Esas dos primeras palabras provocaron que mi estomago se revolviera. Una vez me calme, regrese la vista a la carta y volví a empezar.

“Querido Raúl, quisiera empezar por disculparme por todo lo que has vivido debido a mí, seguramente para el momento en que te llegue este paquete, yo estaré a punto de morir…”

Pare por un momento y releí aquellas breves líneas. La ira apareció al darme cuenta de que ella sabia lo que le esperaba, ella sabia lo que me esperaba y eso no la detuvo. Tuve que morderme el labio inferior para obligarme a seguir y poder averiguar que había tras todo esto.

“… estoy segura, que para este momento tu rencor será tan grande que no es necesario, pero te pido que no trates de prolongar mi vida, simplemente, déjame morir.

Habiendo dicho eso, creo que ya es momento de comenzar a explicarte algunas cosas. Primero déjame contarte la verdad tras tu nacimiento y lo que llevo a aquella fatídica noche. Seguro piensas que eso es innecesario ya que hace mucho te dije que tu padre había muerto durante un patrullaje poco después de quedar embarazada, incluso te mostré su foto y obituario. En realidad, tu padre fue su asesino.

Conocí a tu padre durante la preparatoria, el era famoso por meterse en problemas y por ser el único hijo del dueño de las empresas de tecnología más grandes del país. Era la envidia de los hombres y objeto de deseo de las mujeres. Yo por otra parte, yo no era más que una marginada; las uncas veces que lo vi fue en los partidos de campeonato del equipo de básquet.

Aun así, el destino trabaja de formas desconocidas, por lo que, durante nuestro último año, terminamos conociéndonos. La situación parecía sacada de un cuento de hadas. Cual caballero en brillante armadura, un día en que estaba siendo molestada, el me rescato. Comenzamos a entablar una relación como amigos, al terminar la preparatoria y comenzar la universidad no perdimos contacto, y así al graduarnos decidimos casarnos.

Poco después de la boda, tu padre tomo posesión de las empresas de la familia. Comenzó a ser frio y violento. Quise creer que todo era a causa del estrés del trabajo, y una vez se adaptara, volvería a ser el hombre del que me enamore…”

Esas últimas palabras me hicieron sentir lastima por mi madre, y al mismo tiempo coraje, no entendía que tan sumisa y tonta tenía que ser no irse y esperar a que dejara de ser violento. Baje la carta por un momento y respire un poco para calmarme antes de continuar. Mientras hacia esto mi cerebro siguió dando vueltas con respecto a lo que había leído, y entonces me di cuenta. Abrí los ojos como platos y con desesperación repetí “No puede ser eso” una y otra vez mientras volvía a la carta.

“… después de un tiempo, comprendí que eso no sucedería. Después de quitarme la vendad de los ojos decidí irme. Un día en que tu padre salió en un viaje de negocio, empaque mis cosas y me fui de nuestro hogar.

Lamentablemente no llegue muy lejos cuando los hombres de tu padre me encontraron y llevaron de regreso. Una vez frente a él, me grito por la humillación de dejarlo, y me aclaro que jamás sería capaz de irme. Fue entonces cuando termine en una habitación oscura, encadenada a la pared.

Durante mi estancia en ese cuarto tu padre solo aparecía ocasionalmente y siempre que lo hacía, me golpeaba y luego abusaba de mí. Una ocasión, fue tal el daño en mi cuerpo que no tuvo más opción que llevarme a un hospital. Después de salir de urgencias, una enfermera se acercó y con una sonrisa me dijo que tanto yo como mi bebe, estábamos bien…”

“Maldita sea” grite con enojo al leer la confirmación de lo que sospechaba. Las lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Dejé que mi llanto saliera hasta el puto en que sentí que ya no me quedaban lágrimas. Entonces, decidí terminar de leer.

“… escuchar esas palabras me hizo entrar en pánico, la enfermera debió haber notado el miedo en mis ojos y me aseguro que si necesitaba ayuda podía pedirla. Fue entonces que deje salir todo; ella quedo atónita ante mis palabras, pero con una voz llena de calma, me aseguro que todo saldría bien.

Gracias a su apoyo, logre escapar de tu padre. Al inicio, creí que todo había acabado y estábamos a salvo. Sin embargo, una mañana cuando salía de casa, vi el paquete que te envié junto a esta carta. Cuando lo vi, no pensé que fuera nada preocupante, pero una vez lo abrí, el horror se apodero de mi. Viendo su contenido, comprendí que nada había terminado. Espero al ver con tus ojos el contenido logres comprender un poco mis acciones. Dejare que asimiles esta información por un tiempo. Espera mas cosas de mi parte. Con amor, mamá.”