Ese día en particular, el aire se sentía denso, los animales estaban inquietos, las hadas se refugiaban entre las hojas de los árboles, las aves volaban alteradas y los habitantes del pueblo lucían asustados. Estos sucesos tenían una razón, aquella criatura que había estado dormida durante millones de años al fin había despertado, un ser al que todos reconocían como la encarnación de la maldad, con sus garras afiladas, sus largas hileras de dientes, sus duras escamas, un aliento capaz de derretir montañas, una mirada que siembra terror hasta el interior de tu alma, aunque todo esto eran solo historias, ya que nunca nadie había sobrevivido a uno de sus ataques, era una criatura que arrasaba con pueblos enteros con tan solo un suspiro, ¿Puedes imaginar de lo que hablo? Así es, hablo de un dragón, la criatura más peligrosa conocida por el hombre. Sin embargo, a pesar del pánico que yacía en los habitantes y criaturas mágicas del reino, no había nadie que hubiera perdido las esperanzas pues tenían a su amada reina.

La reina Sairis salió de su castillo y se dirigió a enfrentarse al dragón, con un temple inquebrantable se posó frente a él, tú pensarás que arremetió contra él con toda su fuerza, pero no fue así, como mencione anteriormente la reina posee una bondad incomparable e iba decidida a razonar con la bestia, un pensamiento un tanto ingenuo si me lo preguntas, pero antes de comenzar una batalla que podría ocasionar víctimas inocentes ella quería intentar cada una de sus opciones. Sin embargo, razonar con una criatura cuyo único propósito en la vida era destruir todo lo que se atravesara en su camino era imposible, en el instante en que la reina se mostró ante él, el dragón atacó sin vacilación, pero la reina solo se defendía, ”matar siempre debería de ser la última opción”, era lo que ella decía, pero por más que intentara, el dragón era una criatura que había vivido toda su vida como un ser de calamidades, que traía la destrucción a donde quiera que fuera, había perdido su capacidad de razonar hace mucho tiempo, era imposible salvarlo, no había otra opción, la prioridad de la reina era su gente.

Mientras eso pasaba se podía ver a los habitantes del reino en espera de la resolución de la batalla, esperaban ansiosos el regreso de su reina. Por otro lado, la reina Sairis se preparaba para atacar y con ello detener al dragón, pero, de la nada se escuchó una voz, la voz resonaba en su cabeza y repetía…..

“Despierta…….. despierta, ya es hora de que despiertes” 

Seguido de eso, todo comenzó a desmoronarse como si fueran piezas de un rompecabezas, la reina estaba confundida, el dragón, su gente, su reino, todo desaparecía ante sus ojos y se volvía oscuro.