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Voracity's End [ESP Novel]

Anhelo pt 6

Anhelo pt 6

Feb 26, 2023

Horas más tarde, los niños yacían en la sala donde Mitsuru estaba viendo la televisión. Daiki estaba sentado a un lado del rubio mientras que Masaru estaba sentado en un sillón independiente al de ellos.

Mientras el de ojos azules miraba la televisión, Daiki estaba viendo a Masaru de reojo, gesto que hizo que Masaru se viera incrédulo. ¿Acaso estaba a punto de decir algo? No obstante, la atención del pelinegro pronto se desvió al ver a Daitaro salir de su habitación. Éste parecía tener los ojos hinchados, cosa que lo motivó a hincarse en el sofá y dirigirse a él con preocupación.

"¡Daitaro, oye! ¿Estás...?" Sin poder terminar su pregunta, Daitaro aceleró el paso hasta meterse al baño. Daiki miró esto muy confundido, ¿qué había sido eso?

Viendo la reacción del pelirrojo, Masaru reflexionó en que lo más seguro es que no quería que Daiki escuchara, por lo que... ¿Sería que siempre no iba a ver a su tío? Oh. ¿Qué habría pasado? Esperaba que su tío tuviera una buena razón, pero definitivamente le entristecía ver a su hermano tan decepcionado. 

“Bien, hablen” dijo Mitsuru al apagar la televisión y mirar a sus hermanos. “Se ha sentido un silencio incómodo desde hace ya rato. Esperé a que dijeran algo pero como supuse, estaban esperando a que Daitaro se metiera a bañar” comentó al justo escuchar la regadera. 

“No es nada, tenía algo que proponer pero Masaru lo arruinó” comentó Daiki al encogerse de hombros.

“Daiki, ¿todavía no te calmas? Creí que ya se te había olvidado”

“No estoy alterado pero no se me va a olvidar la idiotez que dijiste en la mañana”

“Dejen de hablar alrededor de lo que saben…, ¿qué me ibas a proponer?” 

“Que fuéramos a hacer graffiti cuando Daitaro se durmiera”

“¡Oh!” la expresión de Mitsuru se iluminó al escuchar eso. “¿Qué casa quieres marcar? ¡Voto porque sea una de los niños de la escuela!”

“Dije que ‘tenía’ algo que proponer, es decir, ese plan ya murió” contestó el pelirrojo con los brazos cruzados.

“¿Qué? ¿Por qué…?”

“¿Por qué crees?” cuestionó Daiki al mirar hacia Masaru.

“¡Daiki, ya olvida eso! ¡De todas formas somos menores de edad y no nos dejan comprar aerosoles!”

“Cómo si eso importara cuando le hablas a cualquier persona con facilidad” comentó Mitsuru “Sabes bien que si quisieras un aerosol, sin importar qué, lo conseguirías de una forma injustamente rápida”

“No tiene nada de injusto conseguir cosas por pedirlas, ¿Qué no has escuchado eso de que quien no habla, Dios no lo escucha?”

“¡El punto es que eso no es excusa! ¡Conseguir el aerosol no es problema para ti!”

“¡Ni siquiera sabes qué pasó! ¡No actúes como si lo supieras!” 

“¡No necesito saber lo que pasó exactamente cuando es obvio que eres un gallina que no quiso grafitear una casa!”

“Oigan, bajen la voz o Daitaro va a apresurarse o a salir del baño a medio acabar” suspiró Daiki, quien creía difícil meterse en las discusiones entre ellos dos.

“¡Sabes bien que no tengo problemas para grafitear casas!” exclamó Masaru en un tono más bajo del que estaba usando antes.

“¡¿Sí claro, entonces por qué te rehusaste a conseguir el aerosol, tonto?!”

“Lo habría explicado si me hubieras preguntado pero cómo lo sabes todo…”

“¡Claro que lo sé, seguro saliste con alguna excusa estúpida!”

“¿Se puede saber por qué estás enojado cuando sólo me escuchaste decir que no nos venden aerosoles por ser menores de edad?”

“¡Porque eres un aguafiestas!”

