Al escuchar mis palabras, el director se quedo atónito. Me estaba viendo con los ojos abiertos muy grandes y la boca levemente abierta. Esperaba que me gritara, o dijera que mi petición era una locura, pero en cambio, después de unos instantes comenzó a reír. Esta reacción me dejo confundido, pero no dije nada, simplemente me le quedé viendo, esperando a que parara y dijera algo.

Paso lo que sentí como una hora hasta que el director paro de reírse. Después de que Julián le diera un vaso de agua respiro profundamente y puso cara seria antes de mirarme. “Estaba listo para que pidiera un cambio de carrera o incluso de universidad, pero jamás imagine que me pediría esto” soltó el director directo y con un atisbo de alegría en su voz. “Me encargare inmediatamente de avisar a todos tus profesores de mandarte el material de estudio necesario para que curses la carrera en línea, solo quiero que tengas en mente que no les exigiré que hagan trabajo extra por lo que deveras esforzarte el doble para mantenerte al corriente” menciono sin quitarme los ojos de encima. “Lo comprendo y acepto las consecuencias de este cambio” dije con total seguridad.

Estuve en la dirección todo el día, observando al director y a Julián haciendo llamadas y presentando un desfile de documentos en el escritorio. Sin que me diera cuenta termine en el sofá de la oficina comiendo galletas y tomando té sin saber que más hacer e incapaz de irme ya que cada vez que me movía ambos hombres se detenían y me miraban fijamente hasta que se aseguraban de que no iba a salir.

Terminé dormido en el sofá por lo que pensé que era unos segundos, sin embargo, al abrir los ojos vi la oscuridad por de la ventana. Me levante de golpe al darme cuenta de que el lugar estaba completamente en silencio. “Calma joven Raúl, no se a quedado encerrado en la oficina” comento el director al tiempo que soltaba una risita. Respire profundamente al verlo sentado aun sosteniendo algunos papeles. Me sacudí el sueño de encima y me dirigí al escritorio.

Me senté en silencio frente al Sr Cortez y esperé a que terminara con los documentos frente a él. Al cabo de unos segundos el director bajo los papeles y dirigió su rostro hacia mí. “Nos costo más tiempo del esperado, pero logramos que todos sus maestros aceptaran este cambio inesperado. A partir de mañana no tiene por qué venir, se le a hecho un usuario único para acceder a las cámaras del aula de la clase que le toque según su horario para que usted pueda estar al tanto de todo y sus profesores no deban trabajar fuera de su horario, podrá enviar correos con sus dudas y estos serán respondidos siempre y cuando usted los envié en el horario estipulado por cada maestro” dijo mientras Julián me entregaba un documento con los horarios proporcionados, al leer el documento  fruncí el ceño y antes de que pudiera decir nada el Sr Cortez hablo. “Como pudo darse cuenta el profesor Montenegro no se encuentra, tomando en cuenta su previa petición de no tener nada que ver con él, el Sr Julián se ofreció a contestar cualquier pregunta que tenga sobre esa materia” dijo tranquilizándome al instante, por un momento me sentí triste al pensar en aquel pelirrojo, pero rápidamente me sacudí el sentimiento y volví a dirigir mi atención al director.

Después de aclarar unos cuantos detalles, le agradecí al director por lo que hacia por mi y me disculpe por los problemas que le traería este trato preferencial. Él no re dio importancia y le pidió a Julián que nuevamente me llevara a casa. Me despedí del Sr Cortez y salí de la oficina acompañado de Julián.

Una vez en el automóvil, siento como un peso deja mi cuerpo y mi estomago hace un ruido ensordecedor. Julián simplemente se río de la situación y me dijo que pasaríamos a cenar antes de dejarme en mi casa, con la cara pintada de rojo agradecí el gesto y me puse el cinturón.

Al cabo de unos minutos nos detuvimos y entramos a un restaurante temático que parecía costar demasiado. “No es necesario que comamos aquí, podríamos tener hamburguesas y comer en algún parque como la vez pasada” dije con preocupación al pensar lo caro que sería la comida en un lugar con esa apariencia. Julián sonrió y me guio detrás del mesero hasta la mesa que nos tocaba. Al sentarnos y ver el menú, sentí como mi alma se iba, los precios de aquel lugar me eran demasiado altos; miré hacia el frente y noté que Julián me veía como si fuera un niño pequeño. “Pide lo que quieras o me vere forzado a ordenarte lo más caro del menú” dijo con una sonrisa diabólica. Inmediatamente volví mi mirada al menú y seleccione lo primero que llamo mi atención.

La incomodidad que sentí al entrar se desvaneció al instante en que le di el primer bocado a la comida que había pedido. No aparte mi atención de mi plato ni por un segundo hasta que di el último bocado. Una vez nos retiraron el plato el Sr Julián comenzó a hablar. “Me alegra que disfrutaras de la comida” dijo con una sonrisa en los labios y sus ojos llenos de amabilidad. “No te conozco mucho, pero me es bastante obvio que tu vida no a sido fácil” comento con suavidad. Antes de que pudiera decir algo, llego la cuenta y salimos del lugar; el viaje hasta mi apartamento fue silencioso.

Después de despedirme de Julián camine lentamente hasta la entrada de mi apartamento repitiendo en mi mente las últimas palabras que Julián dijo en el restaurante. Entre al lugar tratando de pensar en que detalle pudo haber hecho que el Sr Julián dijera aquello. El sonido de mi celular me regreso a la realidad; entonces me di cuenta de que no había encendido la luz y ya no tenia conmigo mi mochila. En la obscuridad busque mi celular que seguía sonando desesperada mente. Al cabo de unos minutos, lo pude encontrar y contesté la llamada sin ver de quien era. “Sr Sosa me comunico de Villa amanecer con respecto a su madre” dijo una voz femenina al otro lado de la línea, quitando el color de mi rostro en un instante.