Esa respuesta me desconcertó. Sé que él no es real, al menos entiendo que no tiene un cuerpo físico. Siempre he pensado que sin importar lo que él sea, un fantasma, una alucinación o un recuerdo; creí que él realmente podía desaparecer por completo. Algo asi como nosotros cuando morimos, asi que para mí que él pudiera desaparecer se podía traducir como si pudiera morir.

Pero si dice que quizás eso no es posible, creo que se abren aún más interrogantes que respuestas. Su existencia cada vez me deja más dudas y hace que mi mente se confunda más de lo que ya está.

-¿A qué te refieres con eso? ¿Quieres decir que eres inmortal o algo así?

Agarré la mano de Pierrot y la comencé a mirar, pues esta parecía bastante real.

-Todavía no es momento que entiendas algo como eso, es muy pronto. Mejor continuemos en lo que estábamos.

Pierrot soltó su mano de mi agarre. Despues él gateó nuevamente para volver a ponerse frente a mí, agarró mi mano y me sonrió.

Me jaló con más fuerza para que me acostara sobre sus rodillas, pues las golpeo suavemente con su mano izquierda; la que le quedaba libre, ya que con la otra seguía sosteniendo mi mano fuertemente, como si tuviera miedo de que me evaporara de repente o de que me fuera a algún lado fuera de este planeta.

-Ven, te va a gustar. Créeme.

Pierrot sonrió muy ligeramente, pero parecía una sonrisa bastante sincera y linda.

Eso sonaba un poco "extraño", pero tenía curiosidad y sobre todo cualquier interacción con este tipo ayudaba a mi investigación. Asi que tiene que quedar claro que cualquier cosa que hiciera con este sujeto, era solo con fines investigativos.

Le hice caso y comencé a inclinar mi cabeza para poder acomodarla sobre sus rodillas, pero me detuve un momento para ver sus piernas. Me sorprendió el hecho de que pudiera verle casi todo, incluso su bóxer. Como sus pantalones estaban completamente llenos de agujeros podía verle casi todo; literalmente.

Incluso su bóxer tenía dos agujeros gigantes donde se podía ver una pequeña selvita azulada asomándose. La verdad yo no quería ver eso, pero bueno, lo terminé viendo.

-Vaya sí que te gusta ser bastante natural.

Sonreí pícaramente.

-¿Eh? ¿A qué te refieres?

Pierrot alzó la ceja algo confundido.

-A que... tienes un agujero en tu bóxer y...

Le señalé justo en la entrepierna, donde se veía su artefacto para hacer bebés.

-¡Ughh!

Pierrot miró hacia abajo sorprendido. Creo que, a pesar de su personalidad lanzada y picarona, parece que esa lechuga radiactiva era bastante penosa.

Toda su cara se tornó completamente roja con esa frase, tal parece que no era consciente de que se le veía la pequeña selvita, incluso se tapó rápidamente con las manos, aunque ya era tarde para eso, pues ya había visto todo lo que tenía que ver.

Yo solo solté una pequeña risita, quien pensaría que un tipo como él pudiera ser tan tímido.

-¿Qué carajos me estás viendo? Porque exactamente me tenías que ver ahí. Pervertido.

La cara de Pierrot seguía roja y cerró fuertemente las piernas para evitar que lo continuara viendo.

-¡Como quieres que no te vea todo! ¡Si tus pantalones y tu bóxer están llenos de agujeros!

Le miré alzando una ceja, no entendía porque le daba tanta vergüenza, si no era muy diferente a como siempre solía estar.

-Pero eso que tiene que ver. Podrías haber visto mi cara o mi cabello, que hoy lo peiné más esponjoso porque vine a verte.

Pierrot se tocó las mejillas y despues me miró. La vergüenza debió invadirlo, ya que nuevamente agachó su mirada viendo hacia el suelo.

-Pero si tu fuiste el que me señaló sus piernas, obviamente mis ojos se fueron directamente a esa dirección.

Suspiré.

-Pues sí, pero mis piernas son mis piernas y... lo otro es lo otro...

Pierrot abrió las piernas y miró entre medio de ellas. Pierrot pensó: "Maldición es verdad, se me ve todo, que vergonzoso."

-Ummm.

Me agaché y jalé ligeramente la playera de Pierrot.

-¿No entiendo, porque siempre utilizas esta ropa? ¿No te das cuenta de que está completamente desgastada?

-Si sé que está demasiado desgastada, pero alguien muy importante me la dio, asi que no puedo deshacerme de ella tan fácilmente. La seguiré usando hasta que cada fibra en ella se rompa por completo.

Pierrot miró sus pantalones deshilachados y su rostro entristeció inmediatamente.

