—Mis padres que siempre estaban ocupados en viajes de negocios o trabajos, casi nunca pasaban tiempo conmigo, pero cuando tenían algo de tiempo siempre me consentían y eran muy cariñosos conmigo, por desgracia murieron en un accidente de avión cuando yo tenía nueve. Desde entonces he vivido con la tía y Dya.
—Sentimos mucho eso...– Dice Rafa bajando la cabeza al igual que los demás– ¿Cómo conociste a Dya? ¿Lo recuerdas?
—Sería difícil para mí no recordar un día tan especial como ese– Jae-hyun sonríe con nostalgia– Cuando tenía cuatro años conocí a una niña que tenía atado su cabello en dos colitas, me pareció divertido su peinado y sus ojos eran muy bonitos junto a esas largas pestañas, lástima que estás iban acompañadas de una triste mirada hacia su madre que se tenía que ir ya que la estaba dejando en el jardín de infantes justo como mis padres hacían conmigo, a diferencia de que a mí me ponía feliz, podría conocer a niños aquí y hacer amistades, así que me acerque a ella y toque su hombro.
Flashback.
—Oye, no estés triste. Ella vendrá por ti más tarde, mientras tanto yo te haré compañía y no te sentirás sola conmigo, ¿Vale? – Dijo con una gran sonrisa mientras estiraba su mano hacia la de ella esperando a que la tomara.
—...De acuerdo– Dijo con voz baja mientras tomaba su mano y con la otra secaba sus lágrimas– Mí nombre es Dyanne, ¿Cuál es el tuyo?
—Mi nombre es Jae-hyun, y desde hoy seremos amigos– Respondió feliz mientras la llevaba a los juegos.
Fin Flashback.
—Seguro se debió ver muy tierna con dos colitas– Daniela puso sus manos en sus mejillas mientras achinaba sus ojos imaginándose la imagen.
—Por supuesto que sí– Jae-hyun sonríe con los brazos cruzados.
—¿Hay algo más que tienes que decir, ¿verdad? – Pregunta con duda Luka con los brazos cruzados y expresión sería.
—Si tienes algo más que decirnos no te límites y dinos– Habla Lison con calma.
—Antes que nada, no crean que soy un idiota que les dice esto solo para hacer conversación. Se porque ese chico se desmayó y porque Dya está aquí– Aclara Jae-hyun recordando el momento mientras los demás se ponían tensos– Pero bueno, voy a seguir– Resopla.
Flashback.
Un día de Invierno (Jae 10 y Dya 9)
Jae-hyun tiene a su mejor amiga a quien siempre cuida de los bravucones que la molestan por su enfermedad, no importa cuán difícil se pusiera Jae nunca abandonaba a su querida Dya. Aunque hubo una sola vez que la dejo sola, ese día había faltado al colegio por estar enfermo.
Ese día había nevado mucho, y como su madre tenía que ir a una reunión de trabajo y Jae estaba muy enfermo, tuvo que irse sola a casa y aunque sabía cuál era la ruta a tomar, por desgracia tuvo la mala suerte de cruzarse con sus bravucones que estuvo evitando todo el día, la molestaron, la empujaron y le tiraron mucha nieve, ella se sentía tan mal que empezó a toser muy fuerte y cayó al piso empezando a convulsionar, los niños se asustaron cuando vieron a uno de sus profesores correr hacia ellos, así que se fueron mientras está persona veía el estado de Dya, se fijó entre sus cosas y encontró en el cuaderno de ella el número de su madre, la llamo y le informo sobre la situación.
Horas más tarde Dya estaba siendo atendida en el hospital por hipotermia. Estaba muy pálida y le costaba mucho respirar, su cuerpo estaba muy débil, su vida corría un gran riesgo de no soportar. Su madre había dejado a Jae en la casa impidiendo que viniera, aunque esté tenía muchas ganas de saber cómo se encontraba ella, pero debido a su resfriado no era bueno que él viniera, así que él se esforzó mucho para recuperarse en menos de dos días, solo para ver a su amiga.
Cuando él se enteró de la muerte de sus padres no lloro, no grito, ni pareció estar triste. Intento parecer fuerte, pero en ese momento donde ella estaba entre la vida y la muerte el lloro todo lo que no pudo anteriormente tanto que por un momento la madre de ella pensó que lloraría sangre, su llanto resonaba por los pasillos de la casa.
—Tía, ¿Ella estará bien? ¿Se recuperará? Ya perdí a mis padres, no quiero perderla a ella también. Es mi mejor amiga– Con lágrimas en los ojos y una mano en su pecho.
Ella le contesto que si se pondría bien y le dio su mano en señal de apoyo, el solo la apretó y con su otra mano se secó un poco las lágrimas para mostrar una mirada llena de dolor y tristeza, pero a la vez llena de una pizca de esperanza. En ese momento comprendió que ellos dos no debían ser separados nunca, eso volvería loco a este niño tan sobreprotector con su amiga a quien considera su hermana a quien debía proteger.
Dos días después.
Cuando llego a la escuela estaba desanimado, de por si la escuela es aburrida para él, sin su amiga era como el infierno, de verdad no estaba de humor para nada, pero para su desgracia los niños bravucones fueron con él para probar su paciencia, y el termino golpeando a todos y dejando a su líder debajo de él mientras le decía algunas palabras.