“Dice el que siempre quiere estar encerrado jugando con su consola. ¿Sabes el tiempo que pierdes de sólo hacer eso?” contestó el pelinegro al cruzarse de brazos.

“Habló el que va por ahí como un idiota ayudando a todo el mundo como si eso fuera menos perdida de tiempo que lo mío” dijo Mitsuru al sonreír con sorna. “¿Crees que toda esa gente a la que te cruzas te recuerda? ¿De qué te sirve ayudar a todos esos extraños? ¿Tan aburrido estás?”

Daiki pasó de estar molesto a no entender qué estaba escuchando. ¿Por qué se estaban peleando por algo que no tenía que ver?

“Oigan…, eso no viene al caso.”

“Cielos, pero qué infantil eres, no me sorprende del bebé de la casa…” murmuró el pelinegro al poner los ojos en blanco.

“Claro, sigue poniendo los ojos en blanco, tal vez así encuentres un cerebro en alguna parte”

“¡Paren!” exclamó Daiki con hastío “¡No me interesa escuchar sus peleas descerebradas!”

Tanto Masaru como Mitsuru voltearon a verlo ante el tono usado por el pelirrojo.

“Ni yo quiero pelearme con este idiota pero no le cuesta nada empezar a ladrarme”  contestó Masaru. Mitsuru tan sólo frunció el ceño y lo vio con irritación. 

“Tiene razón, Mitsuru, controlate” agregó Daiki. 

“Creí que estabas molesto con él por estropearte los planes del graffiti”

“Y así es” contestó al extender sus manos a nivel de sus hombros. “Pero escucharlos pelear de la nada hace que me quiera doler la cabeza. Tendré que ser quien dirija la conversación si no saben hablar entre ustedes”

“Te lo agradecería, ya que este tarado no me deja hablar” comentó Masaru. El rubio tan sólo le sacó la lengua.

“Bien, esto es lo que sucedió. Acompañé a Masaru a que ayudara a la anciana a cruzar la calle, la cual le dio un billete en agradecimiento. Después de que me hiciera esperar a que acabara de atender lo que veía a su alrededor, vimos un graffiti en la pared y le sugerí que salieramos en la noche a rayar la casa de uno de los niños de la escuela”

“¿Ajá…?” murmuró el rubio instando al otro a continuar su explicación.

“No teníamos dinero ya que el dinero se quedó con ustedes, así que le sugerí a Masaru que usaramos el billete que le dio la anciana”

“Suena razonable” contestó Mitsuru al asentir. Masaru simplemente suspiró sabiendo lo que le esperaba.

“No quise comprar el aerosol con el billete de la anciana” concluyó Masaru. Su hermano de ojos azules lo miró como si estuviera viendo a un fantasma.

“¿Qué…?”

“Lo que escuchaste, sordo” contestó el de ojos verdes. El rubio entrecerró los ojos sin poder creer lo que había escuchado.

“No entiendo…, ¿qué tiene que ver el no usar el billete con el hecho de que te lo dio la anciana?”

“La señora me dio ese billete porque la ayudé a cruzar la calle, dudo que quiera que use su dinero para ir a rayarle la casa a alguien”

“...Pero ese billete no es de ella, es tuyo…”

“Sigue siendo ella quien me lo dio” contestó Masaru con fastidio. ¿Por qué tenían que pensar igual sobre esto Daiki y Mitsuru?

“Pero no es como que vas a ver a esa señora de nuevo…, ¿de verdad crees que se acuerde de ti? ¿Acaso ayudas a la gente para que te recuerden?”

“No seas idiota, sólo la ayudé a cruzar por ayudarla, no me importa si se olvida de mí o no”

“¿Pero por qué entonces…?”

“Le dije a Daiki que podíamos hacer eso cuando pudiéramos compararlo con otro billete, eso es todo” explicó Masaru. “Por más tonto que lo encuentren, yo no me sentía bien gastando el dinero que me dio en eso”

“Pero si igual comprarías el aerosol…, ¿qué no estás siendo hipócrita? Pudo ser su dinero o el tuyo pero sigues haciendo lo que a la señora no le gustaría” explicó Mitsuru “¿Acaso te lo tengo que explicar con canicas?”

