Selines, aquella humilde sanadora de raza humana, se preguntó... ¿Cella?, después de salir de la habitación, y una preocupación enseguida la inhundó, cuando al analizar toda la cabaña con la vista, y después, todos los rincones. Abrió la puerta, tomando su bolso en el camino y después de cerrarla, comenzó a caminar a través del camino de piedras que sus antepasados habían construido, como una guía hacia su cabaña...
— ¿¡Cella!? — Gritó al aire, llena de angustia mientras trotaba en aquel sendero pedroso...
Enseguida sus ojos lograron divisar lo siguiente: Una extraña y alta figura humanoide de color gris, flaca y con dos enormes ojos e orejas, extendía un dedo hacia una pequeña niña de apenas unos ocho años... Al tocar su dedo, la criatura comenzó a cambiar su color de piel, y comenzó a achicarse mientras parecía que una ropa igual a la de la niña se formaba en su cuerpo... Era un doppleganger, el cual estaba intentándo suplantar a la niña.
— ¡Noo! — Gritó Selines, corriendo hacia Cella, tomandola en sus brazos y retrocediendo...
Esto no alegró al doppleganger, quien comenzó a hacer tétricos chillidos y se acerco retorciendose hacia Selines... Esta levantó su brazo pada defenderse, y el doppleganger lanzó un fuerte puñetazo contra ella, el cual la empujó brutalmente contra un árbol en su espalda... Ese golpe, se había sentido tan doloroso como recibir el golpe de un enorme mazo de metal... Le dolía mucho la mano y la niña se reduujo a llorar con miedo, apenas podía mover el brazo para protegerse de el siguiente golpe por parte del doppleganger, quien, estaba aproximandose a ella con ferocidad... Apretó sus ojos y volvió a cubrirse con los antebrazos, soltando a la niña y gritando con dolor — C-Corre a la cabaña... — Dijo, decidiéndo ser la ofrenda para ese monstruo en vez de Cella, mientras ella escapaba...
¡Spalsh!
Cuando Selines abrió los ojos, como si se tratase de un angel, un caballero en una blanca armadura de plata, sostenía un hacha, enfrentándo a el monstruo con firmeza, el cual tenía una cortada diagonal que atravesaba su hombro hasta su abdomen
— ¡Toma a la niña y corre! —
El hombre volteó su mirada hacia atrás para ordenar a Selines, y así lograron ver su rostro: Era joven, con un cabello negro, medianamente largo y profundos ojos azules... A pesar de aquel joven rostro, su mirada se enfrentaba al monstruo con una ferocidad llena de decisión. Ese hombre no tenía miedo.
Selines tomó a Cella en sus brazos de nuevo, cargandola, y comenzó a correr de vuelta a su cabaña, aunque no pudo evitar mirar hacia atrás la mayoria del tiempo admirando la batalla de aquel caballero, y mientras se marchaba, agradecio y después preguntó hacia el — ¡Te lo agradezco de corazón, por favor, dime tu nombre! — y después de tener su respuesta, finalmente se marchó
— Francois — Respondió el caballlero firmemente y en una voz elevada, mientras la criatura se reponía para seguir atacando.
Entonces, gimoteando como un animal, aquel monstruo se lanzó hacia Francois, extendiendo ambos de sus brazos para atraparle... Entonces, el caballero, haciendo uso de su hacha, estampó su filo contra la espalda de la criatura, la cual si bien se veía bastante herida, no cedería fácilmente...
A pesar de que logró asestarle un buen corte, la criatura logró subirse encima de el, provocando que, este, no tuviera el alcance para usar su hacha... Con agresivos gruñidos, la monstruosidad levantó su puño y lo hundió en la cara de Francois, haciendo a su nariz sangrar enseguida... Francois soltó su hacha y con su mano izquierda, clavó sus dedos en la cara del monstruo, así hiriendo sus ojos... Embistió hacia arriba, poniendo al monstruo ahora debajo, y lo golpeó en el rostro igualmente... Pero, un golpe dejó sin aire a Francois, el monstruo pateó su estómago y lo empujó hacia atrás...
