Todo era muy difuso de alguna manera sabía que cayo dormido
pero el escenario que recordaba antes de eso era muy diferente al de ahora.
Una manta recubría la tierra debajo de él, la primera vez que despertó la iluminación
en su entorno era blanca, cuando cambiaron a zonas cálidas era roja y ahora un
color purpura predominaba. No era caliente ni frio, quizás sería lo más cercano
a un ambiente templado y por último peculiares cortinas de flores dispersas por
todo el lugar se destacaban entre variedades de lila y amarillo, sus hojas y
tallo eran similares al cristal, además de alargados y rizados, dejando caer
las flores como si fueran campanas costosas.
¿Despertaste? — Sentado entre rocas, Kassius observaba desde el otro extremo,
llamándolo despreocupadamente antes de aproximarse. Leif tuvo un mal
presentimiento.
Tu. . . ¿Qué preten- — No pudo terminar de formular la pregunta pues sin ningún
aviso una aguja pincharía su brazo.
¡OUCH!, Oye, ¿Por qué?, No, no, espera, oye- — Los pinchazos no cesaron por
parte de Kassius. — Desperté, estoy despierto así que deja de hacer eso, no soy
una clase de alfiletero.
Deja de moverte, esterilice la aguja así que no hay problema, haces las cosas
más difíciles. — Espeto Kassius. Leif parecía deformarle la cara intentando
alejarlo.
Claro, porque el problema aquí es que no me pincharas con agujas estériles,
¿Qué rayos sucede contigo?, aléjate ya, ¿Por qué siempre son tan raros los de
tu gremio?, ¡OUCH! — No paro hasta que
piernas, brazos y cara fueron pinchados.
— Esta bien, parece que todo está en orden.
¿Ahora de que hablas?, ¡Dame eso! — La aguja fue arrebatada. — Okay, ¿Podrías
comenzar a explicarte?, ¿Qué ocurrió?, ¿Y cuánto tiempo ha transcurrido?, ¿Cómo
llegamos aquí?
Kassius no respondió de buenas a primeras, tenía una expresión tranquila pero a
su vez emitía una sensación extraña, peculiar, era complicado de definir. Leif
ladeo la cabeza.
— Ocho horas. Cuando veas polvo volando,
no te le quedes mirando, corre como si no hubiera mañana y cúbrete lo mejor que
puedas. Este lugar es seguro dentro de lo que cabe, mientras no duermas
directamente sobre la tierra estarás bien.
— Ya veo. . . ¿? — Fue en busca de su libreta para integrar nuevas anotaciones,
pero no encontró nada dentro de su chaleco. Lo que buscaba se encontraba en
manos de Kassius quien no tardo en arrojarla de regreso.
— Tienes un buen trabajo allí, no contrato vagabundos, pero se reconocer el
talento. No sé quién sea Erling pero se lee como un payaso. Preguntare de
nuevo, ¿Cuál es tu apellido?, esas ilustraciones las he visto antes.
— . . . — Leif se mostró un tanto huraño pero los ánimos comenzaron a calmarse apenas
abrió la libreta para integrar anotaciones. — Louyertz.
— Louyertz, Louyertz. . . Espera. . . ¿Eres ese loco que salió en el periódico?,
¿El que rompió la ventana de ese ex pesado del consejo de investigación?
— . . . ¿Es eso lo que recordabas?
— No, pero en verdad estás loco. Es decir, a nadie le caía bien ese sujeto pero
romperle la ventana y vandalizarle la oficina. . .
— ¿En qué momento vandali-
— ¿Entonces no lo hiciste?
— ¿Podríamos regresar al punto?
— No te alteres, solo era una pregunta. Eres famoso en la comunidad, no solo
por ese mal genio, los libros e informes donde se adjunta tu trabajo son
bastante exactos y detallados.
. . . De hecho, creo que podrían clasificarte como un obsesionado al trabajo, ¿Qué
se supone que estas anotando esta vez?
Aunque su atención se centraba en las hojas, aun podía fluir
sin problemas con la conversación. Leif cuestiono de manera tranquila.
— Aun no has respondido sobre qué ocurrió y cómo llegamos aquí.
— Creo que es una pregunta con respuesta obvia. Soy el único que te acompañaba,
tuve que cargarte hasta que terminamos aquí. Por cierto eres igual de pesado
que una mula. . .
— Perdón por no pesar lo mismo que una pluma. Yendo al punto, sabes que no me
refiero a eso, siendo más exactos, ¿Por qué es “seguro” este lugar?, ¿Qué
ocurrió mientras dormía?
A la larga, Kassius comprendió que era mejor ignorar a esta persona antes que
seguir discutiendo, así podrían comenzar a avanzar.
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— No puedes dormirte, ¡Oye!
Ya no tenía caso. Kassius exhalo con pesadez antes retirarse lo más lejos que
pudo.
Una hora después regreso.
Leif se encontraba cubierto de pies a cabeza por diversidad de raíces y Kassius
examinaba con expresión indecisa. El ambiente era tranquilo, después de todo ya
no era un objetivo.
