Los últimos días me he sentido sin propósito, vacío, seco. Pero, al ser verdad, creo que lo mejor dicho sería que me he sentido así los últimos cinco meses, desde que ingresé al último año de secundaria. Estos cinco meses se han sentido interminables. Desde ese momento, mi rutina se ha vuelto un ciclo monótono de levantarme, ir al colegio, estudiar, descansar y dormir. Como si fuese un hámster corriendo en una rueda.
Sin embargo, escarbando como perro en los recuerdos de mi cerebro, me doy cuenta de que todo esto comenzó mucho antes, específicamente hace un año y medio, cuando descubrí que era gay.
Aun me acuerdo de esa primavera cuando tuve mi primer beso. Estaba en los pasillos vacíos de la secundaria, ya todos se habían ido a sus casas y solo quedábamos yo y, en ese momento, mi mejor amigo, Lucas.
Jim: Oye, ¿ya vino tu madre a recogerte?
Lucas: No, aún no. Por cierto... —dijo, bajando la mirada y con un tono algo grave y murmurante, como si hablara entre líneas—, ¿no te ha pasado que te importa alguien más de lo que te gustaría?
Jim: No, ¿a qué te refieres? —pregunté, confuso.
Lucas: Es que, la verdad... —dijo, cerrando los ojos—, siento que me importas mucho, más de lo que me gustaría.
Mientras analizaba lo que dijo, sentí algo inesperado. Fue un beso, un beso dulce pero tímido a la vez.
Al separarnos, vi cómo estaba a punto de llorar, lágrimas brotaban de sus ojos y una respiración profunda salía de él.
Lucas: Yo...
Antes de que pudiera terminar, me acerqué y lo besé. No sabía lo que estaba haciendo y, al ser verdad, no tenía la intención de hacerlo, pero fue como si tratara de decirle "no llores, estoy aquí".
Al llegar a casa después de eso, me dirigí a mi habitación sin decir nada, sin saludar a nadie. Fui directo a mi cama y me acosté boca arriba.
"¿Qué fue lo que acaba de pasar?" fue lo que me repetía cada segundo. Me sentía raro y extraño, todo empezó a cambiar. Todo mi entorno, pero en verdad era yo el que estaba cambiando, y me di cuenta de eso muy tarde.
Después de eso, todo se hizo más confuso y empezó a distorsionarse, hasta que un día me di cuenta de quién realmente era y de lo que realmente sentía dentro de mí. Meses después, decidí escapar de casa. Pensé que todo se aclararía una vez entrara a la casa de Robert, pero la verdad fue otra, y todo solo empezó a derrumbarse sin darme cuenta.
Y es que siento la necesidad de ser alguien.
Porque falta poco para que se acabe el año escolar y tenga que entrar a una universidad e iniciar una vida de adulto, y lo único que he hecho es estar pegado a una maldita consola todo el día. Ni siquiera sé qué quiero estudiar, o en qué quiero trabajar, o quién quiero ser. Además, dudo que Robert quiera que en su casa viva alguien sin oficio, porque incluso Jack trabaja. Llegará un punto en el que no podré ni siquiera cubrir mis propios gastos y me quedaré solo y soltero, porque ¿quién querría estar con alguien indeciso en la vida, para que al final este mismo decida...?
Robert: —entusiasmado — chicos, no me lo podrán creer!
Jack: ¿ya la nasa te aceptó la solicitud?
Robert: ¡Jack! ¿Qué te pasa?
Jack: perdón volví a tomar a noche y no se me ha pasado.
Jim: ¿qué paso Robert?
Robert: me uní a un club espacial en el parque. Y esta noche veremos estrellas fugaces.
Jim: ¿increíble, podemos ir?
Robert: por supuesto, es a las siete, pero podemos llegar antes para que puedan socializar un rato.
Jack: está bien, voy a ver si Hana quiere ir.
Robert: ¿por supuesto, y tu Jim? ¿No quieres invitar a uno de tus amigos?
Jim: no se; si quieran venir.
Robert: está bien, voy a subir para prepararme y descansar un rato, vuelvo.
Jim: está bien.
La verdad. No tengo a nadie para hablar acerca de estos temas. Pero. ¿Y si le pregunto a Robert? Es el que tiene más experiencia. Pero no sé, no quiero molestarlo ni quitarle su tiempo. Y además siento que podría ser incómodo para el...
