Terminé de leer la carta de mi madre con una extraña mezcla de emociones en el pecho, la calma que conseguí con los años, había desaparecido para cuando leí la última palabra. Mi madre se había atrevido a destruir mi vida por segunda vez.
Era tal mi enojo que preferí ignorar por completo la caja; me preparé la cena y después me fui a dormir. La noche se sintió larga, pase el tiempo dándole vueltas a lo sucedido, tratando de comprender lo que estaba sucediendo. Con los ojos clavados en el techo vi como el sol comenzaba a entrar por la ventana. Con un suspiro me levante de la cama y tome una ducha para tratar de quitar el cansancio de mi cuerpo.
Después de una larga ducha, me vestí, tomé mis cosas y salí rumbo a una cafetería esperando olvidarme de los asuntos de ayer. Llegue a un lugar rustico, con poca gente y un espacio bastante privado en el que me acomode. Pedí comida y me dispuse a tomar clases. Debido al cansancio decidí grabar mis clases por si me quedaba dormido. Al final, no me dormí, pero los videos si fueron de ayuda, tuve que ver varias veces las clases para ser capaz de contestar mis trabajos.
Guardaba mis cosas, cuando la campanilla de entrada sonó, seguida de una voz familiar que me dejo congelado, Aarón Walker estaba ahí. Sin apartar la mirada de mi mesa escuche como el y sus amigos se acomodaban en el lugar tras el mío
La mesera se acerco a tomar su pedido, haciendo que la voz de uno de los amigos del rubio resonara por el lugar. Aproveche ese momento y me levante para irme del lugar, sin embargo, choque contra alguien rebotando de regreso al asiento. Levante la vista para disculparme cuando vi a Aarón parado frente a mí.
Después de unos incomodos segundos de silencio, vi como los labios de Aarón se abrían, tomé impulso y lo aparte de mi camino, saliendo rápidamente de aquel lugar. Corrí hasta llegar a mi hogar y una vez dentro, me calmé. Ver al rubio había traído de regreso las escenas de aquel día haciendo que mi molestia e incomodidad volvieran a aparecer.
Tomé un vaso de agua para calmarme y decidí ver el resto del contenido del paquete enviado por mi madre para distraer mi mente.
Le di un par de vueltas a la mesa del comedor antes de pararme frente al paquete. Deje que mis pensamientos dieran un par de vueltas más antes de decidir como sacar el contenido. Al final opte por sacar todo de una sola vez para evitar arrepentirme a medio camino.
Di tres respiros lentos, coloque mis manos a cada lado de la caja y la voltee sobre la mesa de un golpe. Levante la caja lentamente y deje que su contenido se dispersara por la mesa. Frente a mi quedaron regados un montón de fotos, documentos, ropa, periódicos y una pequeña caja aterciopelada de color azul que destacaba notablemente.
Comenzó por hojear las fotos. La mayoría de ellas estaban obscuras, con sombras en lugares extraños; poco a poco cada una de ellas fue mostrando escenas más claras, dejando ver sangre, cuchillos, cierras, cuerpos; aunque nada de eso me alarmo lo suficiente hasta llegar a la última en que aparecíamos mi madre y yo con una soga dibujada alrededor de nuestros cuellos y manchada con un aroma asqueroso. Guiado por la curiosidad seguí oliendo hasta averiguar que era, poco después me percate de que las manchas en aquella foto, eran de semen; deje caer la foto con rotundo asco y fui al baño a vomitar,
Una vez mi estomago quedo vacío regrese a comedor, decidido a continuar hurgando en el contenido de aquella caja. Deje aun lado las fotos si recoger aquella asquerosidad del suelo; tome los periódicos y una lluvia de artículos sobre asesinatos, violaciones, secuestros y otras atrocidades paso frente a mí, finalizando con una nota sobre un policía muerto.
Esta última me hizo recordar las palabras de mi madre y sin pensarlo tome los demás documentos. La información del caso del policía estaba ahí. Se mencionaba el estado del cuerpo al ser encontrado, rastros de tortura encontrados; de igual manera se mencionaban los casos en los que apoyo previo a su muerte, entre los cuales, resaltado con un marcador se encontraba uno con el nombre de mi madre. En el se explicaba como el oficial fue parte del grupo que la ayudo a escapar y reubicarla.
Al final se encontraba una nota de color rojo en la cual se especificada que el dedo anular del oficial no había sido encontrado en la escena. Entonces, la caja azul, solté los papeles en la mesa y me abalancé sobre la caja. Rogué con todo mi ser que la idea dentro de mi cabeza fuera equivocada.
Abrí la caja y rápidamente un leve aroma a podrido llenaba mi nariz. Una vez la abrí por completo lo vi, un dedo anular masculino, con la piel comenzando a deshacerse sobre el dedo, con algunos gusanos sobre el y acompañado de una pequeña nota que decía: “Amor mío, estoy cerca de encontrarte, y una vez que lo haga, desearas jamás haberme dejado”.

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