Después de un momento de incomodidad, Raúl regreso en si mismo. “Parece que la ropa que te preste te quedo de maravilla, ya es tarde así que lo mejor será que te vayas” dijo mientras le daba su casco a Aaron y le guiaba a la salida. “Ten cuidado en tu viaje y nos vemos mañana para la siguiente clase. Adiós” termino de decir una vez que Aarón estaba afuera, y rápidamente cerró la puerta. Raúl camino robóticamente hasta la sala y se sentó en el sofá donde lanzo un largo suspiro y enterró su rostro entre sus manos; su mente estaba hecha un lío, sabía que sus siguientes interacciones le serían muy incomodas, pero no podría evitarlas. Hizo todo un plan de acción para el día siguiente y se fue a dormir.
Aarón por su parte se había aterrado ante las palabras que dijo a tal grado que no se percato de que le habían sacado hasta que una vecina y su perro le saludaron. Entonces camino a su motocicleta, se subió y se fue de ahí rápidamente. Una vez en su departamento, fue a su habitación, se lanzo boca abajo en su cama, agarro su almohada y empezó a gritar en ella. No entendía como es que pudo decir aquello. Prácticamente le había coqueteado sin ninguna vergüenza, a alguien que a duras penas conocía y por, sobre todo, a un hombre.
Sumido en la confusión se paró, abrió su armario, saco unos jeans negros desgastados, una remera negra, una camiseta lisa color gris Oxford y una chaqueta de cuero; una vez vestido tomo algo de cera y se arreglo el cabello hacia atrás. Tomo sus llaves y fue directamente a un bar que frecuentaba. Dentro del lugar se sentó en la barra, pidió su bebida y mientras se la preparaban, vio alrededor. Logro encontrar a una chica de su gusto, y ya con su bebida en la mano se encamino a la mesa donde estaba ella. Después de un rato de coqueteo, la tomo por la cintura y salieron juntos de ahí.
Permítanme hacer una pausa aquí. La verdad es que este tipo de actitud me enoja de sobremanera, eso de usar a otros solo para evitar pensar en las cosas importantes, no me gusta. No me malentiendan, soy el destino y aunque tengo una predilección por las relaciones románticas monógamas, la verdad es que no tengo nada en contra de aquellos que solo buscan relaciones sexuales, sin ataduras emocionales o poliamorosas. Lo que me molesta es que se use el sexo como escape de situaciones que no entienden o les molestan, no se me hace lo más maduro que digamos. Pero bueno, eso, como dije, es mi opinión. Como destino, soy algo anticuado, y espero no ofenderlos. Ya con calma, continuemos.
La mañana pareció llegar antes que otros días. Raúl al despertar inmediatamente le mando mensaje a Aarón con el lugar y hora para la clase del día. Se arreglo y salió a la universidad. Paso el resto de la mañana con tranquilidad, evitando a sus compañeros, pero disfrutando de sus clases. Al terminar salió del edificio, vio a su alrededor para cerciorarse de que Aarón no le esperara como la tarde anterior. Una vez confirmo de que no estaba, fue a la parada de autobús y se encamino a la cafetería donde vería al rubio.
Al llegar, Raúl pidió una bebida y un sándwich, luego se fue a sentar a una mesa en la esquina del lado de la puerta para esperar la llegada de Aarón. Al cabo de una hora de espera Raúl decidió llamar al rubio para saber el porque no se había presentado. El sonido del timbre de marcado fue lo único que recibió en los dos primeros intentas, al tercero la llamada fue contestada. “Buenas tardes Aarón, soy Raúl, llamo para saber el porque no has llegado” dijo el peli negro rápidamente. Al otro lado de la línea el sonido que llego fue la voz de una mujer gimiendo “Como puedes oír estoy ocupado con asuntos importantes” dijo el rubio antes de colgar. Completamente inexpresivo, Raúl guardo sus cosas, pago su cuenta y salió de la cafetería.
Después de un breve viaje Raúl estaba nuevamente en la universidad. Sin prestar atención a nadie, rápidamente se dirijo a la oficina del director. Al llegar, se detuvo un momento frente a la puerta, dio un fuerte respiro y toco. Antes de que alguien le dijera que podía pasar, él ya había abierto la puerta y caminado hasta el frente del director. “Tenemos que hablar inmediatamente” dijo con voz serena y directa. El director anonadado vio fijamente el rostro de Raúl y al darse cuenta de que no tenia su usual calma reflejada entendió lo serio de la situación, y antes de que alguno de los profesores que había presentes pudiera decirle algo al joven estudiante, les indico que salieran de su oficina.
Molestos y desconcertados, los profesores siguieron las ordenes del director, y dejaron su oficina sin decir una sola palabra. Una vez solos, el director le pidió a Raúl que tomara asiento y le indicara el motivo por el cual había entrado tan abruptamente. Raúl se sentó, aun con la mirad seria comenzó. “Comprendo que hasta ahora las decisiones que tomo fueron por el bien de la institución. Acepté sin decir nada que me asignara a Aarón Walker, y por un momento creí que lo había hecho porque sabia que pese a lo que estaba escrito el era alguien respetable y que valía la pena. Sin embargo, debo decir que esto no me parece correcto”
Raúl prosiguió y le narro al director los encuentros con el rubio. A medida que la historia iba avanzando, el rostro del director se empezó a llenar de sorpresa y confusión. “Y para terminar, no me cabe en la cabeza que alguien piense que es completamente razonable faltar a una clase por tener sexo, y más aun contestar una llamada en medio de ello y hacer que la otra persona escuche lo que sucede antes de colgar” finalizo casi sin aliento. Ante estas últimas palabras, tanto el señor Cortez como Julián que habían estado callados tratando de guardar la compostura se acercaron de golpe a Raúl al tiempo que gritaban al unisonó sorprendidos y dejaban sus bocas abiertas completamente atónitos ante lo que se les había dicho. Ambos voltearon sus cabezas y se vieron fijamente las caras durante un par de segundos antes de volver a ver a Raúl y dejarse caer en sus lugares tratando de digerir la situación.
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