Observo y observo. . . hasta que otra hora transcurrió.
Oye, despierta por tu cuenta, ¿Quieres?, lo hiciste antes. — Sonaba cansado.
No hubo respuesta.
— . . . Esto es una tontería. Sera mejor que vuelva. — Las pisadas comenzaron a
alejarse con Kassius parando a recoger un guijarro.
— Me debías más de una. Con esto lo cobro. — El guijarro fue lanzado en
dirección a Leif.
— Ugh. . .
— . . . — Leif reacciono con dolor. Kassius volvió de inmediato.
— La nota . . . — Leif murmuro.
Estaba despertando.
¿Lo estaba haciendo por su cuenta o fue su culpa por arrojar el guijarro?,
generalmente no sería suficiente con eso, pero se vio demasiado oportuno.
Kassius le abordo una ligera preocupación. Leif por su parte quien hasta hace
un momento incluso se encontró moviéndose, nuevamente comenzó ante el sueño.
Los efectos de las esporas debían seguir latentes en su sistema por lo que aun
cuando intentaba despertar, le sería difícil superarlo.
De todas maneras ya metí la pata. — Kassius
cubrió boca y nariz en caso de hacer volar residuos de espora, las enredaderas
fueron arrancadas y Leif fue arrastrado, sacudido y acomodado en su espalda.
El trayecto dio inicio pero a diferencia de experiencias previas acontecidas
con Leif, ni una sola rama, raíz o planta tuvo intenciones de seguirles.
La ambientación rojiza gradualmente cambio a una suave iluminación purpura a
medida que avanzaron.
•――――――――――――――❈――――――――――――――•
Entonces. . . termine atrapado, ibas a irte pero entre el movimiento de las
raíces una piedra me golpeo en la cara y eso ayudo a que despertara, regresaste,
aprovechaste el momento y las arrancaste para luego llevarme, eso es el
resumen, ¿Verdad? — Leif se mostró incrédulo.
Básicamente. — Kassius afirmo con
seguridad.
— Bien, tengo algunas dudas, para comenzar, ¿Por qué en tu caso no se volvieron
locas cuando las arrancaste?
— Solo es en el caso de los nidos y algunos son extremadamente agresivos. Fuera
de ellos no tendrás muchos problemas siempre y cuando no te encuentres en una
mala zona.
— Segunda pregunta o más bien una confirmación. No se puede dormir en contacto
directo con la tierra, ¿Verdad?, note que cubriste la zona donde estaba
acostado. Recuerdo vagamente que en la cafetería podían levantar incluso el
azulejo, ¿Por qué una manta sería un impedimento?, ¿Tiene que ver con este
lugar?
— Como dije antes, esta es una zona segura pero de todas maneras el dormir
donde sea lleva sus propias precauciones. Aquí puedes tirar una manta y estarás
bien siempre cuando no tengas contacto directo al dormir, en otros lugares no
será suficiente.
— Por lo que estas explicando. . . Lo anterior sobre los
nidos y fuera de ellos, ¿Has intentado entonces-
— Para allí, tengo una idea sobre lo que puedes estar pensando, pero si te
topas con alguna persona dispersa por allí, ni se te ocurra despertarla.
— ¿No dijiste que era seguro?
En primera, no dije que fuera seguro, dije que no tendrías problemas. En segunda,
aun si fuera el caso, sería seguro para ti, no para la persona que quieres
despertar. Deben despertar por su cuenta, si lo haces tú mismo es como un juego
de azar, bien podría salir sin problemas pero también podrías dejarlos lisiados
o algo peor. — Kassius se levantó, dio
unos cuantos pasos y se abrió camino entre las cortinas de flores.
— ¿Por qué-. . . espera, ¿Lisiado?, tu-
Estaré de regreso en unas horas, come lo que hay en la reserva y prepara las hierbas que están la caja. — En cuanto termino de hablar la luz cedió y el tallo devolvió el mechón de pelo para ser guardado. Kassius regreso, comenzó a doblar la delgada manta en el suelo para guardarla y acto seguido comenzó a retirarse. — Ya estas despierto, sabes las cosas básicas, ya puedes mantenerte vivo por un rato, ahora cuídate.
Espera, ¿Qué fue eso de hace un momento?, ¿Con quién hablabas?, ¡Oye! — Leif fue detrás de Kassius.
— Tengo cosas que hacer.
— ¿Cómo qué?, ¿Tu turno en la oficina es a las 8:30?, tienes razón, sería malo si te descuentan el salario, más tarde tendrás que pagarme y no podre cobrar como debería.
— ¿Pagarte?
— Sí, pagarme, me contrataste y tendrás que pagar por mi trabajo.
— ¿Cuándo ocurrió eso?, nunca dije que te contrataría, ¿Para qué voy hacerlo?
— Venga, me pagas después, como sea, ¿A dónde vamos?
— Quien sea que realmente trabajara contigo debía tener mucha paciencia. . .
— ¿Paciencia?, no, no, créeme, si conocieras a mi jefe sabrías que quien posee paciencia de oro soy yo.
— Solo déjame en paz. . .
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