—¿Acaso no pensaron en su condición, imbéciles?– Decía histérico Jae sobre su estómago– De por si ella es débil y le cuesta respirar a veces, pero tirarla a la nieve, ¿En serio?– Cuestionaba mientras tomaba de su camisa y miraba con odio al chico– Eso es demasiado, hasta para ustedes, ella se encuentra en un estado crítico por culpa de ustedes– Trataba de calmarse y no empezar a llorar– Imagínense que no fuera ella la que está mal, sino alguien importante para ustedes cómo su madre, hermano, padre o hasta su mascota, aquella persona importante para ustedes está entre la vida y la muerte, ¿Por qué?– Grito para luego pasar su mirada a cada uno de ellos mientras tomaba aire– Porque a unos estúpidos se les pasó por la cabeza que sería divertido herir a esa persona– Les grito mientras seguía pasando su mirada llena de odio y resentimiento a cada uno, luego se paró, tomo su mochila y se fue a su casa, con algunos moretones en su rostro, piernas y costillas, pero al menos se sentía mejor después de descargar parte de su ira y gritarles todas esas cosas, no esperara que les llegará el golpe de razonamiento, pero sí que dejarán de molestarlos porque si no acabarían como hoy o peor.
Ellos no decían nada, pero sentían como algunas gotas de sangre y sudor recorrían su rostro, algunos miraban el cielo mientras otros solo miraban el piso, al principio les pareció divertido molestar a los niños por sus reacciones y ver cómo corrían, pero luego dejo de serlo cuando él les gritó todo eso, una persona podría llegar a morir por culpa de sus "juegos", no eran juegos, solo era la estupidez de unos niños de diez años que buscaban llamar la atención de sus padres que no les prestan atención y por eso molestaban a aquellos que veían que sus padres les demostraban amor, era claro para ellos que de todas formas sus padres no les prestarían atención. Luego de que Jae-hyun se fuera, ellos se sentaron y se miraron sus rostros, sin decir nada se entendieron y algunos comenzaron a llorar en su lugar mientras los demás cubrían su rostro o simplemente juntaban sus piernas mientras sostenían sus cabezas a ellas, se prometieron nunca más molestar a nadie, y no por miedo a ser golpeados y terminar como hoy, sino porque comprendieron que hacerle daño a los demás hacia mal, solo al resto sino también a ellos mismos.
Una semana después.
Dyanne ya se encontraba mejor y acompañaba de nuevo a Jae-hyun a la escuela mientras este tenía una mano apoyada en sus hombros mientras la madre de ella los acompañaba mirándolos desde atrás. En toda la semana anterior aquellos niños no habían molestado ni siquiera pasado su mirada sobre Jae y este no les ponía atención para suerte de ellos. Luego de que la madre de ella los dejara ellos entraron.
Unas horas después en la salida.
—Oigan, queremos hablar con ustedes– Decía el niño rubio.
—Si vienen a molestar les juro que...– Amenazaba Jae-hyun poniendo a Dya detrás de ella mirándolos amenazadoramente.
—No, no. Nosotros ya no vamos...– Decía otro, de cabello castaño con flequillo muy nervioso.
—No vamos a molestar más– Este tenía la mirada baja, cabello rojo con rizos y pecas.
—Y vinimos a disculparnos por...– El niño de cabello castaño corto no sabía cómo continuar así que paso su mirada sobre otro de forma tímida.
—Por todo, nunca pensamos que terminarías así– Decía el de cabellos azabaches mientras miraba a Dya– Y las palabras de Jae-hyun nos hicieron pensar mucho, nos dolería mucho tener a nuestras personas preciadas en.…ese estado, por eso lo lamentamos mucho y realmente no creemos que merezcamos tu perdón, ni siquiera si nos ponemos de rodillas– Terminaba de hablar el rubio mientras se inclinaba en señal de disculpas mientras los otros hacían lo mismo.
Jae-hyun los miraba confundido, pero aún en guardia tratando de que no estén cerca de Dya, ella los veía con curiosidad y también sorprendida, se acercó a Jae y lo apartó un poco, el entendió lo que ella quería hacer, pero aun así tomo su mano de forma protectora mientras ella se acercaba a ellos.
—Los perdonó– Dijo sin más mientras extendía sus brazos en señal de despreocupación.
Ellos se animaron por ello y se sintieron más calmados, y al ver los brazos extendidos de Dya creyeron que era una señal de abrazo así que se acercaron y la abrazaron con felicidad y algunas risas.
—¡Idiotas, suéltenla!– Decía Jae molesto mientras empujaba a dos de ellos para tirar a Dya hacia el alejándola de ellos, cosa que no funcionó y solo sirvió para que ellos lo arrastraran al abrazo provocando que se pusiera rojo de la vergüenza.
—Bueno, no es lo que esperaba, pero estoy bien con esto, vamos Jae no seas amargado– Decía ella mientras correspondía al abrazo grupal con felicidad.
—Bien, bien. Pero los vigiló imbéciles– Ya resignado correspondía al abrazo, pero teniendo entre uno de sus brazos a Dya– Pero de todas formas ella sigue siendo MI amiga– Les saca la lengua a los niños.
—Oh, vamos Jae-hyun no seas así– Se quejaba el de cabello rojizo mientras reía.
—Nosotros solo queremos ser sus amigos– Decía el rubio con una sonrisa de oreja a oreja.
—Ya, sin rencores. No seas celoso– Decía otro mientras trataban de jalar y separar un poco a Dya de Jae.
—Seamos amigos todos– Decía Dya con una sonrisa divertida mientras seguían en el abrazo grupal.
—Eres demasiado amable, Dya– Se quejaba Jae-hyun mientras todos reían y él estaba siendo, inevitablemente contagiado por sus risas.
Las palabras de ellos eran sinceras, pero Jae-hyun simplemente era muy protector y celoso.
Fin Flashback
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