Las gemas vuelven a la habitación de Diamante Rosa. Amatista entra con Garnet quien carga a las dos Perlas encerradas en burbujas.
—Uff... Eso fue intenso —dijo Amatista — ¿Realmente Perla era así de molesta?
— ¿Qué estaban haciendo ahí afuera? ¡Fue muy peligroso! —exclamó Perla a Steven y Connie.
—Ah, ya recordé —dijo Amatista.
—Les dije que se quedaran aquí porque no sabíamos qué querían hacer las Perlas y desobedeciste. Y Connie, esperaba un mejor desempeño de parte tuya.
—Lo lamento Perla —respondió Connie —pero Steven se preocupó mucho por ustedes. No podía dejarlo solo cuando iba a saltar.
—Lo siento Perla pero no podía dejarlas con algo así —dijo Steven.
—Es más complicado que eso Steven —dijo Perla —Esas Perlas te estaban buscando, querían que estuvieras con ellas. Si las demás gemas te vieron creerán que tienes algo que ver, y si las otras Diamantes se enteran será más difícil hablar con ellas.
—Correré el riesgo pero no dejaré que les hagan daño —respondió Steven.
—No es sobre nosotros Steven, se trata de tí —exclamó Perla —Ser una Diamante es una gran responsabilidad, si queremos que todo salga bien tienes que ser obediente a las demandas del planeta madre, aunque estas no sean de tu agrado.
— ¡Lo sé! ¡Lo entiendo Perla! —exclamó Steven con angustia —Trato de tomarlo con calma desde que llegamos. Y quiero hacerlo, pero parece que eres tú quién está más tensa por todo esto —le dijo Steven.
— ¿Qué? —dijo Perla.
—Es cierto —dijo Connie —Has actuado un poco extraño desde que volvieron y mencionaron a la Perla negra, y has sido muy estricta con Steven.
Perla mira a Steven con angustia. Luego mira a Amatista y Garnet, que la veían como si ellas también creyeran lo mismo.
— ¿De verdad piensan eso? —pregunta Perla.
Garnet empuja arriba a las Perlas encapsuladas.
—Perla —dijo Garnet —has sabido qué hacer en estas situaciones, pero si hay algo que te inquieta ahora, necesitamos que nos digas.
Perla suspira —Supongo que tienen razón —dice Perla —Desde que vimos a esa Perla Negra solo eh pensando en detenerla. Me preocupa mucho lo que ella pueda hacer y que a ustedes les llegue a hacer algo.
— ¿Tienes resentimientos por ella? —preguntó Amatista
—Creo que sí —respondió Perla. Luego se dirige a Steven —Perdón si fui muy dura con ustedes chicos.
—Está bien Perla —dijo Steven —Sé que quieres protegernos, pero si tu quieres hacer esto tienes que dejarnos ayudarte, para que puedas ayudarnos. No te preocupes por nosotros.
—Steven tiene razón —dijo Connie —Estaremos bien si seguimos unidos. Y si necesitas algo puedes contar con nosotros.
—Y con nosotras —dijo Amatista, Garnet sonríe.
Resolveremos todo esto juntos —dijo Steven. Perla se pone contenta.
—Tienen razón. Gracias chicos —dijo Perla.
—Bien, dinos qué podemos hacer por tí compañera —dijo Steven.
—Bueno —dijo Perla —Si queremos encontrar a la Perla Negra tenemos que saber todo sobre ella. Debe de haber un registro de ella en alguna parte. Tal vez en la red del planeta madre. Podemos verla en el trono de Diamante Rosa.
—Muy bien, buscaré ahí —dijo Steven. Él y Connie se suben al trono de cristal y con su mano enciende la computadora de Diamante Rosa. Aparece la pantalla de monitoreo y se escucha una nota musical al encenderse.
—Muy bien —dijo Perla —Ahora tenemos que buscar los registros de las Perlas que fueron incubadas, tomará un tiempo pero...
