La esposa. La verdad detrás del casamiento (segunda parte). La visita de la Familia (¿Cómo que te casaste?). Seguimos ordenando la sala Hades.
No dejas de sorprenderme Gaia. -
Ella agachó la mirada sin decirme nada al respecto
- Debó ser sincera contigo Júpiter. Y ser sincera tal vez sea devastador
¿Estamos casados o no? En esta cultura sofisticada parecería que ocurrió lo que en las Vegas, Estados Unidos, cuando dos personas se conocer de manera repentina y se declaran amor, pero tú me salvaste, y esa es la razón suficiente, pero hay algo más. Claro que no me agrada la idea, de casarnos
- ¡MM! No sé por qué vendrá una respuesta difícil – Pensé, asintiendo con cierta mueca. –
- Casarse, significa entregar los votos de marido y mujer. También significa libertad. Mis padres piensan que somos una pareja feliz y que todo estará bien para la humanidad, sin embargo mi corazón está en otro sitio. Un matrimonio arreglado entre partes por dotes no merece nada. Es un acuerdo un tanto complicado y muy complicado para evitar ciertas cuestiones.
- ¡Eh! …!Eh! – Al fin me contuve sorprendido. –
- Si, para ustedes será algo insólito, pero preciso mantener éste nuestro matrimonio verídico a fin de poder evitar el que fuera arreglado, y luego podemos separarnos, ya que las reglas de dónde vengo lo permiten. Y el
acuerdo arreglado tiene una fecha de caducidad. Te elegía porque eres el indicado. Tú me salvaste, y esa carta de presentación es justificativo. Sé, que nos debemos citas y conocernos, pero el poco tiempo te estado comprendiendo. Durará un lapsus, del cual no tendrás que preocuparte.
- ¿Te refieres al divorcio?
- En efecto. Y de hecho me servirá como experiencia. No quiero lastimarte. No pensaba decirte nada, hasta un tiempo considerable, pero ya tenemos
¿un mes y no sé qué ocurre? Pero debo sincerarme para no lastimar a nadie, y menos a ti. -
- ¿Experiencia? ¿Lastimar? Sabía que era demasiado bueno para ser verdad ¡Una hermosa mujer! ¿Queriéndose casar conmigo? ¿Jurando amor eterno? Y luego conociéndonos con citas. No tenía mucho sentido.
- Te prometo que compensaré todo tu esfuerzo.
- ¿Quieres fingir una relación?
Ella asiente. No podía meditar mucho sobre ello. Será tal vez que no me lo dijo, debido que de alguna manera podría negarme ¡¡¡Ya casados!!! ¡¡¡Maldita sea mi suerte!!!
- Ahora no comprendo ¿Por qué la persona a la que elegiste es un extraño?
- ¿Es una buena pregunta? – Asiente un tanto afligida – Esa persona fue la que me salvó. Ya te lo he dicho en reiteradas ocasiones. -
- ¿O sea, que por ser un héroe estoy condenado? – Expresé preguntándome a mí mismo
- ¿Condenado? Ey!! A mí tampoco me agrada la idea. Ni siquiera eres mi tipo.
- ¡Eh! Oiga doña sorpresa, no sé en qué juego estoy metido, pero no quiero engaños– Aclaré con cierto enfado. –
- ¡Júpiter Anónimo! Ese es tu nombre. ¿Quieres dejar de ser anónimo? Estarás con una persona de la alta clase. Y escucha bien vamos a fingir hasta que caduque ¿Entendido?
- Un amor no correspondido, y una fiera que me tiene encatusado - Supongo - Que bella mescla de relaciones – Me manifesté con resignación. -
- ¡¡Te compensaré!! – Afirma con semblante arrogante.
- ¡Espero que sí! ¿Oye y que vivirás conmigo?
- ¿Qué parte del matrimonio viven separados amor? Pero pronto terminará y podré desechar ese matrimonio arreglado, e ir hacia él.
- ¿Otra persona?
