Debía tener unos tres años de edad. Siendo hija única de una pareja que solo se mantenía junta por las apariencias antes que por amor real, Erdys siempre fue una niña consentida o al menos eso es lo que ella quería pensar. Su padre trabajaba en una empresa textil siendo el vicepresidente de dicha corporación mientras que su madre era la gerente de una empresa de viajes, por lo que era raro para Erdys el verlos en casa muy a menudo y había veces en las que recordaba que tenía padres solo porque ellos iban a comer durante la noche.
Erdys pasaba horas y horas en completa soledad debido a que sus padres, a pesar de sus importantes puestos, no poseían personal de servicio debido a que no confiaban en ellos. Su madre creía que tener dentro de la casa a una criada chismosa podía ser una mala idea para su estatus dentro del club social, mientras que su padre creía que alguno de ellos podría aprovechar la oportunidad de robarle o secuestrar a su pequeña hija. Por eso en lugar de contratar niñeras o alguna institutriz, decidieron dejar la crianza y el cuidado de Erdys en su anciana abuela y en la televisión junto a los comics y libros. La abuela de Erdys era una mujer demasiado egoísta que prefería estar toda la tarde mirando sus novelas por televisión mientras dejaba que la pequeña Erdys jugara sola en el jardín o viera sus programas favoritos en el otro televisor. Por ende, sola y con una gran mansión en la que jugar, Erdys tuvo que entretenerse con algo, siendo las historias de terror su mayor pasión debido a que le gustaba ver, leer y oír todo lo que se pudiese de los monstruos existentes o por existir.
Recordaba como a la edad de tres años, devoraba las grandes obras de ficción como “El Señor de los Anillos” junto a “La Iliada y la Odisea” siendo La Odisea su favorita. “La Eneida” también estaba entre sus libros favoritos junto a “Los Mitos y Leyendas de la Antigüedad” donde no solo le fascinaba leer sobre grandes héroes, como Heracles, Perseo, Teseo o Jasón, pelear contra intimidantes monstruos sino también soñaba con ser cómo ellos. Las historietas pulp sobre horridos marcianos que visitaban la tierra y buscaban atacar a los humanos mientras secuestraban a lindas mujeres encendían su imaginación hasta puntos inimaginables. Todas las tardes se ponía a ver programas de televisión junto a películas de horror y ciencia ficción, siendo Viaje Espacial su programa favorito. Cuando terminaba de ver televisión, iba a los extensos campos de su finca para jugar a ser como los héroes de aquellas historias que buscaban salvar a lindas damiselas en peligro, mientras enfrentaban a un terrible Dragón. Aunque, con el pasar del tiempo, comenzaría a cambiar a las damiselas por apuestos caballeros que necesitaban ser salvados por ella.
También se imaginaba a ella misma navegando por el mar siendo acompañada por otros héroes igual de valientes con intenciones de recuperar el Vellocino de Oro o de pelear contra algún monstruo, eventualmente iría añadiendo la idea de conocer tiernos y encantadores muchachos con los cuales pasar la noche y tener algún hijo heroico que quisiera seguir sus pasos.
Sin embargo Erdys no sabría si realmente no deseaba cursar ese camino hasta que tuvo su primer gran trabajo, cuando solo contaba con tres años de edad.
Un enorme molino de viento, junto a un cartel que indicaba la distancia que quedaba para llegar hacia la ciudad, fue lo que la hizo volver a la realidad. Deteniéndose cerca del cartel de madera, Erdys leyó:
HALLERTON, 15 KILOMETROS DE DISTANCIA.
Estaba cerca, demasiado cerca y aun no sabía que encontraría allí.
Rememorando, mientras veía las espigas que rodeaban al enorme molino, Erdys pensó en los Golems. Analizando, casi de memoria, a su especie, tanto en fortalezas cómo así también en debilidades.
“Los Golems” pensó mientras cerraba los ojos, viendo aquella enciclopedia interna que tenía en su cabeza. “Los Golems: antigua especie mágica de la mitología hebrea. Su cuerpo se compone de barro, roca o, en algunos casos, carne humana. Es un ser artificial creado por un Rabí o por un experto en magia cabalística al que se le da varias funciones. Puede ser un fiel sirviente o un temible vengador dependiendo de las instrucciones que su creador le dé, por medio de un pequeño pergamino de papel. Una vez que el pergamino se introduce en la boca del enorme Golem, la criatura no parará hasta haber cumplido con sus instrucciones. Sus poderes son: una fuerza sobrehumana capaz de levantar edificios enteros con una sola mano. Invulnerabilidad: son resistentes a todo tipo de ataque, desde espadas hasta ametralladoras, siendo solo vulnerables a determinados elementos, sin embargo se desconoce dichos elementos debido a que nadie ha podido sobrevivir para contarlo.
Posibilidades de éxito: 1%
Posibilidades de fracaso: 99 %”
Aquella no era una buena apuesta, eso era cierto, pero aun si había una posibilidad de un cero coma uno por ciento de ganarle, entonces Erdys tomaría el caso porque aquel monstruo había estado aterrorizando a toda una población por semanas sin motivo alguno y Erdys deseaba saber porqué.
Viendo el pequeño pueblo a la distancia, Erdys sonrió y dijo en voz alta.
- Golem, espero que estés listo porque allí voy
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