El olor a humedad se desprendía por todas partes, el
interior de la cafetería era un desastre.
Leif parecía presentar un momento de desconexión mientras se encontraba sentado
en el piso, observando en donde alguna vez se supone que tendría que haber
luces.
No quedaba sillas, ni mesas, incluso la vieja barra donde solía ser atendido ya
no estaba. A grandes rasgos, lo que pudiera recolectar de lo que alguna vez fue
este sitio, no serían más que migajas. La caja de cerillos fue sacada con el
peso de la incertidumbre sobre qué debería ocurrir a partir de ahora. Sus
emociones parecían haber ido a otra parte, lo más probable es que aún no
lograba procesar todo lo que estaba ocurriendo el problema era, ¿Cómo sería
cuando lograra entenderlo?, era demasiado irreal por lo que cualquier cosa se sentía
distante. Las manos seguían picándole y un agudo zumbido parecía golpearlo de
manera discreta.
— Lo que alguna vez fue ya no importa, no va volver. — Aclaro indiferente
Kassius con una expresión aburrida al otro extremo de la cafetería.
— ¿No eres de los que tiene tacto verdad?
— ¿Debería?
— En realidad no importa, pero siendo un cabron seguramente te habrá hecho la
vida más difícil. De todas maneras, tampoco tengo un carácter encantador y no
soy muy emocional, ¿Aun quieres ese café?, veras, estoy un poco corto de fondos
así que deberás pagar todo.
— Yo no mantengo a mendigos.
— ¿Acaso no estamos en las mismas circunstancias?, es decir, seguramente antes recibías
un mejor salario que el mío, pero ahora mismo ninguno de los dos podría comprar
un mísero grano de café.
— Yo desperté con ambos zapatos, dime quien de los dos está más cercas de
asemejarse a un mendigo. — Burlo Kassius. — ¿Qué hay con esos fósforos?, llevas
rato mirándolos.
Leif los guardo nuevamente pero no respondió a la pregunta.
— Dos años, ¿Verdad?, ¿Tienes alguna idea sobre qué ocurrió?, ¿Qué has
averiguado en este tiempo?, ¿Es igual en todos lados?
— Veamos, averigüe que no es bueno pelear con árboles, que las lagartijas
vuelan y nunca tendrás que preocuparte por enfermedades de la piel en este
lugar, ¿Acaso no es interesante?
— ¿Y yo soy el sarcástico?
— Hasta cierto punto, yo tampoco estoy bromeando. Casi todo aquí es un
problema, el musgo, los árboles, arbustos, frutos, flores, es volver aprender a
vivir desde cero. La fauna tiene sus puntos, pero la flora es mortal, ¿Quién lo diría?, y sí hay cosas similares a iguanas que vuelan, muchos animales cambiaron por
exigencias en el ecosistema, puedo asegurártelo, ninguna especie aquí ha sido
ilustrada o documentada por nadie antes. Sobre si es “así” en todas partes,
quien sabe, no soy alguien que tenga pasaporte de viajero frecuente estos días.
Leif suspiró, estaba cansado.
— ¿Qué hay con esas raíces?
— ¿Raíces?
— Sí, las que tienen “secuestradas” a las personas.
— Supongo que te refieres a los “Nidos”
— ¿Nidos?
Kassius asintió y mostro una seña despreocupada para que Leif se acercara. Kassius dibujo entre
el polvo y tierra del suelo.
— Este lugar funciona algo similar a la ganadería. Los árboles son los
granjeros y los humanos son el ganado, ¿Qué buscan obtener?, aun no estoy del
todo seguro pero parece que se alimentan a través de los sueños.
— ¿Sueños? — Leif se mostró extrañado.
— La principal fijación de este bosque es mantener a todos dormidos. Parece ser
que cualquier planta aquí tiene por lo menos tres tipos de raíz. Las
principales, las de comunicación y las que conectan con seres vivos.