Entonces ambos se levantaron del suelo, listos para el tercer y último round... Francois recordaba que, su hermano Konstantino siempre les enseñó a pelear con inteligencia... Analizar a su enemigo para derrotarlo usando sus propias ventajas en su contra, y comenzó a idear un plan mientras los dos se recuperaban...
Francois, en vez de avanzar hacia la criatura, retrocedió cerca de aquellas rocas y piedras afiladas, que distinguían esas montañas, y ahí, abrió los brazos, como incitando al monstruo a lanzarse contra el de nuevo... Preparándose, con feroces gruñidos guturales, el monstruo se lanzó a Francois, listo para volver a derribarlo, pero...
Francois entonces esquivó aquel bruto ataque haciendose a un lado, con su mano izquierda sostuvo el abdomen del monstruo mientras que giraba su cuerpo para poner su mano derecha contra la cabeza de el monstruo, y así, clavó su cabeza contra las rocas afiladas, acabando con el....
Se separó de la criatura jadeando, aunque suspiró aliviado de haber podido evitar una tragedia... Se limpió la sangre de la nariz con el dorso de la mano y se levantó, ignorando su dolor...
Así, continuó su camino descendiendo de aquella montaña a las afueras de Mostiberio, y finalmente llegando a este pueblo...
Para Francois era un sitio intimidante, habían varias banderas de color rojo en cada esquina del camino, y varios totems o señalamientos que Francois no entendía, los cuales estaban hechos de huesos de enormes animales...
Al llegar a la muralla, en la entrada de Mostiberio, habían enormes empalizadas de madera, afiladas meticulosamente, desafiando a cualquiera que se atreviera a escalarlas... En la entrada, un par de goblins sostenían pequeñas lanzas las cuales apuntaron contra Francois en cuanto se acercase demasiado
— Waa! Wanaha sha kuii! — Comenzaron a gritar hacia Francois aquel par de agresivos goblins
Francois enseguida dedujo que hablaban otro idioma, así que, lo único que se le ocurrió para ganarse la confianza de ese par de goblins, fue sacar la mano que se escondía en su espalda, con la que sostenía la cabeza de el doppleganger: Había dado por hecho que tendría que demostrar su valía, y, que mejor que, mostrandoles que había cazado a un monstruo bastante fuerte.
Francois, con una mirada desafiante pero con una sonrisa sutil, lanzó rodando la monstruosa cabeza a los pies de los goblins, quienes se sorprendieron y asustaron a la vez, pero entonces bajaron sus lanzas y se acercaron a Francois para jalarlo de la muñeca hacia dentro de la aldea... Sin saber a donde lo arrastraban, pero confiando en que estaría bien, siguió a los goblins, quienes lo llevaron frente a un orco y parecían explicarle algo, mientras elevaban la cabeza de el doppleganger con sus manos
— ¿Hmm... Humano, tu hablar humano, verdad? — preguntó aquel orco de cabello largo y negro atado en una trenza, con una barba desalineada y una enorme armadura negra en todo su cuerpo
— Así es, señor... Mi nombre es Francois Chernikov, hijo de Arthyom Chernikov, y he venido a arreglar el tema con los feralis de Berimastia... — Dijo con una voz fuerte y firme
— ¡Oh! Si. Mi nombre ser Lokuss. Cierto, feralis estar acercándose y atrayendo a sus pulgas —Informó el orco con una mueca de molestia
— ¿Pulgas? — preguntó Francois
— ¡Si! Copiones tener aspecto de gente animal, entonces significa que, era un problema de los feralis y lo han traido — Aclaró Lokuss
— Hmmm... Entonces el problema es que con su presencia, han atraído a los monstruos de Berimastia con ellos... — Entendió Francois — Le propongo algo para calmar un poco las aguas con los feralis; Exterminaré a todos los Doppleganger, para que así no les molesten, mientras mi hermano termina de hablar con los feralis — Ofreció mientras extendía la mano
Lokuss, comenzó a reir, pareciéndole muy gracioso el hecho de que un simple humano pensara que podía exterminar a tantos monstruos solo, pero estrechó su mano, respetando su valía y aceptando su trato.
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