"Mantén la calma, Felicity," se dijo a sí misma. "Debes pensar con claridad. Necesitas saber dónde estás y cómo salir de aquí." 

Decidió intentar comunicarse. Primero en español, su lengua materna, pero la mujer no reaccionó. Probó en inglés y luego en portugués, los otros dos idiomas que dominaba, pero nada. La mujer simplemente la miraba, su expresión suave pero incapaz de entender las palabras que Felicity estaba diciendo. 

"Esto no puede estar pasando… ¿Ni siquiera entienden inglés? ¿Dónde estoy?" La frustración amenazaba con apoderarse de ella, pero Felicity se obligó a mantener la calma. Necesitaba pensar en otro método.

 Con un esfuerzo, le hizo señas a la mujer, indicándole que necesitaba escribir. La mujer entendió y, con un movimiento rápido, le trajo un papel y un lápiz. Felicity comenzó a escribir, poniendo en el papel todas las palabras que su mente formulaba con tanta claridad. Pero cuando la mujer tomó el papel, no hubo rastro de comprensión en su rostro. Felicity, desesperada por respuestas, le pidió que escribiera algo en respuesta. 

Cuando la mujer terminó de escribir, Felicity miró el papel y sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. La escritura era una mezcla de símbolos que le resultaban totalmente desconocidos. Algunas partes parecían dibujadas con estrellas y corazones como un abecedario infantil, otras tenían un aire de ruso o chino, pero nada tenía sentido. 

"Esto no es mi mundo," pensó, el miedo amenazando con apoderarse de ella. "Nada aquí tiene sentido. Pero no puedo permitirme perder la cabeza. Necesito salir de aquí. Necesito un plan." 

La mujer la observaba en silencio, sin moverse de su lugar, como si supiera que Felicity necesitaba ese espacio para procesar lo que estaba sucediendo. 

"Primero, recupérate. Después, piensa en cómo escapar." Felicity respiró profundamente, obligándose a calmarse. Sabía que tenía que estar en la mejor forma posible si quería salir de aquel lugar extraño.