—¡Oh, no me…!

Se deslizó hasta casi caer a la carretera.

—¡Select! —Gritó Maxine.

Usando sus poderes, hizo que Select levitara hasta chocar con el cristal del coche que iba detrás suya, rompiéndose en añicos la silla y liberando a Select.

—¡Mi espalda! —Se fijó en el interior del coche. —¡¿Kate?! ¿Desde cuándo tienes carnet de conducir.

—Desde nunca.

—¿¡CÓMO!?

En el interior del camión, Maxine se liberó quemando las cuerdas con magia.

—¿Cómo has…? —Preguntó Freya confusa.

—Ya te dejé fuera de mi vida una vez, y pienso hacerlo de nuevo.

Select se agarró fuerte del parabrisas para colocarse.

—¡Tienes que acercarme al camión de nuevo!

—¡Está bien! —Respondió Kate.

Sin embargo, de los arbustos salió de nuevo el Jinete sin Cabeza.

—¡Venga ya! Quién faltaba…

El Jinete se acercó violentamente, golpeando el coche con su caballo fantasmal.

—Tu cabeza será mía… —Dijo.

Con un golpe de espada casi acaba con Select, por suerte éste último resbaló y salió de la trayectoria de la espada.

—¡Charles, pisa el acelerador! No pienso dejar que te vayas, Max.

—¡He dicho que me dejes!

Lanzó un hechizo a Freya, quién se apartó rápidamente.

—¿Qué… qué eres?

—La que va a impedir que te acerques a mis amigos.

—¡Tienes serios problemas de ira tío!

El Jinete no contestó, simplemente intentó volver a atacar, mientras Kate miraba en shock.

—¡Kate, da al freno, gira, haz cualquier cosa! —Gritó Select.

Kate agitó la cabeza para centrarse, y aceleró.

—¡Espera, Kate, no!

¡CRASH! El coche volvió a chocar contra el camión, volviendo a hacer que Select estuviese dentro.

—¡Tú, ¿qué le hiciste a mi hijo?!

—Es hija, cegata de los cojones. —Respondió Select.

Fuera, el Jinete cogió su cabeza de calabaza y la lanzó contra el camión.

—¡Select, agá…!

Una enorme explosión hizo que mitad del camión desapareciera en llamas, con Select agachándose justo a tiempo.

—¡Por un pelo!

—¡Saltad ya al maldito coche! —Gritó Kate.

Maxine se lanzó al morro del vehículo.

—¿Cómo entro?

—¡Así!

Con un puñetazo, Kate rompió el cristal delantero, por donde Maxine se sentó en el copiloto.

Select se acercó al coche.

—¡Tú… Tú le has hecho eso!

—¿Hacerla mejor persona y una chica extremadamente inteligente? Pues sí, es mi culpa.

Select bajó al coche giñando vacilante un ojo a Freya.

—¡Me las vais a pagar! —Gritó Freya.

Select buscaba un punto de acceso al vehículo.

—¡Voy a entrar por la puerta trasera!

—¡Es muy peligroso!

Select se puso en el lateral del vehículo, llendo lentamente a la puerta.

El Jinete apareció en su lado.

—¡Hey! ¿Pasándote a saludar?

Con su espada, intenta atacar a Select, quien se echa a un lado.

—¡No te soporto! —Le gritó el Jinete.

—Suelo tener ese efecto cuando estoy nervioso…

Agarrando la puerta, la abre de golpe, siendo cortada por la espada.

—¡La puerta, la has separado del coche animal!

Sosteniéndola aún, se la tira al Jinete, quien se cae del caballo y va desapareciéndose en la lejanía.

—Vale, eso es todo. —Comenta Select mientras se sienta.

—¿Qué demonios ha pasado? —Preguntó Kate.

—Mi madre, era mi madre.

Select y Kate se quedaron en silencio.

—¿Cómo que tu madre? —Preguntó confundida Kate.

—Freya Powers, es mi madre, una lunática obsesionada con los “modales correctos”. Tan obsesionada que si algo sale de la norma… Utiliza la tortura para “corregirlo”.

—Wow, menuda psicópata.

—Maxine, lamento que te haya hecho eso. —Dijo Select.

—No lo lamentes, no quiero lástima. Fué un mal momento, pero por suerte mi padre la dejó al enterarse de sus planes. No llegó a hacerme nada.

—Me alegro, es una horrible persona.

—Por eso tenemos que pararla. Quiero ponerle fin a sus torturas. Me ayudaréis, ¿verdad?

Select sonrió a Maxine.

—Démosle una paliza a esa bruja.