Y sin darme cuenta ya estaba en la puerta de su cuarto. Que rápidamente se abrió dándose a ver un Robert con un abrigo y unos pantalones largos para la ocasión.
Robert: hola, Jim. ¿Me esperabas?
Jim: (espero no decir nada que lo moleste) hay algo que quiero decirte.
Robert: que Jim, que quieres decir?
Jim: —tomando un respiro profundo — espero que esto no te moleste, pero es que al ser verdad no me siento cómodo guardándomelo.
Robert: ¿qué pasa Jim? —poniendo una cara de preocupación.
Jim: es que, me siento estancado es este mundo.
Robert: ¿porque dices eso?
Jim: es que no sé qué hacer en la vida, me siento varado en la nada y lo peor es que casi estoy por graduarme y tengo que buscar una universidad, una carrera y trabajo y ni siquiera eso se. Y no quiero ser un bulto en esta casa porque todos aquí hacen algo y yo no.
Robert: Jim, es normal que te pasen ese tipo de pensamientos de que no sabes que quieres ser y son buenos porque te hacen esforzarte más por eso que tanto te apasiona, pero eso no tiene que forzarte o apresurado. Es como las estrellas en el cielo, siempre están ahí, solo tienes que permitirte verlas en su momento adecuado.
Jim: peor aun así siento que es desperdiciado foto este tiempo, y que además de eso pude haberlo gastado en cosas más productivas, como Jack, él incluso trabaja. Mientras que yo me la pasó siendo un bulto.
Robert: y quien es el que dice eso, yo o tu mente.
Jim: pues...
Robert: ves, ese es el problema, sobre piensas mucho las cosas y eso no te permite ser feliz. ¿Debes de aprender esto y sabes algo? Me gusta que hables conmigo de esos temas, porque sé que abecés la vida es muy dura y que abecés, muchas veces nosotros somos los únicos que nos podemos escuchar y hablar en esta vida solos, pero si de algo estoy seguro, es que juntos somos más fuertes.
Jim: gracias, Robert, no sé qué aria sin ti y sin Jack.
Robert: existir y posiblemente soportar a tu padre.
Jim: si, lo más posible — respondo riéndome.
Robert: ahora vámonos que andamos tarde para ver las estrellas.
Jim: si, gracias.
Al llegar al anfiteatro del parque, vimos a mucha gente sentada en el piso con sus abrigos y mantas, ya que ya se acercaba el otoño, por lo que empezaba a hacer frío y mucho más ahora que ya era de noche. Jack había traído a su amiga Hana y se sentaron cerca de la comida yo me quedé con ellos dos por un rato, conversando y conociendo más a Hana, luego me fui con Robert, que lo vi feliz e interesado por las estrellas que se podían ver, creo que vio 17 caer y luego me dirigí a medio del lugar, rodeado de personas dispersas viendo hacia arriba. Miraba una por una caer y eso me hizo desear algo.
Jim es un joven a punto de graduarse de la secundaria,
con grandes problemas de autoestima y una tendencia
a sobre pensar las cosas. Tras soportar el rechazo
constante de su padre por ser gay, decide escapar de
casa y refugiarse con Robert, un hombre que conoció
en un foro en línea y que vive junto a Jack.
Robert, decepcionado de sí mismo por no haber
cumplido su sueño de ser astronauta, encuentra
consuelo y propósito en sus amigos, manteniendo
viva su pasión por el espacio. Ahora vive con Jack
y Jim, tratando de hallar un nuevo sentido a su vida.
Jack, un guitarrista solitario que enfrenta la vida con
ironía a pesar de la desaparición de su mejor amiga,
trabaja en una tienda de instrumentos musicales. Allí
conoce a Hana, una chica con la que formará una fuerte
amistad musical.
Jim, Robert y Jack lidian con sus propios desafíos. Desde
enfrentamientos emocionales con sus familias hasta
reconciliaciones que los unen aún más, cada uno de
ellos aprenden a superar sus miedos y a aceptar sus identidades.
"Cuando se Ocultan las Estrellas" es una conmovedora
historia sobre la búsqueda de la identidad, el poder de
la amistad y la importancia de encontrar un lugar al que
llamar hogar. Enfrentando prejuicios y dolor, los
protagonistas descubren que, a veces, las estrellas
más brillantes son las que se ocultan detrás de las nubes
más oscuras.
Comments (0)
See all