¡Deshacerte!?— Kristen se sorprende y toma a Mel por los hombros. —¿Por qué razón no los quieres?
—Son inestables… y peligrosos.
—Quizá tu sepas de ello— Apenas lo digo, la chica me voltea a ver.
—¿Él que?
—¿Disculpa?
—Ha terminado envuelto en todo esto, me está ayudando a liberarme de esta… maldición.
Kristen toma unos pasos hacia atrás y suspira fuertemente. Es apenas una niña, pero su mirada es muy condescendiente. —Yo nací con mis habilidades… La conexión de mentes… las visiones… y la… destrucción, aunque he perdido por completo la última… Por mucho tiempo sentí a otros, como tú y yo, cuando dejaban fluir sus poderes y se conectaban a la… red— Una puerta se abre repentinamente, un hombre viejo con un uniforme azul entra y nos observa con sorpresa.
Kristen levanta una de sus manos y la apunta al viejo sin siquiera voltearlo a ver. El sujeto se detiene y se queda completamente quieto. Sus manos y piernas aun en la misma posición, es imposible quedarse a medio paso por mucho tiempo sin comenzar a temblar, pero el viejo ha quedado... —Lo congele, la conexión me permite controlar muchas cosas… aunque leer mentes se ha vuelto difícil muy últimamente…— dice Kristen y baja su mano. El viejo permanece en la misma posición. Realmente lo ha inmovilizado. Viendo a Melpómene, me doy cuenta de que esta sorprendida. En el buen sentido.
—…Yo… no sé cuántos poderes tenga…
—¿Qué?
—Son muy inestables… cambian con el día… pero también mis emociones los pueden cambiar… o descontrolar
—¿Neta? Eso está muy loco ¿Qué tipo de habilidades tienes?
Las dos chicas continúan platicando por minutos. Melpómene le cuenta sobre La Semana Fantasma, y otras habilidades que ha logrado ver. De acuerdo con ella, además de los siete que me ha revelado, y sus variantes, también se ha visto capaz de controlar el viento, el agua, y en una ocasión, a un perro que vivía por su casa. Kristen se sorprende con cada cosa que le dice, y luego muestra su habilidad de desfase una vez más para ella. Hablamos sobre el extraño mundo que creo cuando Hernández nos intentó matar, y lo que tuve que hacer. Kristen se queda boquiabierta. Es solo una chica de preparatoria, pero a diferencia de Mel, ella si controla completamente uno de sus poderes. El segundo, sin embargo, ha sido un problema para ella.
Las visiones que Kristen describe son impredecibles, espontaneas, y misteriosas. Nos cuenta que tenía una al año, generalmente. Con ellas veía muertes de familiares, catástrofes que sucedieron en Azul, milagros, y otras cosas. Pero últimamente, sus visiones han regresado con mucha fuerza, presentándole por muchas noches la misma visión. —Como si… algo… me estuviera diciendo lo que tengo que hacer— dice. Cuando le pregunto qué visión ha tenido, nos revela que ha sido una de las razones por las que trajo a Melpómene apenas la detecto con sus podres. —Vi a un hombre… bajo la luna, y luego a ustedes en una televisión.
—Debió ser Hernández— le digo a Mel, ella asiente y comienza a pensar. —¿Qué más has visto?— le pregunta. —Los sigo viendo a ustedes, pero ahora veo a un… niño…
—¿A un niño?
—…Si… es un niño, agachado en la oscuridad, y de pronto… ¡salta a mí con un cuchillo en mano!
—Eso suena horrible— El celular de Melpómene suena. Son sus padres. Nos vemos obligados a regresar antes de levantar sospecha. Kristen se despide, y prometemos encontrarnos después. Al final, pareciera que Kristen solo quería a alguien para platicar sobre sus habilidades, y decidió traer a Melpómene. Pero la descripción que nos da sobre su visión me deja pensando. Si es cierto que primero vio a Hernández, y él nos buscó, eso significa que pronto nos toparemos con ese… niño. O quizá sea como la última vez, y ese niño nos encuentre primero a los dos. ¿Sera esa corazonada que él tuvo? Tal vez lo pienso demasiado.
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