El Sr White termino de hablar y me miro fijamente. El peso de sus palabras golpeo fuerte mente mi interior y me rompió. Comenzó a llorar lleno de desesperación, pidiendo disculpas por todo lo que aquellos que compartían mi sangre le habían hecho, una y otra y otra vez. Ambos sabíamos que mis acciones no le regresaban a su familia, ni aliviaban el dolor en su corazón, pero ninguno fue capaz de detener mi llanto.
Pase un largo rato de esa forma, hasta que fui incapaz de seguir, el medico me dio un pañuelo, recogió las tazas que había llevado, trate de preguntar varias cosas, pero él me dijo que lo mejor seria que descansara. Me negaba a hacerlo, hasta que me aseguro de que una vez descansara un poco, seguiríamos con la charla.
Resignado, acepte sus palabras y me recosté, no tenia ganas de dormir, pero era tal el cansancio de mi mente que una vez acomode mi cabeza en la almohada, me dormí. No recuerdo que soñé, pero al abrir los ojos por la mañana, una sensación de tristeza me inundaba. Me estire con pereza aun recostado, tratando de animarme a levantarme mientras repasaba los sucesos del día anterior. Había aprendido tantas cosas sobre mis padres en muy poco tiempo, y nada de ello era positivo.
Los murmullos de las enfermeras fuera de mi habitación me hicieron incorporarme, instantáneamente, ellas me notaron, y discretamente se alejaron. Paso un rato antes de ver al Sr White entrar por la puerta con mi desayuno en sus manos. “Debo ser un paciente VIP como para conseguir que un medico me traiga mis alimentos en lugar de una enfermera” dije con una sonrisa tratando de sacudirme las preocupaciones. Sin embargo, la falta de reacción por parte del médico, me indico que las bromas no serían suficientes.
Cerro la puerta tras de él, me dio mi desayuno y me indico que comiera. Entre bocado y bocado, sentía la incomodidad crecer entre nosotros, hasta que me fue imposible seguir. “Se que tienes algo que decir, por favor habla” dije suplicante. Lo vi dudar momentáneamente antes de comenzar a hablar. “Antes que nada, quiero que sepas que descubrí que tu madre era parte de los Sosa que acabaron con mi familia, mucho después de que ella me contara sobre su situación con tu padre, por lo que jamás he pensado en vengarme haciéndole daño” dijo con sinceridad; asentí y espere en silencio a que continuara. “Anoche, después de que te dejara durmiendo, me dirigí al piso donde esta tu madre para ver como se encontraba” antes de que continuara, algo en mi ya sabia que iba a decir.
“Cuando llegue, había un código azul en proceso; tarde un momento antes de correr a su habitación. Para cuando estaba en la puerta…” pauso para tomar aire. “Ya estaba muerta, ¿Verdad?” dije en un tono casi monótono. “Lamento mucho tu perdida” fue lo único que alcanzo a decir. “Me permitirías pedirte un favor” dije en un tono mas humano. “El que sea” contesto con seguridad. “Podrías encargarte del funeral por mí, no creo ser capaz de hacerlo” dije con dolor en la voz. “Por supuesto” me dijo dándome una palmada en el hombro. “Tu cuerpo esta mas estable, parece que tu ataque de ansiedad fue leve, de todos modos, te pido que generes una cita con un terapeuta pronto para que te ayude a evitar situaciones así en el futuro, fuera de eso, eres libre de quedarte una noche más o irte a casa si así lo deseas” menciono mientras salía.
Una vez solo, termine mi desayuno, llame a una enfermera, y le informe que me iría a casa. El Sr White no volvió a ir a mi habitación, pero me envió un mensaje cuando salí del hospital, diciéndome que podía contar con el para cualquier cosa y que me avisaría de la fecha del entierro una vez completara todo el papeleo.
En vez de caminar directo a mi apartamento, decidí dar la vuelta por un parque cercano, me paseé lentamente por el lugar hasta encontrar un espacio solitario, cerca del lago y con un árbol a la orilla. Me fui a recostar bajo la sobra de aquel árbol, fijando la mirada en el cielo, tratando de dejar ir todo el estrés causado por los recientes sucesos.
Sin embargo, en lugar de conseguir la paz que tanto buscaba, simplemente seguí dando vueltas al tema. Había descubierto que mi padre era un monstruo, y mi madre, tenia todo un historial de gente horrible en la familia. El sentimiento de saber que era hijo de dos seres terribles, me llenaba de preocupación.
Decidí levantarme y comenzar mi camino de vuelta, sin embargo, las voces en mi cabeza comenzaron a repetir como me merecía todo el sufrimiento que e pasado, que era un monstruo, que no merecía ser feliz, que solo podía arruinar la vida de aquellos que se acercaban a mí, que merecía morir.
Sumergido en estos pensamientos, termine cayendo en el lago. Aun agobiado por aquellos pensamientos, fui incapaz de moverme para salvar mi vida, y simplemente me quedé ahí viendo cómo me hundía lentamente, sintiendo como mis pulmones comenzaban a llenarse con agua y mi conciencia se sumergía en un abismo obscuro.
Sintiendo como la vida dejaba mi cuerpo, note una sombra a lo lejos, que poco a poco se hacía más grande. Pero antes de que pudiera ver con certeza que era, me desmaye.

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