Cuando me desperté me sorprendió ver a Emilio abrazado a mi, supongo que nos habíamos dormido en esa posición, la verdad no lo recuerdo.
Me levanté con cuidado de no despertarlo. Fui a la cocina, cogí un vaso de agua, un ibuprofeno y unas galletas.
-Isaac.- Me sobresalté al escuchar esa voz detrás de mí.
-Coño joder.- Solté sin pensar.
-Isaac por favor.-
-Perdón mamá.-
-Me parece raro que no sigas durmiendo, después de que anoche llegamos tan tarde.- Dijo mi madre.
-¿Qué hora es? Es que no he mirado la hora.- Dije mientras cogía las cosas para llevarlas a mi habitación.
-Las once y cuarto.-
-No es tan pronto. Bueno me voy a mi cuarto.- Mi madre solo asintió.
Al llegar vi a Emilio sentado en el borde de la cama mirando al infinito.
-Buenos días.- Le dije, y nada más decirlo se giró a mirarme.
-Buenos días.- Me respondió.
-Toma.- Le dije mientras le daba las galletas, luego deje el vaso y la pastilla en el escritorio.
-Me cuesta recordar lo que pasó anoche.- Soltó, y se comió una galleta. Puede ser que no recuerde lo del beso, supongo que mejor. Igualmente no quería hacerme ilusiones.
-¿No te acuerdas de nada?- Le pregunté sentándome a su lado.
-De lo último que me acuerdo es de cuando me tomé unos chupitos.- Dijo mientras se levantaba. Cogió la pastilla, el vaso de agua y se la tomó. Obviamente me quedé embobado viendo como lo hacía. Se movió hacia la puerta.
-¿A dónde vas?- Le pregunté.
-Al baño.- Me respondió.
-Ah, vale.- Le dije asintiendo varias veces. Estaba a punto de salir cuando se giró hacia mí y me dijo.
-Rubio ¿Desde cuándo tienes un piercing en la lengua?- Nada más decirlo se fue. Pero, pero si dijo que no se acordaba.
Mierda, mierda, mierda, ¿Yo qué voy a hacer ahora? ¿Cómo lo voy a mirar a la cara? No voy a poder volver a mirarle a la cara. Ya está, hasta aquí ha llegado nuestra amistad.
Volvió del baño y yo no podía mirarle a la cara, no podía y no quería. Se sentó a mi lado.
-Isaac.- Me dijo.
-Aja.- Fue lo único que salió de mi.
-A ti...te...¿molestó el beso?- Me dijo mientras me miraba a la cara.
-Pues...Creo que...¿no? Tranquilo, entiendo que haya sido por el alcohol, no pasa nad- No pude terminar de decir cuando se abalanzó sobre mí para besarme...otra vez.
Estaba tumbado en mi cama con Emilio encima de mí metiéndome la lengua hasta la campanilla. Tenía una mano en mi mejilla y la otra apoyada al lado de mi cara, yo tenía una mano en su hombro y la otra en su cuello.
De repente tocaron a la puerta y nos separamos. ¿Alguien me explica qué acaba de pasar? Porque no lo sé ni yo.
-Un momento.- Grité. Le miré, esta vez sí que le miré a la cara, él asintió y se separó de mí para que pudiera abrir la puerta.
Me levanté y la abrí.
-¿Roxy?-
-¿Por qué no contestas los mensajes? Estaba preocupada, ¿Sabes?-
-¿Cómo? Creo que no tengo batería en el móvil.-
-Isaac te voy a matar.-
-Roxy veras...vienes en mal momento.- Le dije susurrando, y cerrando la puerta detrás de mí.
-Pero-
-Roxy.-
-Isaac escuchame.-
-Roxy, escúchame tu a mi.-
-Pero Isaac qu- Le interrumpí.
-Emilio está en mi habitación.-
-¿Eh?- Me dijo confundida.
Miré que no había nadie escuchando y le dije.
-Nos estábamos besando.- Obviamente lo dije susurrando. Se quedó flipando.
-¿Qué? Bueno da igual, luego me cuentas. Isaac que en unas horas nos vamos de viaje.-
-¿Cómo? ¿A dónde? ¿Por qué?-
-Coño isaac, de fin de curso, lo llevan diciendo un puto mes.-
¿Cómo se me había podido olvidar? Me empezaba a poner nervioso.
-Te habías olvidado, ¿no?- Dijo Roxy.
-Mierda tengo que hacer la maleta.-
-Tranquilo, aquí estoy yo para ayudar.-
-Pero hay un pequeño problema...-
-Vas a tener que echar a Emilio, que yo con él no habló.-
-Pero ¿cómo voy a echarle justo ahora?-
Roxy levantó una ceja y me dijo. -Si no lo echas tu lo echo yo.-
-Pero, pero-
-Pues nada, lo echo yo.-
Abrió la puerta empujándome hacia atrás mientras ella entraba.
-Emilio, ¿qué tal? Lamento decirte que te tienes que ir ya para casa.- Le dijo Roxy.
-¿Qué?- Dijo Emilio confuso.
-En unas- Miró su teléfono. -tres horas tenemos que estar en un aeropuerto, así que tira para tu casa que seguro no tienes la maleta.-
-OSTIA, EL VIAJE.- Al parecer no era el único que se había olvidado.
-Pues eso. Hasta la próxima.- Le dijo Roxy.
-Nos vemos luego, rubio.- Me dijo Emilio con una sonrisa, aunque también estaba preocupado.
Cuando se fue (corriendo) entré a mi cuarto y me senté en la cama al lado de Roxy.
-¿Cómo que rubio?- Dijo Roxy.
-Tengo mucho que contarte.-
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