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No toques mi cola esponjosa!

La suavidad de las sábanas

La suavidad de las sábanas

Apr 12, 2024

Para cuando Shin volvió a la casa, ya eran las 6 de la tarde.

En la habitación rondaba un gato. El pequeño animal paseaba por las piernas de la enfermera. En un descuido, saltó a la cama donde se encontraba durmiendo Luly. El gato se perdía entre el edredón y las sábanas blancas. La mascota favorita del dueño de casa, era ese gordo animal. Revoloteó su cuerpo hasta conseguir estar cómodo. La enfermera no pudo retirarlo a tiempo, el profesor ya se encontraba en la habitación.

— ¿Cómo está? -preguntó el profesor Shin.
— Cuando se despertó le dije que no se levante -respondió la enfermera.

Luly estaba siendo alimentado por unas sondas. La habitación repleta de lo necesario para tenerlo al cuidado. Cada mañana podía recibir la bienvenida del día, por una enorme ventana con cortinas blancas. Lástima que llevaba dormido mucho tiempo. En un escritorio se encontraba una tanda de medicinas indispensables, entre gasas y vendas. Cada cierto tiempo cambiaban las vendas de la costura. No pudieron hacer nada con la cola cortada, era muy tarde para ese procedimiento. De todos modos volvería a crecer.

— Aquel muchacho volvió a venir -comentó la enfermera.
— Ya veo... -le respondió el profesor.

Desde el atroz día, Remil no quiso dejar a Luly solo. Estuvo muy preocupado en el hospital, pidiendo que le dieran noticias del estado del paciente. El día que dieron el alta, Remil por fin pudo verlo. Pero desde que Luly estaba recuperándose en casa del profesor Shin, le fue imposible. Shin dio la orden, a todo el personal, de no dejar pasar a nadie. Así que Remil rondaba la casa todos los días para preguntar por la mejoría del pequeño gato albino.

Shin se acercó y vio a su pequeño Golfy. La gata, viendo a su dueño, saltó de la cama y le maulló de lo contenta.

— No subas a la cama que lo puede despertar.
— Miau~

Para las 8 de la noche, tocaba el cambio de enfermeras. La nueva enfermera era una joven alta con gesto serio. Ella saludaba de manera respetuosa y luego se dirigía a su compañera. En ese breve momento que ambas se ponían al corriente, sobre los cuidados del paciente, dejaron la habitación.

Shin se sentó al filo de la cama y se acercó a verle el rostro de Luly. Aliviado de escuchar su respiración, sonrió. Acarició su cabello y de un susurró se disculpó. En la intervención, decidieron que lo mejor era cortar la cabellera extra. Aún así, para Shin, Luly lucía adorable. ¿Adorable? Que clase nuevos pensamientos estaba teniendo. Tenía que callarlos. El joven que duerme tan pacíficamente en su cama, es su estudiante y lo único que puede sentir es respeto. Y un extraño extremado cuidado. Shin negó todo sentimiento nuevo. 
Para cuando la enfermera alta volvió, Shin salió de la habitación con la gata en brazos.

Más tarde, Luly volvió a despertar. Esta vez asustado porque tuvo una pesadilla. La enfermera nueva, le dijo que esperara. 

— El señor estuvo durmiendo en el sillón hace una hora -le dijo ella.

Entonces salió para darle aviso a Shin y dejarlos hablar.

La habitación de la enfermera se encontraba dos cuartos a la derecha. Pero ella como corresponde, no dormía de corrido, siempre atenta a cualquier cambio. Se levantaba y acudía a acomodar la almohada, limpiar el sudor, darle las medicinas por la sonda y así. Shin le pidió que se retirara a descansar, que él cuidaría el sueño del paciente.

— Tienes muchas preguntas ¿cierto? -dijo el profesor.

Luly asintió con la cabeza.

Shin se dedicó a explicarle todo lo sucedido. Cuando le dijo que los médicos no pudieron regresar su cola al lugar, Luly empezó a llorar. Al parecer recordó el momento en las aulas abandonadas. La respiración fue agitada y luego sintió un nudo en la garganta. Shin le pidió que respirara de manera larga y pausada. Continuó frotando su pecho hasta que Luly  se calmó. Le ofreció un poco de agua pero no supo como dárselo. Luly no podía levantarse por la costura.

— Estoy siendo un inútil -le dijo Shin.
— ¿Está bien si sólo levanto mi cabeza para beber? -preguntó Luly.

Entonces Shin recordó la palanca para levantar la mitad de la cama y así Luly pudiera beber casi sentado. Tomó el vaso y se lo acercó, luego dejó caer el agua en su boca. 

— No sé como empezar a disculparme -dijo el profesor- siento que soy el culpable de todo lo ocurrido.

Confundido, Luly echo una mirada al rostro de su profesor. Estaba sentado nuevamente en el sillón. Nervioso frotando sus manos. Shin levantó la vista y con la voz más suave y amable le dijo.

— Me haré cargo de todos tus cuidados hasta que estés completamente recuperado.

Luly dudó.

— ¿Y mi trabajo de medio tiempo? -preguntó.
— ¡Por dios Luly! -respondió exaltado el profesor- ¿eso es lo que más te preocupa?

Luly volvió a callar. No estaba en la posición económica para tomar vacaciones de sus trabajos. Así que empezó a calcular cuantos días le tomaría volver a su salud habitual, para poder pagar la renta de su habitación y comprar los textos del siguiente periodo.
El profesor Shin no tenía la intención de dejarle volver a la universidad, no hasta que estuviera recuperado. También tenía otra razón que no se la dijo en ese momento. Una razón un tanto egoista.

— Sé que estás preocupado por tus estudios -dijo Shin- así que te voy a traer las clases grabadas y las tareas. Pediré a tus maestros que sean flexibles contigo.
— Gracias profesor -respondió Luly.
— Hasta que hable con ellos y me faciliten las clases, debes recuperarte.
— Bien.
— Golfy te hará compañía cuando no esté en casa.

Shin sabía que Luly se estaba conteniendo en dudas y preguntas, pero no las hacía por temor. Entonces pensó en dejarlo dormir y volver en la mañana para continuar su charla. Luly volvió a recostarse en aquellas suaves sábanas.
lemonnim6
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trikitrakatelas
trikitrakatelas

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Thank you so much por el nuevo cap✺◟( ͡° ͜ʖ ͡°)◞✺ᕕ( ᐛ )ᕗ

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