- Si – Expresa con un poco de vergüenza – Lo conozco desde hace tiempo y siempre estuve enamorada. Él, no lo sabe, pero iré a confesarme. Es una idea mía.
- ¡¡Ahh perfecto!! Aparte de ser su esposo falso, debo aguantar una niña enamorada de otro ¡¡¡Madre mía, mi suerte!!!
- ¡Perdona mi egoísmo!– Sigue soñando ella – Ernust Mercurio, es un sueño. Valiente, dedicado, bello, trabajador. Tú también tienes todas esas cualidades, pero no podría comparar a ambos. Solo puedo decirte que a ti te conozco un poco más.
- No lo digas muy fuerte - Aclaré - ¡Y no me conoces, ni un poco! Si fuera así, sería otra la respuesta, sería otro el momento. Yo si generé un sentimiento hacia ti. Tú, si me agradas. Tú, si me dejaste una marca en el corazón. – (Eso lo dije en mi mente, pero seguro me leyó). -
- ¡Perdón!– Se pone roja – Lo dije en voz alta.
- ¡No se qué pensar!
- ¿Eh? Te lo dije te compensaré. Has deseado vivir sin trabajar hasta los últimos días.
- Claro es un sueño. Pero no va al caso.
- Bien, toma parte del pago – Y me entrega una pequeña barra de oro, que saca de su bolso, junto a otros papeles que se mezclaron, papeles viejos.-
- ¡Wow! ¿De dónde sacaste esto? – Dije asombrado. Era oro puro y macizo. Pronto me asuste – ¡momento! – Fruncí el seño – ¿No estás metida en nada extraño no?
- ¿Extraño? Todo es extraño en éste universo – Expresa ladeando los brazos como explicación científica
- ¡¡¡No me refiero a eso!!! ¡y no divagues! – Dije con rectitud – ¿O serás narcotraficante, yakuza, gánster? ¿O trabajas para el gobierno o partido político? ¿O tu familia…?
- ¡¡Oye!! ¡¡No seas idiota Júpiter!! Soy de la realeza – Expresa levantando la nariz con altanería – De hecho deberías dirigirte a mí de otra forma
- ¡¡Deja de bromear!! Supongo que tu familia es millonaria. En fin.
- Solo tómalo, ¿Si? Y nuevamente te doy mis disculpas.
- ¿Y qué hay con las citas? ¿Y todo ese juego del casamiento?
- Ya lo hemos hablado. Podemos tener las citas que quieras. Podemos fingir un matrimonio, podemos concluirlo dentro de un tiempo, o ahora mismo. Eso lo decides tú, Júpiter – Ella comenzó a subir las escaleras poco a poco, hasta llegar primero a la puerta. Al abrirla entró y la dejó semi-abierta – ¡Cariño! – sonrió – ¡No tardes mucho!
Estuve desde abajo mirando su figura, y toda su confección que se iba con ella.
- ¡Júpiter tu sí, que te ganaste la lotería!
Al entrar cerré la puerta. Un bollo de papel estaba en su bolso. El color me parecía característico, pero con todo el asombró, no me sobraban las ganas de averiguar nada. –
- Te cocinare las hamburguesas – Manifestó Gaia tarareando una canción que podría ser de cierto grupo musical antiguo. -
Al concluir la cena estuvo en un perpetuo silencio. Gaia lo entendió, y entendió que me fuera a descansar primero, sin siquiera darme una ducha. No tenía en su semblante más que un poco de preocupación por ello.
