Pero qué más respuesta necesitaba si mis mejillas estaban completamente encendidas y mi sonrisa brilló cuando aquella carcajada escapó entre mis labios animándome a bromear con él.
—Me parece que alguien tiene demasiada confianza... —susurré mientras abría mis ojos para encontrarme con sus bonitas puertas al alma, sabiendo con una sola mirada que él no estaba mintiendo al respecto.—Pero siendo sincero contigo, creo que yo tampoco seré capaz de encontrar a alguien que encaje tan bien conmigo, como lo haces tú.
Young Soo ni siquiera me dio tiempo a que me avergonzara por mi ñoña confesión, porque tan pronto acabé de hablar sus labios impactaron con impaciencia sobre los míos. Él sabia que yo queria que ese beso pasara, y ahora podia entender que todo este tiempo él me miro de otra manera, nunca fui su triste amigo homosexual quien le iba mal en el amor, no, siempre fui Yun, un chico que el queria conocer y que no esperaba la hora que me diera cuenta de sus sentimientos para besarme con fervor como lo estaba haciendo en este momento.
Incluso sus labios eran perfectos, y aunque no profundizamos demasiado, como queriendo conservar aquello para otro momento, fue exquisito para mi corazón. No quería separarme de sus labios pero era inevitable que en algún momento nuestros cuerpos nos pidieran oxígeno, y me lamente tanto cuando ya no pude tocarlo porque ahora no sabia que mas decirle.
—Tengamos una cita el sábado. —dijo él queriendo romper el hielo.
—¡No! Digo... ¡Si! Pero deja que esta vez yo sea el que se encargue de todo, siempre eres tú el que organiza nuestras salidas...
—Está bien, está bien, pero... ¿ya tienes algo planeado? —Pude sentir su curiosidad pero la verdad es que no había pensado en nada, y nada se me iba a ocurrir así tan pronto bajo presión. Esta iba a ser nuestra primera cita oficial como...¿casi algo? Y necesitaba tiempo para pensar en algo bueno para nosotros dos.
—No voy a decirte ahora, mocoso... tendrás que esperar por mi mensaje mañana. —comenté entre risas sintiendo como él me empujaba suavemente para dejarme recostado sobre su cama y me sorprendí al encontrarme debajo de su cuerpo, pero como si se hubiera espantado se colocó a mi lado. Quise pensar que era porque estaba tan nervioso como yo, pero una parte de mi me gritaba en el oído que no debía olvidar que probablemente mi cuerpo de hombre le resulte asqueroso aún si siente que nuestras almas están predestinadas.
—Seré paciente, sunbae. —lo oí decir antes de sentir como se acercaba a mi cuerpo para rodearlo con uno de sus brazos regalándome ese rico calor que hizo que mi voz interior se callara por un momento.
—Prometo regalarte una linda cita, Young Soo...
—Si es contigo, será perfecta aun así me llevas a un basurero.
Esa noche luego de aquello, vimos algunos capítulos juntos de un anime que iniciamos, es un clásico pero decidimos comenzar desde cero y verlo correctamente de manera cronológica. Cuando el sueño me golpeó, me sentí seguro. Sabía que esa noche dormiría libre de pesadillas y sentí mi corazón lleno cuando él me apretó más contra su cuerpo, aunque para ser honestos mis palpitaciones estaban descontroladas cada vez que se apegaba más a mi figura.
Mis hormonas, Kim Young Soo.
Finalmente los días habían pasado, el sábado ya había llegado. Pero durante el transcurso de esos días, tanto nuestros compañeros de trabajo como amigos cercanos, sintieron una vibra diferente entre nosotros dos. Young Soo andaba más alegre y distraído de lo normal, a Sakura le preocupaba porque sabía que se comportaba así cuando le gustaba o empezaba a salir con alguien, y sabía que este no es especialmente bueno para elegir a sus pretendientes femeninas. Pero lo que más le llamó la atención a ella fue que me avergonzaba más de lo normal cuando Young Soo se me acercaba, sin contar que el más joven me regalaba miradas a mi, SU empleado, y cada vez que podía me abrazaba o me besaba la mejilla, ganándose un zape de mi parte, quien obviamente estaba completamente rojo como un tomate.
Como mencioné antes, Sakura no fue la única que se dio cuenta, y aunque parezca descabellado no fue Sun Hee, sino que fue Seung Hwa el que más ha notado mi cambio. No se en que he cambiado pero supongo que el me vio muchas veces como tonto enamorado como para darse cuenta a simple vista que estaba feliz gracias al amor.
—¿Hyung? ¿Podemos hablar un momento? —me susurro en el oído Seung Hwa haciéndome saltar del susto. Estaba cocinando con Sun Hee nuestra cena de ese jueves esperando mantener el secreto de que el sábado tendría una cita con Young Soo, y al mismo tiempo matando mi cerebro pensando qué lugar sería apropiado para nosotros dos.
—Sun Hee, ¿puedes tú sola un ratito?
