Desde ese día no me había vuelto a cruzar con Hansel, ni siquiera tenía tiempo para poder ir a buscarlo, debido a esto tuve que detener la idea de decirle lo que siento. Y como si fuera una coincidencia demasiado forzada, mientras Hansel desaparecía, Dalia aparecía frente a mí.
Empezó con cruces muy sutiles, luego empezó a buscarme, después empezaron a aparecer cartas aterradoras que por supuesto que eran creadas por ella. En un par de semanas ya prácticamente sentía como si alguien me estuviera siguiendo, y no dudaba que fuera ella.
Y un día en el que volvía muy tarde a casa volvió a suceder. Sentía que alguien me había estado siguiendo todo el camino, era una sensación abrumadora, así que tomé una piedra y la lancé justo en la dirección en la que sentía la presencia que me seguía.
— ¡¿Estás loca?! — Dalia salió de su escondite.
— Eso es lo que yo debería decir después de todo lo que me has hecho — la miré.
— ¿A qué te refieres?
— Me refiero a que pareces una acosadora — dije sin rodeos.
— Pues hablas mucho sin pensar después de pensar eso.
— ¿Por qué haces esto? — ignoré sus palabras.
— Porque te lo advertí, te dije que te alejaras.
— Estás más loca de lo que creí — dije dejando salir mi pensamiento.
Dalia frunció el ceño al escucharme, y al verla me di cuenta de lo que dije, pero no me importaba. Se quedó callada y esto hizo que el ambiente se volviera tenso, me miraba fijamente sin enunciar una sola palabra.
— ¿Por qué tú? — dijo mirándome fijamente.
— ¿Qué? — la miré desconcertada.
— Bueno… — suspiró —. Supongo que yo soy más el problema.
Dalia parecía decir esto más para ella misma que para mí, se veía concentrada pensando en algo mientras masajeaba su cuello. Yo solo la miraba, pues no tenía ni idea de que iba a hacer ahora.
— Perdón — dijo repentinamente.
— ¿Perdón? — la miré estando muy desconcertada — Después de que casi le hablo a la policía?
— Ya no volveré a atormentarte.
— ¡¿QUÉ!? — la miré totalmente desconcertada — ¿Qué te pasa? ¿estás bien?
— Lo estoy, no voy a lograr nada con esto… —se quedó en silencio —. De todas maneras lo ignoras — murmuró.
— ¿Por qué un cambio tan repentino? No lo entiendo.
Dalia no contestó y solo me observó fijamente por un largo rato, lo que hizo la atmosfera algo incómoda. Después de un par de minutos cruzó los brazos y encogió los hombros para decir.
— No es… — se interrumpió ella misma —. Solo estoy cambiando de enfoque, es decir… no quiero perder contra ti.
— Nunca competí contigo, ni he querido hacerlo.
— YA ESTABA ENTERADA — alzó su voz y mostró una expresión de enojo —. Pero yo si lo hago, y no quiero perder.
— ¿Perder qué? — la miré estando aún más desconcertada.
Dalia solo se rio levemente y negó con la cabeza. Al verla yo me sentía más confundida de lo que ya estaba, después abrió la boca, e ignorando lo que pregunté dijo:
— Es un aviso, solo eso.
— ¿Tengo que preocuparme por esto? — dije aun confundida.
— No lo sé — encogió los hombros — ¡Pero es la única oportunidad que tengo para ganarte!
— ¿Ganarme en qué? No lo entiendo — dije confundida y extrañada.
Dalia volvió a quedarse callada, me miró en silencio por otro largo rato, pero después se rio espontáneamente. «Realmente se ha vuelto loca» pensé mientras la veía con esa risa en el rostro, luego soltó un suspiro y aun sonriendo volvió a hablar.
— Después lo sabrás — dijo con una sonrisa —. Lo sabrás en ese momento, y estoy segura de que ganaré — dijo con una seguridad enorme.
— Lo que digas — dije sin creerle.
— Entonces, supongo que esto es el adiós — sonrió levemente.
— Ahora de que estás hablando — dije aún más confundida.
— Me despido de ti — sonrió —. He sido una molestia para ti, y a pesar de ello no funcionó este punto — agachó la mirada mientras estaba en silencio y volvió a hablar —. Cambié de enfoque, y ya no me voy a acercar a ti.
— Seguro — dije nada convencida.
— Lo prometo — sonrió —. Yo no tiendo a romper mis promesas, te prometo que no me acercaré a ti.
— De acuerdo.
— Entonces adiós — dijo con una gran sonrisa.
— Adiós — respondí de vuelta aun desconcertada.
Por alguna razón al final se portó amable, incluso diría que muy amigable, era extraño, pero como prometió, después de eso ya no volví a cruzarme con ella, ya no tenía nada que me detuviera, nada me impedía avanzar ahora. Y sabiendo todo esto, decidí dar un paso más cerca de Hansel, era extraño, había dado un paso, pero sentía como si algo me detuviera.
Era una sensación extraña, una sensación de desconfianza, no tenía nada para hacerlo, pero en el fondo sentía que algo iba mal. Esta era igual que una calma antes de que llegara la tormenta.
Mi cabeza decía que solo era una paranoia mía debido a que Dalia jamás volvió a aparecer. Mi corazón latía ansioso, pues sentía como si algo malo fuera pasar. Estaba dando un paso para contarle lo que siento a Hansel, pero algo me detenía.
“¿Tú crees en las vidas pasadas?” la mujer justo enfrente de mí me lo decía con esa mirada que te hace saber que pronto comenzará una historia. “Vamos a empezar desde mucho tiempo atrás…” lo decía como una cuenta cuentos.
Me pregunto si su historia será tan real como ese anillo de matrimonio que lleva en el dedo o será una fantasía como aquel hilo del destino que te une mágicamente a esa persona.
Como sea, mostraré esta historia al mundo tal y como aquella mujer me la contó en un café. No lo sé, quizás sea e igual que ella estés esperando a alguien en tu próxima vida. Eso es lo que hace Hoshie, aquella mujer que alguna vez contó la historia.
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