— ¡La encontré! —gritó Steven — ¿Uh? —dijo Perla.
En la pantalla se veía el registro de algunas Perla Negras.
—Encontré a la Perla Negra —dijo Steven — ¿Cómo la encontraste tan rápido? —preguntó Perla.
—Solo escribí Perla Negra en el buscador de la esquina y eso fue lo que apareció —dijo Steven.
—Oh —dijo Perla.
En la lista de Perlas había un registro particular.
—Qué extraño —dijo Perla —Este registro solo aparece en la red privada de las Diamantes, no está en la red del planeta madre.
Abrieron el registro que era diferente.
—Esto es de la segunda era, no parece que haya registro de otra después —dijo Perla. Ella lee el registro completo.
—Una Perla negra se rebeló contra su dueña, fue evaporada, cayó al vacío y desapareció. ¡Debe ser ella! —exclamó Perla contenta — ¡Bien hecho Steven la encontraste!
—No fue nada —dice Steven sonriendo.
—Si van al lugar del registro tal vez hallen una pista —dijo Connie.
—Tienes razón —dijo Perla —Debemos ir allá a investigar.
—Esperen —dijo Amatista —Después de lo que pasó afuera no podremos salir sin llamar la atención.
—Perla —dijo Connie —Nos mencionaste una salida secreta en la habitación. Podemos usarla para salir del palacio sin ser vistas por las gemas.
— ¡Por supuesto! —exclamó Steven.
—Sí —respondió Perla —Pero no sé dónde está. Rose me dijo que existía, pero nunca me dijo donde estaba.
En la habitación; Steven y Connie se pusieron a pensar dónde podría estar esa salida.
—Mmm. Si tuviera una salida secreta ¿Dónde estaría? —se preguntaba Steven quien apoyaba la mano en la pared. Entonces a Steven se le ocurre una idea y pone su mano más arriba en la pared, después empieza a caminar con la mano pegada a la pared.
— ¿Qué estás haciendo Steven? —pregunta Connie.
—Ví esto en las películas, y también en los templos de las gemas —dijo Steven —Me pregunto si mi mamá escondió algún botón secreto o algo que nos muestre la salida.
Steven seguía arrastrando la mano entre los muros.
—Steven ¿Estás seguro de esto? —pregunta Connie.
—Vamos —murmuraba Steven.
Entonces mientras pasaba su mano se ilumina una placa secreta y suelta una luz que viaja por la pared hasta una puerta secreta detrás del trono de la habitación.
— ¡Jaja! ¡Funcionó! —exclamó alegre Steven.
—Es increíble —dijo Perla.
La salida era una puerta alta con unas escaleras que llevaban hasta la planta baja.
Perla y Connie se acercan a la salida, y en cuanto Perla pasa cerca del botón, este se enciende.
— ¿Uh? —se pregunta Perla.
—Vaya —dice Steven asombrado —Perla ¿Tú también puedes abrirla?
—¿Qué? —se pregunta Perla. Entonces pone su mano en la placa y logra cerrar la puerta ella misma. Vuelve a pasar su mano por la placa y abre la puerta.
— ¿Cómo es que yo puedo hacerlo? —se preguntaba Perla —¿Ella me programó para que pudiera hacerlo?
En ese momento se abre la puerta de la habitación y todos se voltean. La salida se cierra sola rápidamente.
Entran las Perlas de las Diamantes Azul y Amarillo.
—Mi diamante —dijo Perla Amarilla presentándose con los brazos formando el símbolo de las Diamantes —Las otras Diamantes la esperan.
—Ya es la hora chicas —dijo Steven.
—Te acompañaré Steven —dijo Connie.
Garnet va con los chicos mientras se dirigen a la entrada.