-Puedo repararla si quieres. No soy el mejor costurero, pero al menos puedo hacer que tenga menos huecos.

Miré detenidamente cada hueco y rasgadura en la ropa de Pierrot, dándome cuenta de que tenía alrededor de 25.

Después recapacité y me di un golpecito en la frente, pues me pareció un poco absurdo decir que era un mal costurero. Él es una persona imaginaria, su ropa es imaginaria, así que sólo tendría que hacer costuras imaginarias.

También comprendí ese sentimiento. Yo al igual que él, tenía algo que era muy importante para mí y lo cuidaba como el tesoro más valioso de mi vida, asi que no podía ser tan indiferente ante esas emociones.

-Gracias, pero no es necesario. Cada rasgadura de estas prendas tiene un significado y si las coses, todo eso desaparecerá.

Pierrot apretó su mano sobre su pecho, mientras estrechaba entre sus dedos la tela desgastada de su playera.

-Ummm... ¿Y qué significado puede tener un hueco en tu entrepierna? Estoy intrigado.

Acaricié la pierna de Pierrot hasta llegar al agujero de su entrepierna.

Luego de ello me dejé llevar por mis pensamientos intrusivos y metí mi dedo en el hueco.

-¡Ugh!

Pierrot se erizó cual gato espantado y me empujó.

-¿Qué haces? ¡¿Por qué me metes mano?!

Pierrot volvió a cubrir con sus manos el agujero de su entrepierna.

-¡Ay, por favor! Deja de hacerte el tímido. Mejor acomódate para que me pueda acostar.

Giré los ojos. Me acomodé boca arriba, acto seguido apoyé mi cabeza en sus piernas mirándolo desde abajo. Él me miró algunos segundos y despues desvió la mirada.

Parece que había ganado un punto, ahora era yo quien le hacía sentir nerviosito.

Aunque me había intrigado bastante lo de su ropa, pues me cuestionaba, ¿quién se la podría haber regalado? ¿Si él es una alucinación eso quiere decir que existe un país de alucinaciones o algo asi? ¡¿Y si ese lugar existe, quiere decir que todos viven dentro de mi mente?!

Sacudí la cabeza, no tenía sentido pensar en ello en ese momento. Era más importante concentrarme en lo que estaba pasando con Pierrot ahora.

Me quedé con los ojos cerrados por algunos minutos, pero no pasaba nada. Entonces comencé a sentir como unas manos acariciaban mi cabello, era una sensación relajante.

-Lejos... Lejos esta la noche... Lejos... Lejos... esta la oscuridad... que inunda la alegría... Lejos... Lejos... estoy de ti... y de la noche oscura que roba esa sonrisa... El ocaso dulce me regala tus caricias y la noche oscura solo roba mis sonrisas.

Pierrot pasó sus dedos entre mis cabellos. La melodía era tan linda que hacía que me relajara rápidamente. Estaba completamente sorprendido ya que su voz era impresionantemente dulce, a pesar de que su tono fuese grueso. Asimismo, el sentimiento que expresaba era tan pacifico que era embriagante.

Aun así, lo que más asombro me causaba, era que parecía que en mi mente resonaba esa canción como si yo mismo la conociera. Tanto la

melodía como la letra inundaban mi mente como agua entrando en un barco que se está hundiendo.

Toda la canción era como si yo mismo fuese el compositor de tan bella tonada, entonces algunas estrofas comenzaron a salir, como si tratara de evitar ahogarme en esa sensación que me estaba inundando por completo.

-Lejos... en agonía, sin tu mirada... Anhelando aquella noche amada... cuando... tus besos se impregnaron en mi alma...

Suspiré levemente, la melodía me hacía sentir como si estuviese en otro mundo.

-Parece que si te acuerdas de la canción.

Pierrot paso su dedo índice por mis labios. Abrí los ojos, pues el toque de su dedo sobre mis labios se sintió extraño. Él sonrió dulcemente y me acarició la cara suavemente, despues continúo tarareando la canción y todo se volvió blanco de repente.

Esa noche sentí mucha paz como no lo había sentido nunca. Era una sensación extraña, pero fascinante. Como si mi cuerpo y mi alma hubiesen desaparecido por completo.

Solo cerré los ojos nuevamente y escuché el sonido del mar.

Despues todos esos pequeños fragmentos de los recuerdos y el dolor que estaba sintiendo, se fueron esfumando poco a poco hasta desaparecer por completo.

Archivaldo Moretti Rizzo había dejado de existir y dio paso a alguien más, alguien que era más libre y vivía sin complicaciones. Alguien que no tenía que cargar sentimientos y pensamientos que lo asfixiaban más cada día.