- Espero no haber sido fuerte con lo que expresé – ¡Danna! – Ella lo miraba atentamente. Miraba su rostro. Su forma de hablar, su simpatía. El momento en que se conocieron – Quizás no debí decir nada. – ¡Qué tonta soy! - Ella, entonces observó un cuaderno al ir a la mesa de luz cerca de la cama de Júpiter. Un anotador de Júpiter. Allí escribió unas palabras en su clase, en una distracción “¿Cual fue tu momento de felicidad? – El día que Gaia llegó a mí. Esta loca, pero me encanta, y la amo”. – Ella se sonrió para su interior, y lanzó una pequeña lágrima - Si pudiera intentarlo contigo ¡Qué diablos! ¡Lo haré!.......fluye, una y otra vez…tiempo……
Al otro día, desperté y Gaia. No estaba en su cama. Al abrir los ojos, temí que me hubiera dejado alguna nota despidiéndose luego de todo lo que hemos hablado en el camino a casa, y un sentido de culpa la haya invadido, aunque no recuerdo el hecho de haber explayado concretamente que no deseaba verla, o que este tipo de relación falsa se concluía. Las telenovelas no son lo mío. Lo único que pude realizar es darme una ducha, y asearme antes de desayunar e ir al trabajo. La sala todavía debía repararse con todos los cambios que teníamos planeado. También, consideré que aquel humanoide regrese. Cuando Gaia vino, desapareció
- ¡Danna!, lo que posees es un miedo interno ya te lo he dicho – Expresó – Espero no haber sido fuerte con lo que le he dicho.
Tiene razón solo es un miedo interno. Solo son leyendas.-
Fui a cumplir la labor, pero no podía dejar de discurrir por mi cabeza, lo que Gaia me compartió de toda una mentira. Lo consideré algo siniestro, no
obstante no podía en mis lenes entretejer una idea de ella. No podía captar una descabellada forma despiadada de proceder. Solo consulté conmigo mismo las posibilidades fácticas de que, realmente debía escapar de la familia como coacción de tiranía hacia su manera de ser feliz. Y yo era en algún punto su salvo conducto. Mastiqué cada palabra, y cada letra desde la mayúscula la minúscula.
Desistí de tanto complot de ideas. De preguntas y respuestas que no llegarían a ningún sitio. Esa aflicción que me estaba atacando al corazón, era una lanza hacia el amor, que no se perpetuaba más que en un interés externo.
- ¿Si hay algo que podemos hacer es continuar? ¡No lo creo! Afortunadamente mis padres y hermanos no tienen una noticia por los hechos recientes. Mis colegas de trabajo, vecinos, y compañeras o compañeros de escuela, en definitiva no eran amigos, por lo que no me interesaba en absoluto los resultados de un futuro divorcio.
Ya veremos que hacer….al salir de la casa, se veía desde una de las ventanas a la chica Cosplay, vestida de unos de esos animes románticos, con atuendo de colegiala. No puede vitar observarla, y claro que se dio por enterada de mi presencia al saludarme. Había otra persona con ella. Una mujer vestida del mismo atuendo. Era Gaía.
- ¡Rayos Gaia! No dejas de sorprenderme. Tan temprano. ¿Desde cuándo esta allí?
- Danna! – Abre la ventana, buenos días –
- ¡Ey! ¡Vecino! – Me saluda la cosplay
- ¿Ehh? ¿Por qué están vestidas así?
- Carol, me pidió si podía ser modelo para su video. ¿No es genial?
- ¡Mmm! Si, fantástico – concluí con ironía –
- ¡Naaa! ¡Aguafiestas! ¿No quiere venir vecino?
- ¡Claro que no! – Expresé ofuscado – Debo ir al trabajo – ¡Adiós!
- ¡Ah! Que mentalidad de mantra tan negativa –
- Que tengas buenos días, cariño – Lanza su sonrisa matutina Gaia. Realmente con el atuendo de colegiala estaba muy bella. Otra vez el corazón se dispara. ME detuve unos momentos. Bueno, es amable, e interactúa con los vecinos. Carol, es la youtuber.
Estoy retrasado en tiempo debo dirigirme al museo pronto y continuar los preparativos para la Sala Hades.
Al llegar Rigel estaba aguardando en la puerta. Tomando lo nombres de los que llegaban. Parece un sargento de esos que prefieren perderlos en el campo de batalla.
Levantó la mirada al verme. -
- Ahh! Creí que eras un acosador.
- Ah que va esa expresión. Es mi rostro de todos los días - Le dije con cara de pocos amigos
- Parece que vienes de una fiesta a la que nadie te invito ¿Y apareces? – Expresa Riff
- Ya deja de lanzarme puñaladas como si fuera algo sutil y normal Riff, tú pareces salido de una fiesta de payasos que va divertir un velorio.
