Louisse comenzó a abrir los ojos de forma intermitente, mientras enseguida Cella gritó — ¡Mamá, mamá! El niño ya despertó! —
Enseguida, Selines corrió hacia los sillones para revisar a Louisse. Comenzó a chasquear sus dedos en la cara de este mismo, y hacerle extrañas pruebas acerca de sus sentidos.
— Vale muchacho, dime, ¿puedes ver claramente mis dedos? — Decía mientras levantaba un par de dedos
— ¿E-Eh? — Sin entender, Louisse analizó toda la habitación con la mirada
— ¿Puedes ver claramente mis dedos? — Volvió a preguntar
Louisse ignoró su pregunta, se levantó de golpe, aunque aún estando sentado en aquel sillón, y preguntó — ¿Y Sombrita? ¿Y el Grifo? ¿Y Francois? — Denotando la preocupación en su voz.
Selines suspiró, mientras la niña comenzó a reírse silenciosamente.
— Ahh... Que bueno que estás bien, muchacho... Tu mascota ya está bien. El monstruo, lo sané y se marchó. Y tu hermano está durmiendo profundamente. El está bien. Pero le di un té para hacerlo dormir un buen rato. Estaba de terco con quedarse despierto hasta que comprobara qué estabas bien, y no tuve opción. — Explicó, señalando al otro sillón, donde se encontraba Francois durmiendo, aunque en cuestión de segundos, este se levantó de golpe y gritó el nombre de su hermano
— ¡Louisse! — Viendo a todos lados.
Louisse se levantó muy adolorido, y se paró frente s su hermano — Estoy bien. Todo está bien. Gracias por habernos salvado, hermano —
Enseguida, Francois se frotó los ojos y suspiró, aliviado
— Tus piezas de armadura están por aquí... Aunque, cuando llegaste no traías tu hacha ni tu pechera — Explicó Selines mientras señalaba la mesa, donde estaba su armadura bien acomodada
— Ahh... No te preocupes, es lo de menos — Dijo Francois, bastante relajado aunque se notaba que estaba algo agitado...
Louisse se sentó a un lado del cojín donde estaba Sombrita, durmiendo hecha bolita, y la acarició suavemente, esta, ronroneando como respuesta.
Después de unos minutos de un silencioso en el que todos se recompusieron, Francois se levantó y se comenzó a colocar su armadura de nuevo. Mientras que arrancaba una aguamarina que adornaba el pecho de Francois para ponerle sobre la mesa, como pago — Bien. Debo cumplir una misión muy importante. Así que, nos vemos. Te lo agradezco de corazón... — Hizo una pequeña pausa, intentando recordar si si quiera conocía el nombre de la curandera — ¿Como te llamas? —
Selines sonrió — Selines. Selines Mint. Al contrario, te agradezco a ti por haber salvado a mi hija el día de ayer — Agradeció con sinceridad
— ¿Hija? Pero si te ves de mi edad haha — Respondió Francois mientras terminaba de ponerse las grebas
— ¡Es mi mami! — Dijo Cella, abrazando el pie de Selines.
— ¿Cuantos años tienes, Francois? — Preguntó Selines
— Dieciocho — Respondió brevemente Francois, abrochándose los brazales
Selines se rió ligeramente — Entonces no tengo tu edad para nada, soy mucho mayor que tu. Aunque voy a reconocerte que eres muy valiente y fuerte para tu edad — halagó a Francois con un brillo en sus ojos
— Solamente hago lo que un caballero debe hacer. En fin, me retiro. Quédate a descansar otro rato, Louisse — Ordenó a su hermano
— ¡No! Iré contigo, Francois — Dijo levantándose y tomando a Sombrita en sus brazos para seguirlo — Además te falta una parte de tu armadura y tu arma. Necesitas que te acompañe —
Francois soltó un par de risas a causa de las palabras de su hermano. — Bien. Pero si algo ocurre, escóndete. Y no apuñales a nadie por la espalda... A menos que ese nadie tampoco tenga honor —
— ¡Espera! — Dijo Selines, bajando a su sótano y después de unos largos minutos, llevando una espada con un guardamano azul turquesa, y un pomo del mismo color, con un filo brillante en plata, el cual tenía un ligero brillo azul igualmente. — Toma... Era la espada de mi padre — Sin importarle el valor de esa espada, se la ofreció a su héroe
— ¿Estás segura? No puedo aceptar una espada familiar así por que si... — Preguntó Francois, mientras observaba la espada
Selines, sabiendo que Francois seguiría negándose, dijo — No es necesario que te la quedes para siempre... Tómala, prometiendo que regresarás a salvo, y entonces la entregas de vuelta — Propuso Selines, sabiéndo que un caballero nunca rechazaría aquella propuesta
Francois pensó unos momentos, y entonces asintió, tomando la espada y abriendo la puerta frente a el, despidiéndose junto a Louisse y Sombrita...
En un reino de paisajes idílicos, donde el viento susurra secretos y las montañas acarician el cielo, la paz se ve interrumpida por el eco de una guerra inminente. Dos imperios colosales, armados con magia ancestral y ejércitos descomunales, están al borde de desatar una tormenta de fuego y hielo, atrapando a este pacífico reino en el centro de la batalla.
Louisse Chernikov, un joven noble que anhela más que la vida de lujos vacíos, se adentra en la naturaleza persiguiendo a el primer dragón que lograba avistar en su vida. Su exploración lo une con Celeste Highscale, una intrépida jinete de dragones, cuyo reino está al borde del conflicto. Juntos, enfrentan fuerzas que desafían el destino, mientras inesperadas alianzas se forjan en medio del caos.
Al mismo tiempo, Kronus Chambers, el mago más poderoso del reino enemigo, lucha por evitar un destino apocalíptico, tratando de controlar la magia desatada por el conflicto. El destino de los reinos y de la guerra dependerá de las elecciones que tomen estos personajes en un mundo donde la magia, la guerra la amistad, el amor y el deber entrelazan sus caminos, o mejor dicho, chocan.
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