- No es mi intensión analizarte para reformularte. Tu estas hecho de carne y hueso y mente, dentro de lo más profundo alma. Eso es intocable e inconcebible de verificar, sin embargo…..¡¡¡!!!.... Casarse, también de donde vengo significa comprender y conocer. Esas dos palabras se ayudan mutuamente. Conocerte día a día. – Explicó – Júpiter, debes abrirte con la persona que tienes a tu lado, o tengas – Expresa. ¿Qué habrá querido decir con tengas? No puedes solo. Por eso somos un equipo, hasta donde lleguemos. Lo somos.
- Lo entiendo, y me disculpo. Todo me parece …
- ¿Te parece?
- ¡Olvídalo! Es mejor ir a descansar Gaia. –
El 30 % es solo comunicación el otro 70 % es gesticulaciones y expresiones de todo tipo. Así podemos lograr tener un amplio panorama de la persona con sus manos y gestos oculares ¿No es formidable?
Decidí cerrar la plática, y entrar en el baño a darme una ducha. Al salir de ella, Gaia continuaba en el living con la computadora.
- ¿Te quedaras allí?
- ¡Si debo resolver unos temas importantes!
- No te desveles, puede hacerte mal.
- ¡Descansa! ¡Dulces sueños lunares!
- ¡Eh!........... Dulces sueños en cuanto lo hagas. –
Al entrar a la habitación, me arrojé en la cama sin pensar. Me tapé con el edredón. No fueron más que segundos en que me quedé totalmente dormido.
En ese onírico sentimiento. Estaba recostado, y frente a mí unos ojos rojos relucientes y un cabello hermoso se distendían en un ensanchamiento que rosaba mis pupilas y su nariz se acercó a mi mejilla derecha, y luego de acariciarme, sus labios se abrieron besando esa pequeña marca de longitud hasta llegar a mis labios en un solo beso. Presentí la energía universal. ….”No te preocupes”……. Y de inmediato desperté un tanto convulsionado y extasiado. La respiración estaba sobresaltada en mis pulmones, y el corazón no paraba de latir preguntándose. Lo primero que visualice en la oscuridad era un cuadro al final de la cama, al mirar a la izquierda Gaia estaba roncando como siempre..
- ¡¡Uff!! Solo fue un sueño y solo eso. – Regrese a los placeres oníricos. – Al despertar al otro día, tenía un recado de Gaia en la mesa.
- ¡Danna! Enciende la computadora. Tienes tu informe sobre sumeria. El resto del correo electrónico y la entrega te lo dejo a ti. – Cariños, señor planeta desconocido. –
Ciertamente, me estaba conociendo a mí, Júpiter. Verdaderamente descubrió dentro de mí lo que pasaba. Hay cosas que no las comprendo, pero no quiero preguntarlas tampoco.
- Gracias Gaia – Dije mirando a la habitación. Ella seguía roncando. Era muy temprano, y estaba amaneciendo. Su forma de dormir era grata, y era bello verla allí y cautivarme.
Es como un momento que me gustaría volver a repetir. Ese en el cual ella descansa durmiendo. Soy así de loco también, o lo que conocen como nostalgia. Un instante; momento insignificante.
La vida está lleno de esos momentos insignificantes que no se van a repetir quizás, y tal vez eso sea lo doloroso, y de alguna forma que me voy arrepentir de no volver a ellos como lo he hecho muchas veces.
El práctico de sumeria estaba listo. Desayuné y lo envíe por correo, tal como me indicó.

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