—Steven —dijo Garnet y en ese momento puso la mano en su hombro —Este es el momento; contamos contigo para convencer a las Diamantes; nosotras nos encargaremos de encontrar a la Perla negra, no te preocupes por nosotras. Pueden hacerlo, ambos son valientes. Solo ve y diles lo que quieres hacer.
—Lo haré Garnet —dijo Steven decidido.
—Buena suerte con las Diamantes Steven —dijo Amatista —los veremos luego. Cuídense mucho Connie.
—Claro Amatista —dijo Connie —Buena suerte también con la Perla Negra.
Perla se dirige a Steven y a Connie. Ambos se voltean.
—Nosotras... saldremos a investigar mientras tanto —dijo Perla —Connie, ahora creo que puedes reemplazarme para escoltar a Steven.
— ¿Enserio? —preguntó Connie
—Sí —respondió Perla —Creo que ya eres capaz de cuidarte para asistir a Steven en una reunión con las Diamantes.
— ¡Gracias Perla! —exclamó Connie entusiasmada —No fallaré, te lo aseguro —dijo Connie decidida.
Nos veremos después. Contamos con ustedes en esto chicos —dijo Perla.
Perla se agacha para abrazarlos, pero ambos la abrazan primero.
—Te amo Perla —le dijo Steven.
—Yo también Steven —respondió Perla —Los amo a ambos. Gracias.
Mientras, las Perlas amarilla y azul observan confusas.
—Uhhh... ¿Mi Diamante? —les dice Perla Amarilla.
Steven y Connie sueltan a Perla.
—Cuídense mucho —les dice Perla.
Steven y Connie se van con las Perlas. Las Gems observan a ambos irse, Steven y Connie voltean hacia ellas
—Nos vemos luego —dice Steven mientras les muestra el pulgar en alto y la puerta se cierra.
Afuera del palacio Steven y Connie salen escoltados por las Perlas amarilla y azul para ir con las Diamantes.
— ¿Estás lista? —le pregunta Steven a Connie
—Sí —responde ella viendo a Steven.
Las Perlas escoltan a los chicos bajando las escaleras.
—Por aquí su diamanteza... —dice Perla Amarilla, pero se tropieza con las escaleras y cae rodando hasta llegar al suelo quedando boca arriba. Steven y Connie bajan a ayudarla.
— ¡¿Estás bien?! ¿Te lastimaste? —pregunta Steven preocupado.
Perla Amarilla se levanta rápidamente y ensuciada.
— ¡No, no, no, no, no! No tiene que preocuparse mi Diamante —dice Perla Amarilla.
—Espera, dejame ayudarte —dijo Steven. Entonces Steven limpia el polvo de Perla Amarilla quien se apena.
—Ahora... —Steven se pone saliva en el pulgar y limpia una mancha en la mejilla de Perla Amarilla —Eso es. Ya estás mejor.
Las Gems estaban asomadas en la ventana del palacio viendo a Steven y a Connie ayudando a Perla Amarilla. Finalmente se dirigen a un palanquin rosado. Steven se queda viendo un momento, luego ambos suben al palanquin seguido de las Perlas.
—Porfavor tome asiento mi Diamante —dice Perla Amarilla. Steven sube al trono con Connie y él pone su mano en una placa a su izquierda, entonces se escucha un sonido; el palanquin se enciende, emite una luz rosada debado de él y comienza a flotar ligeramente
—Vaya —dice Connie. Entonces el palanquin comienza a moverse, llevándose lejos a Steven y Connie al palacio dónde se encuentran las otras Diamantes.
—Muy bien ¿Qué hacemos ahora? —pregunta Amatista a Perla. Ella se quedó pensando unos segundos.
—Tenemos que ir al lugar de los registros —dice Perla —Debe haber alguna pista en ese lugar que pueda ayudarnos con la Perla negra.
—Debemos ser cautelosas —dice Garnet. Perla vuelve a abrir el pasaje secreto.
—Bien, andando —dijo Perla.
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