—Si, si, no te preocupes, oppa. Yo acabare con la cena, fíjate que quiere este idiota que no deja de actuar sospechoso como si hubiera matado a alguien.
Seung Hwa suspiro riendo y burlándose de la chica, claro, él se reía porque ella no se había dado cuenta de algo que él percibió desde el primer momento que pisé la casa.
—¿Estás saliendo con alguien, hyung? —me cuestiono sin pelos en la lengua cuando nos encontramos solos en el living de nuestro departamento.
—¿Qué? ¡No!
—Oh no no, a mi no me mientes, Kim Yun. Tú solo estás así cuando estás saliendo con alguien que te gusta mucho. —dijo él con seguridad entrecerrando sus ojos que me miraban fijamente esperando a que yo confiese. Tampoco es como si pudiera hacerme el difícil con él así que simplemente suspire y me acerque más para que no llegara a oídos de la vieja chusma mayor, Sun Hee.
—Aún no le digas nada a Sun Hee... pero tengo una cita con la persona que me gusta el sábado.
—¿Qué tienes una cita con quien? —preguntó una voz chillona sintiendo al fantasma de mis pesadillas detrás del sofá donde nos encontrábamos sentados con Seung Hwa. —¡Sabía que algo me estaban ocultando ustedes dos!
—Oh... dios mío...
Así fue como Seung Hwa y Sun Hee se enteraron que tenía una cita planeada con Young Soo, y claro la niña tonta salto por todos lados gritando que "sabía que terminaríamos juntos". Traté de calmarlos porque aún no éramos nada con Young Soo, solo confesamos que ambos sentíamos algo por el otro pero nada más que eso...
Lo positivo fue que, al enterarse, pude pedir ayuda con respecto a dónde llevaría al más joven para hacer que nuestra cita sea perfecta. Y al parecer ir al cine... no era tan mala idea.
Esa noche no había dormido muy bien por la ansiedad que me comía por dentro, muy irónico porque he salido con Young Soo en muchas ocasiones a solas y jamás me asuste tanto como hoy. Él sabía que debíamos reunimos en el shopping cercano a la universidad, y de los mismos nervios llegué una hora antes al lugar acordado. Pero lo más chistoso fue que cuando llegué y suspiré de frustración por haber sido tan ansioso, vi que a lo lejos llegaba Kim con la misma expresión que probablemente yo tenía en el rostro.
—¡Sunbae! —exclamó él tan pronto me reconoció. Debía admitir que Young Soo lucía más guapo de lo normal, era obvio que se había arreglado muy bien para nuestra primera cita. Traía unos pantalones blancos que le sentaba perfecto, podría decir que el blanco predomina en su outfit, y combinó su perfecto look con una chamarra de jean casual y su cabello oscuro perfectamente acomodado. Se veía fresco, y desde aquí podía sentir su rico olor a perfume. —¿No debíamos reunirnos a las 3 PM? ¿Llegas tarde? Creía haber llegado demasiado pronto.
Sonreí enternecido y me acerqué más a él para saludarlo con un besito sobre su mejilla. Young Soo es tan alto que siempre se ve obligado a agacharse un poco para comodidad mía. Quería besarlo ahí mismo pero aún parecía demasiado irreal que estuviéramos teniendo una cita. El se ve tan hermoso que no parece real.
Por mi parte, también me esforcé por lucir agradable para su vista, pero lo cierto es que no tengo idea el tipo de chico que le puede llegar a gustar a alguien que en un comienzo era heterosexual. En mi outfit no había un color predominante ya que básicamente llevaba unos pantalones negros y una remera blanca con letras negras, además de que como estaba fresco el clima llevaba una blusa de lanilla fina de los mismos colores antes mencionados, no quería verme muy llamativo pero tampoco quería verme demasiado simple.
—¡No, no! Si debíamos vernos a las 3 PM pero... llegué muy temprano y al parecer no fui el único ansioso.
—Tenía tanto miedo de llegar tarde que quise salir antes pero no pensé que llegaría tan temprano, igualmente que bueno que fue así porque si no ibas a estar aburrido esperándome solo. —dijo él un tanto sonrojado, y luego prosiguió. —Aunque entiendo que a veces te gusta estar solo.
—Pero hoy quiero estar contigo, Young Soo...—gruñí avergonzado por confesarle aquello, y sabía que él estaba tan nervioso como yo, por eso me atreví a tomarlo del brazo para invitarlo silenciosamente a caminar.
—Sunbae... te ves bonito. —casi me muero ahogado con mi propia saliva cuando recibí tal cumplido, no esperaba que me dijera eso.
—Oh... tú también te ves guapo, cariño.
—¿De verdad?
—¡Claro que sí! ¿Por qué te mentiría? Todo el mundo no deja de mirarte. —me quejé en un susurro por las miradas de las niñas que pasaban cerca de nosotros cuchicheando, no debía olvidar que Young Soo es muy popular en nuestra universidad y no estamos muy lejos de ella.
—Pero a mí solo me importa que me mires tú. —confesó de golpe.
