Devian, con una expresión de seriedad, recordó a Jeremy: "¿Qué te dije cuando compré todo esto? Que la muerte de toda tu familia caerá si me ofenden a mí o a las personas cercanas a mí". Jeremy, con una expresión de miedo, suplicó: "Señor, por favor, perdóneme".
Devian, con una expresión de autoridad, ordenó a Jeremy: "Ve a mi casa y te espero allí para recibir tu castigo. Y si escapas, vas a lamentarlo. Ahora, lárgate". Jeremy, con una expresión de miedo, respondió: "Vamos todos", y todos se fueron corriendo.
Heitor, con una expresión de sorpresa, dijo: "En serio, ¿es el señor? No sabía que era usted y yo muy grosero". Devian, con una expresión de comprensión, respondió: "Tranquilo, Heitor, vamos a mi casa y hablemos para ver si te encuentras bien".
Clara, con una expresión de miedo, dijo: "Hermano, tengo miedo, quiero irme a la casa". Devian, con una expresión de cariño, la cargó y dijo: "Ven, estás conmigo y te prometo que nunca más te dejaré sentir miedo. Ahora, solo disfruta del paseo". Así, todos se dirigieron a La Casa.
Ya en la oficina, Devian, con una expresión de preocupación, dijo: "Marie, lleva a Clara a un lugar tranquilo". Marie, con una expresión de comprensión, respondió: "Entendido, vamos, Carla".
Devian, con una expresión de curiosidad, preguntó: "Bueno, señor Heitor, ¿qué relación tiene con Marie?". Heitor, con una expresión de miedo, respondió: "Pues yo soy como su padre". Devian, aliviado, preguntó: "¿Padre? ¿Por qué dices que 'como'?".
Heitor, con una expresión de nostalgia, explicó: "Cuando a ellas las vendieron, yo las ayudé. Eso ya fue hace como ocho años, desde entonces, la figura paterna soy yo". Devian, con una expresión de gratitud, preguntó: "Señor Heitor, ¿qué quieres?".
Heitor, con una expresión de sorpresa, preguntó: "¿Cómo así, señor?". Devian, con una expresión de sinceridad, preguntó: "¿Qué deseas?". Heitor, con una expresión de humildad, respondió: "Solo quiero que mis niñas sean felices y estén seguras, y trabajar para terminar mi casa y llegar a la vez con mi mujer descansando en nuestra casa".
Devian, con una expresión de determinación, prometió: "Entonces se lo cumpliré. Le juro que les daré todo: educación, trabajo, seguridad, cariño y le daré un trabajo y su casa". Heitor, con una expresión de sorpresa, respondió: "Pero señor, eso es mucha bondad, no puedo aceptarlo, yo no hice nada".
Devian, con una expresión de gratitud, dijo: "El hecho de que evitaras que le pase algo a Marie y Clara es algo que nunca podré agradecer lo suficiente". Heitor, con una expresión de humildad, respondió: "Yo lo hice por amor por ella y lo volvería a hacer". Devian, con una expresión de admiración, dijo: "Eso me gusta. Espere", y abrió un cajón.
Devian, con una expresión de generosidad, dijo: "Mire, tome esto". Heitor, con una expresión de sorpresa, preguntó: "¿Qué es esto?". Devian, con una expresión de generosidad, explicó: "Con esto podrás conseguir trabajo en cualquier lugar de aquí. Y la tarjeta de ahí es la dorada para que sepan que eres mi amigo". Heitor, con una expresión de gratitud, respondió: "Muchas gracias, señor, no tengo cómo agradecerlo".
Devian, con una expresión de gratitud, dijo: "Es tu pago por todos los años de cuidar a Marie. Y no me digas señor, que somos amigos y puede que hasta familia. Ahora me retiro, que tengo que arreglar unos asuntos". Heitor, con una expresión de gratitud, respondió: "Muchas gracias, Devian. O hijo, te dejo a Marie a tu cuidado". Devian, con una sonrisa amable, asintió.
Devian, con una expresión de autoridad, abrió la puerta y gritó: "¡Jeremy!". Jeremy, asustado, respondió: "Sí, señor". Devian, con una expresión de autoridad, dijo: "Tomen asiento y empecemos su juicio".
Joaquim, con una expresión de miedo, interrumpió: "Señor, el problema fue conmigo, deje a mi padre lejos de esto". Devian, con una expresión de desdén, respondió: "No, si la fruta sale dañada, es culpa del árbol".
Jeremy, con una expresión de resignación, dijo: "No importa, hijo. Además, yo sabía que esto pasaría si me revelaba. Mejor acepta tu destino". Joaquim, con una expresión de miedo, protestó: "Pero padre, no es justo". Devian, con una expresión de desdén, replicó: "Justo lo dice el que lastimó a dos personas solo porque quiso".
