— Ya es invierno — Layla lo decía mientras veía el lago congelado.
— Lo sé — respondí mirando el lago.
— ¿Y eso es todo? ¿así es como acaba?
— ¿Qué? — dije sin dejar de mirar el lago.
— Haz estado evitándolo por casi un año — me miró fijamente — ¿Realmente lo olvidaste?
— Ja, como si fuera posible — sonreí de forma amarga.
— Y entonces ¿por qué no....
— Ya sé que es lo que quieres decir — miré a Layla —. Pero mi respuesta sigue siendo no.
— Oh vamos — dijo con un tono de frustración y molestia —. Sabes que no puedes evitarlo toda la vida.
— YA SÉ — respondí molesta — ya lo sé, pero ¿sabes? — la miré directo a los ojos —. No puedo simplemente gritar que lo amo — respiré profundo y puse mi mano izquierda cerca de mi corazón —. He pasado casi un año fingiendo no sentir nada, no puedo regresar ahora y decirle todo.
— Di lo que quieras, pero probablemente sería lo mejor — se cruzó de brazos.
— Quizá tengas razón — volví a dirigir mi mirada al lago —. Pero soy muy cobarde, no quiero sentir el rechazo.
— Ni siquiera sabes si realmente lo hará — sonrió con ironía.
— Aun así Layla, me aterra — suspiré —. Es cierto que lo amo, tal vez demasiado, pero el solo pensar que lo tenga que dejar ir... — me quedé en silencio —. No, el simple hecho de dejarlo para siempre me aterra, ¿y si me odia? — miré a Layla —. Olvídalo
— Creo que lo estás pensando demasiado.
— Tienes razón, pero el solo pensarlo me pone muy...
— ¿Te pone muy que Hoshie?
Esa voz... la reconocí al instante, sabía que justo detrás de mí estaba Hansel, no sé qué tanto escuchó, pero era un gran problema. Quería huir, pero no podía hacerlo, estaba entre la espada y la pared, no podía hacer nada. Miré a Layla, y me día cuanta que había abierto los ojos como platos por la sorpresa, me miró de vuelta y dijo susurrándome al oído.
— Así que este era el gran problema — miró a Hansel de reojo y luego me miró a mí — ¡¿Por qué no lo dijiste!?
— ¡¿Me lo preguntas ahora!? — susurré de vuelta.
Layla me miró con el ceño fruncido, luego hizo una reverencia y dijo:
— Disculpe su majestad, me tengo que ir ahora — me miró nuevamente con molestia —. Luego hablamos.
— Sí — asentí con la cabeza.
Layla se fue dejándonos a Hansel y a mí solos. No sabía que decir, ni siquiera quería verlo a los ojos, más bien, no podía. Temblaba de nervios, y tal vez de pavor, pero traté de hacerme lo más indiferente y pregunté:
— ¿Qué tanto escuchaste?
— Lo suficiente como para saber que estás enamorada — dijo con una expresión seria y un poco molesto — ¿Es verdad?
— Lo es.
— Entonces no es un error mío — bajó la mirada.
— No lo es — negué con la cabeza —. Estoy enamorada — traté de mantener una expresión seria y no llorar el instante.
— ¿Me puedes decir quién es? — su expresión era seria, pero aun evitaba mi mirada, además de que tenía los puños cerrados haciendo notar nerviosismo.
— No, lo siento, no... — hice una pausa y empecé a jugar con mis manos por nerviosismo — yo no puedo decirte.
— Es así, no dirás nada.
— Sí, es... — suspiré —. Es personal.
— Me imagino que demasiado — dijo molesto.
— ¿Qué te importa? — dije de la manera más fría e imprudente.
— Más de lo que te imaginas — dijo Hansel.
— ¿Por qué más de lo que me imagino? ¿Por qué te importa tanto?
— Al diablo — murmuró — Ya no importa, es mejor que lo sepas de una vez.
