— ¿Sabes? — Hoshie sonrió mientras miraba el fondo de su taza de café —. El amor es un sentimiento confuso.
— Más que confuso... he llegado a oír que es cruel — me recargué sobre la mesa.
— Sí — sonrió levemente — Quizá es esa la palabra que tanto buscaba en aquél entonces — Su mirada se dirigió hacia ventana, mirando la calle, y esa, era una mirada triste.
Bastó un año para enterarme de que lo amaba, y era un amor grande. No sabía qué hacer con este sentimiento, no sabía de qué forma convencerme de que no era cierto, de que solo estaba confundida.
Quería darme la razón, era una simple confusión, es solo el hecho de haber pasado tanto tiempo con él. Fui a buscar a Layla, era un año mayor que yo, y a diferencia de mí, ella ya estaba casada. Fui a buscarla a su casa y le conté todo, a excepción de que Hansel era el futuro rey, a lo que su respuesta fue.
— No sé qué esperas que te diga, pero creo que es más que obvio que lo amas.
— No — negué con la cabeza —. Es imposible, tu debes de saberlo mejor que yo, puesto que estás casada, y no me sorprendería que en algún punto tengas un hijo con Ren.
— Sí, pero no estamos hablando de mí — recargo ambas manos sobre la mesa —. Si tan solo te vieras, no dejas de sonreír como una boba siquiera lo mencionas.
— ¿Lo hago?
— Lo haces — me dijo mientras asentía con la cabeza —. Es bastante obvio, o al menos lo es para mí.
— Pero tú eres muy perspicaz Layla.
— O ustedes dos son un par de ciegos — me miró fijamente y sonrió — ¿Qué tal si se lo dices?
— Ni muerta — dije mientras negaba con la cabeza.
— ¡No seas cobarde Hoshie! — decía Layla mientras ponía sus manos en la cintura para expresar su molestia.
— Bien, ¡SI LO SOY! — me levanté de mi asiento —. Y es precisamente por eso que no voy a decir nada.
— No seas ingenua, algún día se va a enterar.
— Pues espero que no sea por tu boca — miré directo a los ojos a Layla.
— Ni siquiera lo conozco, ¿por qué haría eso? — dijo desconcertada.
— Eso espero, ahora solo tengo que alejarme un poco, quizá deje de confundir mis sentimientos.
— ¡REALMENTE QUIERO DARTE UN BUEN GOLPE! — dijo Layla furiosa — ¡¿Qué acaso no escuchaste todo lo que te dije!?
— Lo oí muy bien — suspiré —. Es solo que quiero engañarme a mí misma de que no es así.
— ¿Y para qué harías algo como eso?
— ¡Tengo miedo que todo se acabe por una tonta confusión!
— ¿Y después de lo que acabas de decir lo dudas?
— No lo entiendes... esto es más complicado — me apreté el puente de mi nariz.
— No entiendo por qué quieres martirizarte tanto — suspiró cansada.
— Es un poco más complicado de lo que parece — sonreí con amargura — solo espero que esto sea pasajero...
Gran error, este era un sentimiento grande, demasiado como para solo describirlo como amor. Era un gran sentimiento, difícil de ocultar, era mejor jamás haberme enterado, pues cada vez era más difícil.
Era un sentimiento que quería gritarle a todo el mundo, pero no podía. Es un sentimiento tan confuso que cualquier acción puede poner tu día de cabeza, una palabra, una sonrisa, una mirada o su simple presencia lo cambiaban todo. Una simple acción, un simple gesto, cualquier cosa en realidad, te hacían reír o llorar, esa era la realidad.
Era un amor secreto, unilateral tal vez, no podía saberlo con certeza. Mi corazón estaba cada vez más confundido, al igual que mi mente, no sabía si Hansel realmente me quería de la misma forma que yo, o si era mi corazón queriendo ilusionarse por cualquier estupidez. No podía saberlo con certeza, así como tampoco estaba segura de que tan problemático era este sentimiento.
«Te amo» era un pensamiento que dije muchas veces enfrente de Hansel, aunque claro, solo lo hacía mi mente, me aseguraba de cubrir muy bien mi boca para que eso no saliera de mi cabeza. Era dulzor y amargura al mismo tiempo, era reír en su presencia y llorar hasta quedarme dormida en su ausencia...
— Tengo un problema — dije poniendo la expresión más seria que pude.
— ¿Cuál es? — dijo Hansel.
— Lo siento, no puedo decírtelo.
— ¿Es tan grave? — se mostró un poco preocupado.
— No sabría decirte — bajé la mirada —. Pero de lo que estoy segura, es que ya no podremos vernos tan seguido.
— ¿Realmente es necesario?
— Lo es, así que, por favor, quiero que respetes mi decisión.
— Lo hago, y es lo que crees mejor... no tendría ningún problema — dijo estas últimas palabras con un tono de voz más bajo.
Su mirada se veía diferente, ¿triste tal vez?, no lo sé, y aun si fuera cierto, no quería verlo o me sentiría mal. Me di la vuelta para regresar a casa, si no lo hacía ahora mismo, de seguro cometería algún tonto error. Ya era lo suficiente peligroso estar cerca de él. Este sentimiento que ansiaba que acabara pronto, no hacía más que lo contrario, solo crecía y crecía.
Estar enamorado en secreto es hermoso y terrible, me alejé de Hansel, para calmar a mi corazón, pero ahora mi mente, no hacía más que hacerme recordarlo. Este amor era tan bello como doloroso, era justo como si estuviera parada en medio de un campo de rosas llenas de espinas.
La vista del campo de rosas, al igual que este sentimiento eran hermosos, pero el ser un sentimiento oculto, era igual de doloroso que travesar ese mismo campo y tener las espinas de esas bellas rosas enterradas en la piel. Y con cada paso y con cada corte, se hace más doloroso, justo como lo es el ocultar esto en el corazón con el paso del tiempo.
“¿Tú crees en las vidas pasadas?” la mujer justo enfrente de mí me lo decía con esa mirada que te hace saber que pronto comenzará una historia. “Vamos a empezar desde mucho tiempo atrás…” lo decía como una cuenta cuentos.
Me pregunto si su historia será tan real como ese anillo de matrimonio que lleva en el dedo o será una fantasía como aquel hilo del destino que te une mágicamente a esa persona.
Como sea, mostraré esta historia al mundo tal y como aquella mujer me la contó en un café. No lo sé, quizás sea e igual que ella estés esperando a alguien en tu próxima vida. Eso es lo que hace Hoshie, aquella mujer que alguna vez contó la historia.
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