Devian, con una expresión de autoridad, dijo: "Pues te mataría ahora mismo a ti y a toda tu familia, pero tengo muchos problemas para cavar otras tumbas. Además, tu padre me debe plata". Jeremy, con una expresión de miedo, preguntó: "¿Cómo así, señor?".
Devian, con una expresión de autoridad, explicó: "Los 100.000.000 de nurs (100 monedas de oro) que te di como clausura, como lo rompiste, me lo tengo que regresar con intereses". Jeremy, con una expresión de miedo, respondió: "Señor, pero ese dinero lo usé para comprar otra casa y pagar las cosas de mi hijo de la escuela mágica, y ahora no tengo mucho dinero".
Devian, con una expresión de autoridad, dijo: "Me importa un comino. Tienes 7 días para pagarme 150.000.000 de nurs (150 monedas de oro), mientras te dejo todo confiscado y tú irás a la cárcel". Jeremy, con una expresión de miedo, protestó: "Pero señor, ¿cómo puedo reunir ese dinero en la cárcel? Además, es una cantidad grande en tan poco tiempo". Devian, con una expresión de autoridad, respondió: "Tu hijo empezó esto y él lo va a terminar. Así de fácil".
Devian, con una expresión de gratitud, dijo: "Espera, Marie, toma esto". Marie, con una expresión de sorpresa, preguntó: "¿Qué es?". Devian, con una expresión de generosidad, respondió: "Era algo que quería darte hoy, pero con todo el caos no pude hacerlo". Marie, con una expresión de sorpresa, preguntó: "¿En serio? ¿Puedo abrirlo?". Devian, con una expresión de generosidad, respondió: "Claro, es tuyo".
Marie, con una expresión de sorpresa, abrió el regalo y exclamó: "¡Guao, es bellísima! Además, se ve demasiado caro, no podría aceptar esto". Devian, con una expresión de generosidad, tomó el regalo y dijo: "Claro que lo harás. Además, esta joya hará que esos hermosos ojos tuyos se vean mucho más hermosos".
Marie, con una expresión de curiosidad, preguntó: "¿Tanto te gustan?". Devian, con una sonrisa soñadora, respondió: "Sí, es como ver la noche estrellada". Marie, avergonzada, dijo: "Si tanto te gustan, lo aceptaré", y acomodó su cabello. "¿Se me ve bien?".
Devian, con el corazón latiendo y agitado, dijo: "Parece que tu belleza no tiene límite", y nervioso, añadió: "Yo... yo me miro, digo, digo me voy", y salió de la habitación. Marie, sosteniendo el collar, sonrió y dijo: "Parece que sí estoy en los planes del señor".
Devian, tratando de calmarse, escuchó a Augusto, con una expresión de seriedad, preguntó: "Señorito Devian, ¿me oyes?". Devian, recuperándose, respondió: "Sí, dime, Augus". Augusto, con una expresión de seriedad, preguntó: "¿Ya leyó el informe?". Devian, con una expresión de seriedad, respondió: "Sí, me lo acaban de dar".
Augusto, con una expresión de preocupación, preguntó: "¿Qué cree usted?". Devian, con una expresión de determinación, respondió: "Trae eso y mételo por la parte trasera, yo te espero ahí". Augusto, con una expresión de obediencia, respondió: "Como ordene, señor".
Devian, con una expresión de seriedad, añadió: "Por cierto, mantendremos esto en secreto, no quiero que salga esa cosa de aquí". Augusto, con una expresión de obediencia, respondió: "Tranquilo, señor, mantendré la discreción". Devian, con una expresión de determinación, dijo: "Voy a preparar todo para tu llegada". Augusto, con una expresión de obediencia, respondió: "Entendido, llegaré en 20 minutos".
En la sala de la mansión, Lorena, con una expresión de curiosidad, llamó a Marie: "Marie, ven un momentico". Marie, con una expresión de curiosidad, preguntó: "¿Qué pasó, chicas?". Isabelle, con una expresión de sospecha, dijo: "Estás como muy sonriente hoy, ¿no crees?". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Son imaginaciones tuyas".
Angelina, con una expresión de sospecha, añadió: "Y ese collar, ¿también son imaginaciones mías?". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "A eso es...". Isabelle, con una expresión de emoción, exclamó: "¡De un pretendiente! Cuenta". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Ningún pretendiente".
Lorena, con una expresión de sospecha, dijo: "Ella dice la verdad, no es de ningún pretendiente". Marie, con una sonrisa amable, agradeció: "Gracias por apoyarme, Lorena". Lorena, con una expresión de sospecha, preguntó: "¿Es del señorito o me equivoco?". Marie, nerviosa, respondió: "No, ¿cómo va a ser eso posible?".