— ¿Qué? — dije a punto de quiebre.
— Al diablo con esto. Sí, se que debería de dejar de preguntar, pero no puedo, y también sé que esto me importa demasiado, mucho más de lo que debería, no puedo esconderlo más — suspiró de forma pesada —. También sé que no debería de decir más, pero si no lo hago ahora moriré — tomó mis brazos y me miró directamente a los ojos —. Lo que siento por ti no es amistad, ni siquiera cariño, yo te amo.... ¿Lo entiendes? ¡Estoy enamorado de ti Hoshie!
No pude decir ni una palabra, solo hubo silencio, y en ese silencio, Hansel me mostró una expresión ansiosa, triste y desesperada, como nunca antes lo había visto, tomó mis manos y dijo:
— Te amo, o quizá mucho más que eso. Así que por favor... te lo ruego por todo el tiempo que estuviste conmigo, dime quien es, necesito saberlo o te juro que yo...
Mi mente estaba hecha un lío, no sabía que decir, quería llorar, quería soltar todo esto que llevaba dentro, quería hacerlo, pero, ¿y si no era cierto? Nunca pensé en ser correspondida, me sentía como en un sueño, sentía una incertidumbre y un alivio al mismo tiempo que me son indescriptibles.
— ¿Cómo? — dije después de un largo rato.
Hansel trató de calmarse, pero todavía se veía bastante ansioso, pero aun así se esforzó en sonreírme un poco para decir.
— No lo sé, no sé si fue desde el principio, si fue tu dulce voz, tus acciones, tu rostro, el gris de tus ojos, tus sueños, tus ideas, tu forma de ser... o todo tú — suspiró — No sé cómo, ni tampoco desde cuándo, lo único que sé es que te amo y que jamás pensé que estaría justo frente a ti diciendo todo esto.
— ¿Y aun así quieres saber quién es? ¿No temes qué te lastime? — dije con voz quebrada.
— No importa — sonrió de forma amarga —. Soy consciente de que no soy yo.
Solo pude mirarlo con las lagrimas a punto de salir, no pude hablar, ni hacer algún otro gesto a parte de ese. Solo pude mirarlo, y ni siquiera eso, mi vista estaba tan borrosa de las lágrimas que querían brotar por mis ojos.
— ¿Por qué elegiste a alguien tan cobarde? — dije al mismo tiempo en el que mis lagrimas empezaron a salir —. Ni siquiera puedo decírtelo o si no, siento que despertaré de este sueño llorando.
Casi al instante sentí la calidez de los brazos de Hansel, los cuales me abrazaban fuertemente. De igual forma, con un tono de voz, bastante tranquilizador me dijo.
— No importa, está bien si no dices nada, pero ya no llores...
— Claro que no está bien, no sabes cuanto tiempo te he dicho te amo desde mis pensamientos, y no sabes cuanto me arrepiento de haber cubierto mi boca tantas veces para evitar decirlo accidentalmente...
Antes de continuar, Hansel selló mis labios con un beso, un beso que él había anhelado tanto como yo, un beso correspondido que ambos alguna vez soñamos que sucediera, un beso que nos hizo soltar ese sentimiento guardado para dejarlo salir a la luz después de mucho tiempo.
“¿Tú crees en las vidas pasadas?” la mujer justo enfrente de mí me lo decía con esa mirada que te hace saber que pronto comenzará una historia. “Vamos a empezar desde mucho tiempo atrás…” lo decía como una cuenta cuentos.
Me pregunto si su historia será tan real como ese anillo de matrimonio que lleva en el dedo o será una fantasía como aquel hilo del destino que te une mágicamente a esa persona.
Como sea, mostraré esta historia al mundo tal y como aquella mujer me la contó en un café. No lo sé, quizás sea e igual que ella estés esperando a alguien en tu próxima vida. Eso es lo que hace Hoshie, aquella mujer que alguna vez contó la historia.
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