— ¡Síganla, averigüen quién es! ¡Quiero saber todo de ella! —Ordeno el príncipe mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro al recordar la mirada de Lidia frente a él.
Lidia, que había corrido en dirección contraria al príncipe y pensaba ya haberse alejado lo suficiente, se detuvo y se agachó poniéndose de cuclillas en el piso, mientras sentía gran frustración por lo que había sucedido “Él… Era él, estoy segura, tendré, tendré, que irme de la capital… No, no puedo, no puedo irme, tengo que cuidar de Javier, lo prometí, aparte, aparte el príncipe, él se supone que me conocería en su ceremonia de mayoría de edad, eso se hace en un mes más, entonces aún no es tiempo, puede, puede que él no muestre interés en mí si no actuó como la protagonista original”. Pensó Lidia mientras recordaba su promesa con el pequeño hermano de Cion.
— ¡Lidia, ¿Qué haces aquí tan tarde?! —Se escuchó una voz haciendo que Lidia se sobresaltara levantando la mirada asustada viendo el rostro de Cion frente a ella.
—Ci… Cion, tú, ¿tú que haces aquí? ¿Quién te envió aquí? —Pregunto Lidia asustada al pensar que él podía ser un enviado del príncipe.
— ¿Qué? Pues salí de mi guardia hace unos minutos y voy camino a la posada ¿Por qué? ¿Sucedió algo? Estás pálida, ven aquí te llevaré a un lugar más tranquilo. —Dijo Cion mirando los ojos llorosos de Lidia.
Cion dispuso su brazo para que Lidia se afirmara en él y la acompaño hasta una plaza poco concurrida, al llegar allí este dejo a Lidia sentada en una de las bancas y corrió a comprar algo de tomar para ella.
— ¡Lidia, ¿estás mejor?! Aquí no hay muchas personas, así que pensé que sería un lugar más tranquilo para que te relajes, dime ¿Qué paso? ¿Estás bien? ¿Alguien te hizo algo? —pregunto Cion preocupado mientras miraba el rostro de Lidia.
Lidia no parecía querer hablar por lo que él entendiendo esto se detuvo y no pregunto nada más, Cion le entrego a Lidia el jugo que había comprado y espero unos minutos hasta que ella pareció calmarse por completo “Parecía bastante asustada ¿Qué le habrá sucedido?” Se preguntaba Cion para sí mismo sin querer hacer sentir incómoda a Lidia.
—Sabes, ahora que lo pienso de camino a la posada, vi una señora vendiendo algunos artículos y, bueno, compre algo… Espero que te guste. —Cion abrió su bolso y saco un broche para el cabello mostrándoselo a Lidia.
Cion miro a Lidia y se lo entrego mientras le sonreía alegremente, Lidia miro el broche que este había colocado en su mano viendo el hermoso regalo que él le estaba dando “Es primera vez que recibo un regalo que no sea de mi padre o hermano” pensó Lidia sintiendo que lloraría de la emoción por el regalo que Cion le había dado.
— ¡¿He?! ¡¿No te gusto?! ¡Lo siento yo, yo no tengo mucho dinero, así que no pude comprar algo mejor yo…! —Cion preocupado, comenzó a excusarse por el regalo nerviosamente.
—Es hermoso… Gracias Cion, es primera vez que me dan un regalo así. —Dijo Lidia con una sonrisa mirando a Cion.
—Pásamelo, te ayudaré a colocarla en tu cabello, se ve hermoso en ti. —Dijo Cion sintiendo que sus mejillas se calentaban.
Lidia tocó su cabello donde Cion había colocado el broche y sonriendo levanto la mirada viendo a Cion para luego pedirle a él que la acompañe a ir por las compras, “Es primera vez que la veo sonreír tan sinceramente, debería de hacerlo más seguido se ve muy linda” pensó Cion para sí mismo mirando de reojo a Lidia que caminaba a su lado mientras hacían las compras que la dueña de la posada le había encargado. Al llegar a la posada, Lidia le entrego las compras a la dueña y luego se fue ver al hermano de Cion para darle tratamiento de maná antes de volver a su cuarto y bañarse. “No pensé que pudiera encontrarme con el príncipe en un lugar como ese, baje la guardia, olvide donde estoy y lo que puede pasar si me encuentro con los personajes principales, me relaje demasiado” reflexionó Lidia mientras tomaba una toalla y salía de la bañera para colocarse el camisón de dormir “No volveré a bajar la guardia, en cuanto Javier se recupere por completo me iré de aquí y no volveré hasta que por lo menos pasen los diez meses en que se desarrolla la historia” Lidia se puso el camisón y se recostó en su cama mientras miraba la mesa de noche al lado de su cama, viendo el broche que Cion le había regalado y ella había dejado en la mesa.
—Es lindo, jamás pensé que podría recibir un regalo de alguien diferente a mi padre o mi hermano… Realmente es un broche realmente lindo. —Murmuro Lidia antes de cerrar los ojos, quedando completamente dormida.
Una joven ruega a su padre que la deje morir por el gran dolor que siente cada día por culpa de la enfermedad con la que había nacido (piel de cristal), y el cáncer pulmonar que con el que había sido diagnosticada recientemente, cada roce en su piel la hacían sufrir un dolor insoportable, jamás había tenido amigos, ni nadie aparte de su padre y su hermano que la amaran, es por esto que ruega por morir y no sufrir más dolor. —Por favor, padre, ya no puedo más, duele, ya… Por favor, no más, solo quiero descansar. Rogó la niña a su padre quien se negaba en dejarla morir, su hermano que sufría por el estado de su hermana menor de 18 años detuvo al padre de llamar al médico y ambos mirar a la joven cerrar los ojos, mientras que el bip de las máquinas conectadas a su hermana anunciaban su muerte. {Luz} Una luz brillante deslumbró a la joven, quien se encontraba en un cuerpo el cual le era desconocido. —Mi apariencia, no puede ser, soy la protagonista de la novela. No, yo me niego a seguir la historia.
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