Isabelle, con una expresión de sospecha, dijo: "Qué sospechosa estás". Lorena, con una expresión de sospecha, preguntó: "Entonces, ¿esa cita y ese beso de hoy qué fue? ¿Imposible?". Isabelle y Angelina, asombradas, exclamaron: "¿Cómo? ¿Cuándo? Cuéntanos todo". Marie, suspirando, dijo: "Bueno", y les contó todo lo sucedido.
Todas, con una expresión de sorpresa, exclamaron: "¡Pero qué caballeroso! ¿Quién diría que el señorito fuera así?". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "No te mentiré, hasta a mí me sorprendió". Lorena, con una expresión de curiosidad, preguntó: "Entonces, ¿cuándo empezarán a salir?". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Pues la verdad, yo...".
Angelina, con una expresión de seriedad, interrumpió: "Nunca, así que no te ilusiones". Isabelle, con una expresión de sorpresa, preguntó: "¿Pero por qué dices eso?". Marie, con una expresión de curiosidad, preguntó: "¿Tú sabes algo que yo no?". Angelina, con una expresión de seriedad, respondió: "Yo no quería decir nada, pero como te veo ilusionada, te contaré". Angelina le contó que ella era la que lo acompañaba en las noches desde hace 3 años y contó cómo se hicieron cercanos y le contó las...
Angelina, con una expresión de comprensión, reveló: "Y por lo que parece, ya la encontró porque ya no tiene esa mirada de muerto en su cara". Lorena, con lágrimas en los ojos, confesó: "Yo pensando que solo era amable como fachada y que solo era un hijo de papi". Isabelle, con una expresión de simpatía, comentó: "Pobre señorito, sufrió demasiado".
Marie, con una expresión de autorreproche, admitió: "Yo solo pensaba en mí y nunca pensé que él estuviera sufriendo tanto". Lorena, con una expresión de consuelo, aconsejó: "No sabías nada, no seas tan dura contigo misma". Marie, con una expresión de remordimiento, confesó: "Y yo solo intentaba seducirlo y ya tenía pareja, ¿cómo me puedo perdonar?".
Angelina, con una expresión de compasión, confesó: "Yo no quería lastimarte, pero no podría dejarte ilusionarte y que causara más daño adelante". Marie, con una expresión de gratitud, agradeció: "No es tu culpa, gracias por decírmelo, necesito tomar aire".
Isabelle, con una expresión de preocupación, preguntó: "¿Estás bien?". Marie, con una expresión de cansancio, respondió: "Sí, solo necesito pensar un rato". Lorena, con una expresión de preocupación, intentó consolar: "Marie, espera...". Angelina, con una expresión de comprensión, interrumpió: "Lorena, déjala sola un rato".
En la parte trasera de la ciudad, Augusto, con una expresión de respeto, pidió: "Señor, permiso para entrar". Devian, con una expresión de autoridad, respondió: "Dale, pasa". Augusto, con una expresión de obediencia, entró y anunció: "Señor, aquí lo traigo".
Devian, con una expresión de precaución, ordenó: "Cierra la puerta y pon barreras anti-espionaje". Augusto, con una expresión de obediencia, respondió: "Entendido, talismán mágico, barrera actívate", y confirmó: "Listo, señor".
Devian, con una expresión de determinación, dijo: "Ahora sí, muéstrame primero esos papeles". Augusto, con una expresión de obediencia, respondió: "Sí, señor, tome, pero no verá primero lo otro". Devian, con una expresión de curiosidad, comentó: "En estos papeles habrá más información de esas cosas y de quién las creó".
Augusto, con una expresión de admiración, elogió: "Qué inteligente, señor. ¿Hay algo en lo que lo pueda ayudar?". Devian, con una expresión de concentración, respondió: "Me voy a demorar leyendo todo esto, así que guarda eso donde nadie lo descubra. Cuando tenga algo, te avisaré".
Augusto, con una expresión de obediencia, respondió: "A la orden, señor". Devian, con una expresión de seriedad, ordenó: "Alerta a todos los guardias, seguridad máxima, pero sean discretos para no causar pánico hoy". Augusto, con una expresión de obediencia, respondió: "Sí, señor, y con su permiso, me retiro", y salió de la habitación.
Devian, con una expresión de cansancio, comentó: "Parece que tendré mi noche bastante ocupada".
Varias horas después, Devian, con una expresión de frustración, exclamó: ", ya se me hizo tarde, debí estar en el burdel hace rato".
Lorena, con una expresión de ánimo, animó a Marie: "Marie, vamos, mejora el ánimo y brindemos". Marie, con una expresión de preocupación, confesó: "Sabías que desde la tarde el señorito no aparece,
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