Las ultimas parece que estan adheridas desde la parte trasera de la cabeza y se extienden
por toda la columna. Sea lo que sea que estén cosechando, solo pueden hacerlo
cuando el “Ganado” duerme, a cambio de esto le brinda protección, nutrientes,
calor. No dudaran en erradicar cualquier cosa que pueda representarle un
peligro pero los nidos por suerte están seccionados por rangos y… oye, ¿Estas
escuchando?
— Dibujas horrible.
— . . .
— Es decir, puedo entenderlo porque estas explicando muy detalladamente pero no
puedo entender que intentas mostrarme exactamente en lo que intentas dibujar aquí.
— . . . Estoy intentando darte información importante, ¿Ahora te quejas de las
habilidades artísticas ajenas?, esto es un árbol, ¿No lo ves?, es un maldito árbol
y esto de aquí las subdivisiones de áreas de peligro.
— . . . — Por mucho que intento presionar los ojos, Leif no logro encontrar
nada de lo que mencionaba. A su interpretacion ni si quiera podía encajar como una pieza
de arte abstracto. Volteo a ver a Kassius quien parecía muy seguro y solemne de
lo que decía.
— . . . Solo. . . dame un minuto. — La libreta fue sacada de entre el chaleco
junto a su lápiz.
— ¿Qué te parece esto?, tú me das información y yo hago mi parte del trabajo. — Leif propuso con una buena sonrisa.
— Yo no contrato vagabundos.
— . . . — Deseaba ahorcarlo, sí, definitivamente lo haría. Muchas veces tuvo
ganas de colgar a Erling de un árbol, pero esta persona parecía estar
compitiendo de manera activa por ese lugar. Desde un principio no le parecía demasiado
gratas las personas afines a este gremio investigativo, generalmente terminaba
por discutir con ellas pero tanto Kassius como Erling iban por el premio de
quién dejaba más al límite su paciencia. Otro guijarro fue arrojado a la frente de
Kassius.
— ¡¿Por qué dem-
— Lo siento, parece que te debo otra, mi brazo sigue lastimado así que hace
movimientos extraños pero aun puedo usar el lápiz, ¿Qué tal si seguimos?, tú
hablas, yo dibujo.
— ¿Qué te-
— Tú hablas y yo dibujo. — La gentil sonrisa de antes ahora ejercía presión
sobre Kassius. Fue tajante, no dio apertura a la réplica.
— . . . Los. . . Como sea, los nidos tienen cierto rango de detección, aunque
pueden incluso ir más lejos si te consideran una amenaza radical. Las raíces que
utilizan para comunicarse pueden conectar con lugares muy lejanos, transmitirse
información, pero el como la procesan es muy variable entre cada ejemplar. Es difícil
llevar un registro exacto aunque si sabes lo básico, puedes vivir bien.
Leif se veía netamente enfocado en su libreta, una vez comenzaba a dibujar parecía
imperturbable y el tiempo que le tomaba en recrear una idea en el papel no era
ninguna broma. Lo que antes observo en lo que Kassius hacía llamar “nidos” fue
representado en cada detalle pero correctamente organizado, ningún trazo o descripción
sobraba o era un desperdicio, algo excesivamente meticuloso.
Incluso Kassius se vio inmerso por el ambiente que desprendía Leif, un trabajo
impecable que era bastante familiar.
— Tu. . . ¿Dices que tu nombre es Leif?, ¿Cuál es tu apellido? — Este trabajo
lo vio en alguna otra parte pero no lograba recordar de dónde.
Leif estuvo por abrir la boca hasta que un sonido ilegible se escuchó desde
fuera de la cafetería. Kassius de inmediato se colocó en alerta buscando rápidamente
entre zonas del piso. Cometió un error, una débil raíz rojo brillante rosaba
por el borde de su mano que rápidamente retiro, ¿Pero en qué momento ocurrió?
Leif comprendió rápidamente y guardo la libreta.
Las cosas volverían a complicarse.
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