OFIUCO: EL INTERNADO GUTHSFIELDS [ESPAÑOL] ¡¡Se irá pronto!!
Capítulo 1: No morí y me convertí en dios [Parte 4]
Capítulo 1: No morí y me convertí en dios [Parte 4]
May 29, 2024
Parte 4.
Como nunca, me levanté apenas oí los primeros pitidos de mi despertador.
Me alisté y desayuné tan rápido como me fue posible. E incluso decidí realizar algo que jamás fue prioridad mía. Peinarme.
Talves no soy un dios, pero el sueño que tuve con el enmascarado espacial me había abierto los ojos. Si quiero tener el control de mi vida, debo cambiar. Y la única persona que puede cambiar mi vida, soy yo.
Todo iba de maravilla. Ya me encontraba a medio camino cuando un pensamiento invadió mi mente.
«¡Me olvidé de traerlo!»
Había dejado olvidado un objeto muy importante para el día de hoy. Regresar por él o no hacerlo tenía consecuencias, pero siempre hay prioridades. Así que volví a casa.
(*)
Doblé la la última esquina en camino a los salones de clase y la entrada apareció ante mis ojos.
La victoria estaba cerca. Hasta sentí que mis dedos rozaban las rejas metálicas y sonreí de la emoción.
No lo podía creer. Pese a todo, iba a llegar temprano.
Sin embargo, una vez más mi gozo se iba a hundir en un pozo. El viejo y decrépito portero apareció para acabar con mi fugaz alegría.
El último minuto ya se extinguía. Yo intentaba correr incluso más rápido de lo que solía hacerlo. Rogué al cielo que el portón se detuviera y me deje pasar solo por esta vez. Ya estaba harto de lidiar con puros locos en el salón de castigo.
El minuto acabó y, con una enorme sonrisa, el anciano estiró su brazo para cerrar el enrejado.
—¡Es tarde! ¡La puerta está cerr...
De repente, por un momento se cegó mi vista. La tierra tembló y mi cuerpo se estremeció. Una oleada de mareos provocados por una causa desconocida perturbaron mi equilibrio y caí al suelo. Sentir como una gota de sangre descendía de mis fosas nasales, me hizo recuperar la conciencia.
Más de una vez he sufrido caídas frente al portón, pero en su mayoría eran para evitar una colisión directa contra las rejas metálicas cada vez que el malvado anciano cerraba de sorpresa. No obstante, cuando abrí los ojos no encontré enrejado.
«¿Qué ha sucedido?»
Cuando analizé la escena descubrí con asombro que dicho objeto metálico estaba adherida al suelo. Como si la tierra y el acero se hubieran fundido firmemente. Y a lado estaba el malhumorado portero sacudiendo enérgicamente las rejas, completamente rojo de la rabia.
Era físicamente imposible lo que veía. Un acto de magia sería lo más adecuado para describirlo. Pero, ... ¿Qué o quién lo causó?
Como sea, decidí aprovechar la oportunidad y entré a clases.
«¿Acaso fui yo el responsable de dicha proeza?»
Esta duda me estuvo atormentando toda la mañana. Estuve tan absorto en mis pensamientos que ni siquiera recordé que hoy había examen. Es más. Ni siquiera recuerdo cuando inició.
«¿Quién demonios planteó la teoría de la inflación cósmica?»
Busqué en todos los rincones de mi mente. Hasta rememoré cada día de mi vida y nada. No encontré ninguna respuesta.
Miraba al techo totalmente desesperado por hallar la respuesta cuando la vida me sonrió una vez más.
—Antes del Big Bang existió un campo llamado inflatón. El cuál sufrió un periodo de expansión conocida como la era inflacionaria. Cuando concluyó esta etapa, la energía del inflatón fue transferida formando la materia del universo. Todo esto y más fue planteado en la teoría de la inflación cósmica propuesta por Alan Harvey ...
«Guth»
Apenas oyeron eso, todos se apresuran a responder la pregunta gracias a la ayuda de la profesora. Todos menos yo.
Que los profesores griten las respuestas de sus exámenes son unos de los mayores deseos de muchos estudiantes. Y a veces, como una pequeña contribución o acto de compasión, se da. Es normal que un profesor quiera ayudar a sus alumnos, pero no aquí. No en la secundaria Guthsfields.
Es más, los mismos profesores te obligan a usar unos pesados grilletes en las manos y pies cada vez que repruebas sus exámenes. Según ellos, llevar lo que denominan como "Cadenas del aprendizaje" te permite sentir el peso de la responsabilidad.
«¡Sarta de ridículos!»
No estaba seguro de que era más improbable, las rejas de una puerta soldándose a la superficie o que un maestro de aquí brinde apoyo. Definitivamente esto no era normal, y menos podía ser una coincidencia. Además, ... ¿Por qué este sentimiento de responsabilidad?
¿Por qué sigo sintiendo dentro de mí que fui yo quien provocó estos sucesos?
Imagina ser un dios y tener el control total. Imagina poder manipular a los demás. Imagina poder transformar todo tipo de materia a tu antojo. Suena maravilloso, ¿verdad? Algunos lo llaman "despertar espiritual", otros lo conocen como usar todo el potencial humano, y algunos locos lo denominan "escapar de la matrix".
Todo esto le sucede a Ottah Mitnick, un estudiante del prestigioso Internado Guthsfields, cuando un enigmático ser llamado Ofiuco le dice que tiene el poder de cambiar el universo. Ofiuco advierte que debe usar sus habilidades para escapar de la escuela, pero Ottah decide ignorarlo y usar sus nuevos poderes para mejorar su deprimente vida.
¿Serías realmente feliz si tuvieras el control de todo? Éste será el primero, pero no el último misterio que deberá resolver Ottah. ¿Qué tan cierta es la realidad que se presenta ante tus ojos? Sus decisiones lo conducirán por una travesía donde enfrentará y conocerá muchos de los secretos que esconde el internado Guthsfields.
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