Hay una casa de color blanco, común y corriente, en un fraccionamiento de clase media, rodeada por pasto. Esta noche, llueve ferozmente. Como la noche donde Rodrigo y yo nos vimos por última vez. Los truenos tapan el sonido de los estruendos dentro de la casa. Kristen y yo hemos llegado, pensamos que podríamos detenerla de alguna manera, con nuestras habilidades innatas. A pesar de no haber matado a nadie en más de diez años, Sofia Cariño aún mantiene su fuerza. Es una bestia. Nos atacó desde el momento que llegamos. Noqueo a Kristen. No pude vencerla por mí mismo. Me ha clavado un cuchillo en el hombro, me tiene amordazado en la cocina de su hogar.
Por todo el lugar, una televisión suena a todo volumen, pero solo tiene estática. Volteo hacia el sofá, los cuerpos de su familia aún siguen ahí. Tres figuras deformadas. ¿Cómo pudo…?
—¿Cómo me encontraste, bebe?— un tacón se entierra en mi estómago. Suelto un alarido de dolor, pero Sofia solo se ríe y repite su pregunta, esta vez amenazándome con un cuchillo que cuelga de sus dedos cristalinos. Esta mujer tiene más de cuarenta años, pero aún se ve de veinte. Viste un vestido negro, tacones rojos, y un abrigo de pelaje blanco. Está completamente maquillada, como si fuera a una fiesta, con su cabello negro alojando una serie de pendientes dorados. Vuelve a enterrar su tacón en mi panza, y grito de dolor. Me ha golpeado un par de veces ahí.
Agachándose lentamente sin quitar el tacón de mi estómago, remueve el antifaz de mi rostro. Puedo ver que su vestido hace poco por proteger sus piernas de ser expuestas. En otra ocasión, estaría apartando mi mirada para evitar ser descubierto, pero no hay nada de sensualidad en esta situación, todo esto se está transfigurando. Es casi grotesco. Sus ojos me atrapan en el acto, pero ella se jacta de ello. Me ofrece una sonrisa macabra. Cuando sonríe, puedo ver que sus dientes se han pintado con su labial rojo. Su voz es lo único que delata su edad. —No me lo creerá, señorita… pero, somos videntes.
El Asesino Poeta ríe sin control, y de su bolsillo saca un papel. —Eso me ha dado risa… Has sido un increíble huésped… dejare un buen poema junto a tu cuerpo… ¡Dios! ¡Qué bien se siente estar de vuelta!— Observo a Kristen, aun dormida a unos metros de mí. Si tan solo pudiera ganar más tiempo…
Un poderoso trueno nos interrumpe. Sofia voltea hacia arriba y luego hacia mí. Me ve con una expresión burlona. —Ese ha sido bueno ¿no? Muy impactante… ¿Entendiste? ¡Impactante–!
Otro trueno suena, esta vez ilumina la casa a través de las ventanas con su luz. Cuando la luz parpadea, veo una sombra detrás de Sofia. El relámpago termina su descenso. La sombra viste completamente de negro y tiene el cabello blanco. Es más alto que Sofia y mucho más imponente. —¡Muere!— Sofia recibe un golpe tan fuerte en la cara que la dispara hacia la sala del lugar. La figura que ha llegado no la pierde de vista, Sofia ya está de pie, apuntando un cuchillo y embistiendo. El intruso la pesca de las manos, y con su mismo impulso la levanta en el aire y la azota contra el suelo.
El golpe por si solo hace que cierre los ojos. La asesina suelta un último respiro y permanece en el suelo. Fue un golpe muy fuerte. La figura voltea a verme. Mi corazón se salta un latido. ¿Quién es…? —Fénix— dice, intenta hacer su voz más grave, pero es obvio que es Melpómene. Una sensación de alivio me invade. Incluso rio, a pesar de la situación. Creo que quiero llorar. —Me– Digo… ¡Espectro!
—No… soy Luz ahora
—… Oh… suena genial también.
Mel corta las sogas con un cuchillo y me examina. Repentinamente, saca el cuchillo de mi hombro sin aviso. Muerdo mis labios para resistir el dolor. Cuando comienzo a apretarme el hombro, me percato de que no hay una herida. Vuelvo a tocarme, pero nada, es solo mi piel desnuda… Yo pensé que…
—Dime que está bien— dice Mel mientras libera a Kristen de sus ataduras. Poniendo una mano en la frente de la chica, Mel comienza a curarla. Pensé que solo podía hacerlo los martes. —¿Cómo es que…?
—He aprendido algo…— dice Mel mientras se endereza. Ahora me mira a los ojos. —No puedo escapar de esto— dice y me abraza.
Pasan varios segundos. Le regreso el abrazo. Cierro mis ojos. No sé qué ha sucedido, pero qué bueno que volvió. Aunque…
—…No, tu querías dejar esto… ¿Por qué volviste?
—Sin mi hubieran muerto
—…Si, lo se… pero…
—Mira, tuve una… visión, se podría decir… Sam, tenías razón…
Mel levanta su antifaz y me mira a los ojos. Pensé que era el único que estaba llorando.
—Si, no quiero ser una heroína… ¿pero entonces qué? ¿voy a ignorarlo todo…? ¿voy a ignorar todo cuando tengo… la posibilidad de cambiar el mundo? No soy tan egoísta…
La lluvia comienza a debilitarse. Mel se aleja y camina hacia Kristen. Agachándose, la toma en sus brazos y la carga. —Vámonos— Aun no comprendo del todo lo que ha pasado, pero me levanto y la sigo.
…
—Entonces… ¿aun quieres hacer esto?
—No… pero lo hare.
—Eso… no está bien.
—Sam, ¿Por qué haces esto tú?
—Porque… hubo cosas que hice y no debí… y cosas que debí haber hecho y no las hice… quiero cambiar.
—Entonces, yo también quiero cambiar
—¿En qué sentido?
—Creo que… Todo este tiempo, luchaba por mí misma… como excusa, cuando en realidad no quería hacer nada… ignoraba que no era la única en esto… tu… te has arriesgado por mí, por todos… Kristen también… los deje colgando. Y sé que ponerlo así es como decir que solo lo hago por no sentirme culpable, pero creo que… Comprendo. Comprendo la misión que se me ha encargado.
—…Gracias
—¿Qué?
—Gracias por volver
…
El proceso es perpetuo – escapamos con el tiempo de nuestro lado. La policía llega y arresta al asesino, descubren los cuerpos, creo que descubren el desastre que nosotros hemos dejado detrás, y acordonan el lugar. Al siguiente día vemos sobre el arresto. Nunca hablan de nosotros. Después de un tiempo, sale a la luz el perfil completo… Pero me he aburrido de leer sobre ellos. Los han capturado, eso es lo que importa.
Pasarían meses antes de volver a ello.
Por el momento, Melpómene, Kristen y yo comemos helado en un local al aire libre. Ellas hablan de chicos que se les hacen atractivos. Yo me avergüenzo un poco. La gente pasa a los lados. Entre tanto que paso, olvide que solo somos personas. Mas personas de las tantas que existen. Pero si alguien nos necesita, Kristen lo vera. Y entonces seremos Fénix, Luz, y Magic.
Mientras intentamos cambiar, lucharemos por curar a la ciudad. Cuando la luz nos cegó, decidimos remover aquella mascara trágica de nuestros rostros.
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