“...” Masaru suspiró. De verdad le molestaban las discusiones, ¿no podía sólo agarrarse a golpes con él? Estaba considerándolo fuertemente y le estaba costando no dejarse llevar por el impulso.

“¿Qué, te quedaste sin saber responder? Sabes que tengo razón, tonto”

“Te explicaría las cosas pero soy alérgico a tu estupidez”

“Bien… lo que dice el idiota es cierto, no importa qué billete uses, sigues haciendo graffiti”

“¿De verdad me van a decir que ahora les importa si lo que hago es hipócrita o no? Sólo quieren hacer graffiti” cuestionó el pelinegro. “No me importa si soy hipócrita, no usaría algo que ustedes me den para hacer lo que justamente odian. Usaría algo más pero no lo que me dieron, parecería que lo hice para molestarlos”

“Y ahora por tu falta de sentido común nos quedamos sin hacer graffiti”

“¡Tú eres el que no tiene sentido común! Además, ¿para qué quieres hacer graffiti? Sólo vas a dibujar un pe-”

“¿Se puede saber de qué están hablando?” preguntó una voz familiar con un tono de irritación.

Masaru y Daiki voltearon a verlo sin saber qué decir, mientras que Mitsuru procedió a explicar.

“No es nada, sólo Masaru siendo un aguafiestas. Pudimos hacer graffiti si no fuera porque es tonto”

“Oh, así que querían salir a hacer graffiti” 

Tras un par de segundos, el rubio abrió los ojos y miró a Daitaro, quien estaba frente a ellos usando su piyama de playera negra con shorts rojos. Tenía la misma expresión que la de un padre que había encontrado a sus hijos planeando hacer maldades.

Daitaro permaneció en silencio, silencio el cual se volvió muy incómodo entre más se prolongaba, ya entonces miró a Daiki.

“¿Se puede saber qué significa esto?”

“Uh…” Daiki desvió la mirada. “¿Cuánto escuchaste?”

“Lo suficiente para saber que ya habían durado mucho estos dos sin pelearse” el pelirrojo soltó un suspiro. “¿De verdad pensaban salir justo ahora? Mañana tenemos escuela, si no se duermen temprano no se van a querer levantar”

“De todas formas no me gusta levantarme para ir a la escuela” respondió Mitsuru.

“Y lo peor es que querían irse a escondidas…” el pelirrojo sujetó su frente con sus dedos y presionó sus dígitos levemente expresando leve molestia. “Bien, haré como que no escuché eso ya que de todas formas no tienen con qué hacer graffiti”

“¿Qué? ¿Entonces lo dejarás pasar?” preguntó el rubio mientras observaba a Daitaro, quien lo había mirado de reojo por un momento antes de rehuir su mirada como comúnmente hacía cuando sus ojos se encontraban. 

“Lo que me sorprende, sobre todo de ti, Mitsuru, es que no entiendas o respetes que Masaru no quiere hacer algo”. 

“¡...Sólo porque la razón es tonta!” exclamó instantes después de lograr 'no tomarle importancia' a lo anterior.

“Será tonto para ti pero no para él. Para mi es tonto que te moleste hablar dos segundos con la vecina pero tengo que respetar lo que no te gusta, ¿cierto?”

“Sí, pero…, igual dijo que lo haría si usara otro billete, eso no…”

“¿Qué tiene eso de extraño? Supongamos que tenemos ganas de quemar algo, pero a esto tengo un regalo que me diste que es perfecto para que lo queme en ese momento; sin embargo, tengo cosas en casa que considero basura que podría quemar en su lugar. ¿Cómo te sentirías si decido usar el regalo que me diste para quemarlo?”

Los niños se sintieron un poco intimidados al escucharlo. No es que estuviera hablando enojado, de hecho, estaba sonriendo, pero… Era claramente un regaño para ellos.

“Daitaro… Yo…” murmuró Mitsuru sin saber bien qué decir.

“Entonces, ¿soy hipócrita si prefiero quemar basura en vez de quemar tu regalo?”