—¡Ya para! ¿Cómo puedes decir esas cosas tan desvergonzadamente? —chille completamente rojo de la vergüenza golpeándolo con mi mano libre, ya no podía soportarlo más, mi corazón parecía querer estallar cada vez que él se comportaba así de lindo.
—Perdón, perdón, sunbae... no seas tan duro conmigo. —el me apego más a su cuerpo, y se aprovechó de la cercanía para dejarme un beso sobre mis cabellos. —Yo te traje algo, no es mucho pero... quería traerte flores pero no sabía si te gustaban. —cuando vi frente a mi me enseño un pequeño contenedor de ¿lata? y espero a que yo lo tomara.
—No era necesario que me compres algo, bebé... —chocolates, eran chocolates. —Pero no pienso rechazar estos bomboncitos. Espero estén ricos como tus besos. —dije en un tono juguetón para ahora ser yo quien cohiba al maldito mocoso.
Ambos reímos, y bromeé con él cuando me comí uno de los chocolates diciéndole que no iba a compartir aunque claramente no me los comería sin él. Aprovechamos de ese tiempo juntos para ir a la librería del shopping, husmear discos de nuestros artistas favoritos e incluso comprar uno que otro manga innecesariamente. El tiempo volaba cuando estábamos juntos, por eso cuando menos lo esperamos ya era la hora de la función.
Como la cita la organicé yo, me encargue de conseguir los aperitivos que no fueron más que un balde de palomitas y unos vasos temáticos de la película que íbamos a ver. No era una película romántica, tampoco de terror porque a Young Soo no le gusta. Era una película de superhéroes, para ser más exactos Spiderman: Lejos de casa.
En la sala tuvimos buenas ubicaciones, compré las entradas de manera online y me sentí cómodo al estar más al fondo junto a él. A pesar de que era sábado, gracias al horario no habían tantas personas y podía sentirme como si estuviera en casa, pero hubo un momento luego de que transcurre la película, en la que sentí que Young Soo buscaba tomar mi mano o en todo caso tener más contacto conmigo. Su actitud me resultaba muy adorable, y pese a que estábamos a oscuras yo sabía que él estaba sonrojado, por eso se la deje fácil y tomé su mano dándole leves caricias.
—Sunbae...
—¿Si? —lo mire sin esperar a que él me tomara del rostro con su otra mano buscando besarme. Me tense en un inicio porque tenía miedo que alguien nos vea y al parecer él leía mi mente.
—Nadie está viendo, sunbae... por favor...
Maldito niño desvergonzado, no pude negarme a esos hermosos ojos azules, yo simplemente no me pude resistir a su perfume y accedí a ese beso travieso a oscuras en el cine. Ya era nuestro segundo beso, y no me quejaba en absoluto, solo que me costaba acostumbrarme a que ahora esto estaba permitido en nuestro trato. No pudimos ver mucho de la secuencia donde Peter descubre que quien creía que era su amigo era el villano, porque estaba muy ocupado tratando de memorizar cada textura de los labios de Young Soo, y cuando él acarició mi labio inferior con su lengua me alejé. No porque me disgustara si no que ese mocoso no estaba teniendo consideración de mis hormonas, y estábamos en un lugar público.
Tanto mi cuerpo como mi corazón estaban incontrolables. Ambos nos dedicamos a ver la película hasta el final sin besos pero Young Soo no dejaba de acariciar mi mano cada vez que tenía oportunidad. Me maldecía por querer tanto a ese hombre porque con cada toque que dejaba en mi lograba derretirme de ¿amor? No lo sé, pero mi cuerpo vibra cada vez que él me da este tipo de cariño.
La cita fue mejor de lo que yo hubiera esperado, porque después de la función fuimos juntos a comer unas hamburguesas en el patio de comidas. Algún día desearía llevarlo a un sitio más formal, pero creo que aun las citas casuales serán perfectas para nosotros. Descubrí que no es muy fanático de la comida chatarra pero si le encantan las papas fritas tanto como a mi, aunque no suele comerlas mucho debido a que usualmente come saludable. Ya sabía que esos perfectos abdominales no los conseguía comiendo los pastelillos de Blue Moon.
—¿Sabes? No sé de qué temas debería hablarte ahora...
—Yo pienso que sunbae debería hablarme como siempre, que estemos en una cita no cambia que seamos amigos también, ¿verdad?
—Tienes razón... pero es que normalmente la gente en la primera cita se preguntan qué color le gusta, comida favorita y así... pero creo que yo ya sé muchas cosas de ti.
—¿Y no hay nada que me quieras preguntar?
—Yo amm... no lo sé, ¿y tú?
—Bueno... nos conocemos hace meses ya pero sunbae no es de contar mucho sobre él. —no se porque me dio un cosquilleo en el interior cuando dijo eso, pero no uno bueno, si no que más bien me asuste. —¿Cuál es tu color favorito?
—Oh... ammm... el amarillo supongo.
—¿Te gustan las flores?
—Me encantan las rosas amarillas, bueno... me gustan todas las flores. —quizás la próxima vez debería comprarle algo yo también aunque... ¿habría próxima cita luego de esta?
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