- Veo que estas podrido por dentro eso es bueno – Explica Rigel – Rápido el jefe quiere verte, y luego ve a la sala a seguir con el inventario. Veo que han hecho un buen trabajo. Aprovecha que estoy de buen humor
- Gracias por el cumplido. Agradecí - Que fantástico que lo hayas notado - Comente para mis adentros, no es tan obtusa como lo imaginaba.
Al ingresar fui a la oficina del Jefe. –
- ¡Ahh! ¡Muy buen trabajo! ¡Oye! Hicieron un movimiento esplendido con el agrupamiento de todas las cajas.
- ¡Gracias señor! De todas maneras aún nos falta bastante.
- No lo creo. Esta casi todo listo.
- Ayer dejamos partes sin revisar.
- ¡Mmm!....¡MMM! Está todo en condiciones. –Explica moviendo mas manos como remarcando un boceto del lugar. –
No entendía lo que me explicaba, pero de todas formas estaba bien. –
- Hay objetos que según el catalogo, los pondremos como anónimos. Fueron enviados a investigación, por el momento, para saber a que corresponden.
- Sí señor. He visto algunas estatuillas y papiros muy avanzados como para el análisis.
- De hecho de lo que me informas no recuerdo en estos veinte años que manejo las instalaciones tales. He visto esos manuscritos como datos que fueron recopilados en papeles de listas, al magnate le gusta buscar de todo, y traer todo lo que fuera posible. Que no te sorprenda que este allí el cáliz de Cristo ¡Ja! ¡Ja! – Se ríe sin motivo tomándose el pecho con la mano. –
Concluimos la plática con todos lo requerido. Al llegar al último piso, y subir las escaleras, ya no presentía el hedor, ni el aire gélido. De ser así estaría asustado, pero no lo era. Todo estaba muy tranquilo, al punto de que me sentía relajado. De todas maneras no podía dejar de pensar en la situación con Gaia y el falso matrimonio.
Recorrí el pasillo sin muchas complicaciones. Y las puertas del gran salón ya estaban abiertas con sus luces encendidas. El viejo Erwin estaba allí catalogando algunas cosas.
- ¡Júpiter! ¡Qué bueno verte! Recién he llegado aquí
- ¡Wow! ¿Tú ordenaste todo? – Estaba sorprendido. Ayer nos habíamos ido con Origima y Gaia, y aún restaba trabajo por hacer. Hoy la sala está completamente vacía con todos los elementos preparados.
- ¡Para nada! Solo vine a tomar unas notas. –
- ¿Quizás hayan venido antes? – Me dije – ¿Tuviste problemas?
- Sí,..¡Estem!....U f f … . . Bueno…¡Ehh..no!
- ¿Viste algo?
- ¡Eh! Bueno
- ¿Te atacó?
- ¿Qué?
- ¿El humanoide, o fantasma?
Erwin me miró frunciendo el ceño.
- ¿Júpiter has dormido bien? – Comenta extrañado del asunto
- Claro que sí. ¡Bueh! Olvida lo que dije. -
- Lo único que me extraña, es que de los documentos en papel donde se detallan lo que hemos recibido, difiere de lo que hay aquí
- ¿Qué quieres decir?
- ¡Falta elementos!
- Los robaron, hurtaron, tomaron prestado.
- No podría asegurarlo, quizás nunca llegaron, o quizás los tomaron cuando estaba todo cerrado.
- Hay papiros que faltan, por ejemplo el de la estatuilla de barro indefinida de color negro, que estaba en esa dirección - Señala un lugar específico en el cual estuve separando objetos. -
- ¿Estatuilla de barro? -. Pensé y recordé, si era la que había tomado antes de recibir el llamado telefónico. Si mas no recuerdo, había unos papeles. Como no estaba seguro, no podía decir nada al respecto.
- ¿Sabes algo Júpiter?

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