“No…”

“Oye… No es para tanto…” dijo Masaru. “Es verdad que Mitsuru y Daiki pueden sacarme de quicio con eso, pero no me lo tomé personal”

“Sé que no, pero yo sí” dijo el pelirrojo. Tanto Daiki como Mitsuru se tensaron. “No me gusta cuando son dos contra uno, y menos cuando uno no piensa sólo porque está el otro presente” 

“...” Daiki se quedó en silencio al escucharlo. Desvió la mirada sin tener palabras para eso.

“En todo caso, será mejor que vayamos a dormir”

“Daitaro, yo quiero hacer graffiti también” ante el comentario, Daitaro lo vio con curiosidad.

“Lo sé”

“¿No me vas a regañar por querer salir a rayar una casa?”

“Lo haría pero te están molestando por otra cosa” respondió él con una expresión genuinamente cariñosa “Yo estoy de acuerdo contigo, y creo que hiciste bien en no usar el dinero de esa mujer para hacer algo malo”

“...Desde cuándo te importa eso, tch” dijo Mitsuru entre dientes. Daitaro volteó a verlo, mirada la cual evitó el de ojos azules.

“¿Qué dijiste?”

“Nada”

“Eso pensé” contestó Daitaro antes de girarse en dirección de la habitación que compartían. “No tarden mucho”

“¡Pienso comprar graffiti en otro momento!” exclamó Masaru mientras Daitaro se alejaba. Daiki y Mitsuru no entendían porqué Masaru se estaba esforzando en provocar al otro.

Daitaro se detuvo por un momento antes de voltear a verlo.

“Si piensas ir a una de las paredes de graffiti me avisas, ¡me interesa ver qué dibujas!” exclamó el de cabello largo.

“¿Qué…? ¡No! ¡Pienso rayar una casa también!”

“Seguro, te encargo que la limpies después” agregó el de ojos rojos sin inmutarse. “¡Buenas noches!”

Luego de que éste se fuera, Daiki y Mitsuru sintieron que podían respirar de nuevo.

“No entiendo, ¿por qué no se molesta igual?...” preguntó Masaru a sí mismo.

“Porque sabe que si alguien te pide que limpies el graffiti lo harías” contestó Mitsuru. “Eso te pasa por bonachón”

“Ugh…, pero…”

“Mejor olvidemoslo, dudo que nos vuelva a sacar el tema” dijo Daiki. Estaba algo consternado por sentir la decepción de su gemelo, pero… No es como que esta fuera la primera vez que habían planeado salir a escondidas…

“Sí, aunque eso dio miedo… Oye tonto, ¿se puede saber qué pretendías al querer provocarlo?”

“Mira quien habla, siempre estás viendo qué hacer para que se enfade” contestó Masaru.

“Oigan, no empiecen, Daitaro va a volver si siguen…”

“Conseguiré ese aerosol para hacer graffiti y rayaré la casa de uno de esos niños” declaró el de ojos verdes con determinación.

“Si vas a limpiar después de rayarles la casa no tiene mucho sentido…” comentó Mitsuru.

“Lo sé. ¡No limpiaré la casa!” 

“Ganarte la ira de Daitaro no es un premio, Masaru” dijo Daiki “Ya mejor vámonos a dormir” agregó el niño al verse decaído.

“¡Fácil para ti decirlo cuando yo me duermo a su lado!” contestó Mitsuru al ir detrás del pelirrojo.

Masaru se quedó quieto mientras pensaba en lo ocurrido. Al imaginar a su hermano sonriéndole de diferentes formas cariñosas, el pelinegro estrujó levemente su cabello.

“¿Cuándo fue la última vez que se molestó conmigo…?”

enthriex
Enthriex

Creator

Esta fue la última parte extra para el cap 1, ahora sí ya el capítulo está completo :'D

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Mermaidbird
Mermaidbird

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Normalmente los niños se pelean por juguetes o golosinas robadas, estos literalmente les gusta crear conflicto por cualquier decisión de manera gratuita. Es como leer funa casual en Twitter jajajaja. 🤣

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