Linway se levantó por la mañana, antes de que los dormilones Ferali lo hicieran... Ellos solían dormir al menos 16 horas, aunque no siempre eran seguidas, a veces era de forma intermitente, pero esta vez, se notaba que los felinos del pueblo apenas estaban entrando en el reino de los sueños...
Tomó su mochila y vió que a su lado, Cerwyn también se preparaba para marcharse... — Hey, Cerwyn... Iré a cumplir con la misión. Deberías regresar a casa y avisar a Konstantino de todo — Pidió en amables susurros
— Eso haré, joven Linway. Por favor tenga cuidado. Use esta poción si resulta herido, es la mejor ayuda que le puedo dar. Le pediría que evite el conflicto pero soy consciente de que es imposible convencerlo de eso así que, solo tenga cuidado, por favor. Este pueblo lo necesita, piense eso antes de lanzarse de frente a la muerte por hacerse el rudo. — Dijo Cerwyn con sincera preocupación, aunque intentando imponer alguna especie de autoridad al final
Linway sonrió y le dió una palmada en el hombro — No te preocupes amigo, sabes que mi última arma siempre es la violencia... No soy como Viktor. Ese muchacho si arregla todo a los puños — Dijo con una sonrisa, recordando a uno de sus muchos hermanos menores.
Cerwyn le devolvió una sonrisa fraternal y siguió empacando, mientras que Linway, al no haber traído demasiadas cosas, simplemente comenzó su viaje hacia el oeste, siguiendo el camino que se adentraba al bosque y subía lentamente hacía las cordilleras...
Alrededor de su paso parecía algo estrecho, se adentró hacía donde la vegetación era escasa y la más normal de encontrar eran pequeños arbustos secos con pinchos. Algunos de ellos, entresaliendo por las laderas empinadas, mientras el olor a tierra y humedad inhundaba el lugar, mientras la brisa fría golpeaba su rostro, aunque disfrutaba de esta sensación, los ecos alrededor de la montaña lo comenzaban a agotar, así como el mismo viaje. De vez en cuando sonaban pequeños golpes de alguna roca deslizándose y chocando, y a veces parecía que las montañas temblasen, como si tuvieran vida propia.
Finalmente después de treinta minutos, se detuvo frente a un mirador, apreciando el grupo de montañas que se abrían a su alrededor, con puntas afiladas ligeramente nevadas. Además, entre las montañas y a lo lejos, ligeramente tapado por las nubes, se podía apreciar el pueblo de los Feralis. De alguna forma pensó en Louisse... El, en su mente le diría "Mira, esas montañas afiladas rodeando el pueblo al que quieres proteger. Es una forma en la que la naturaleza te dice que tu misión se encuentra justo dónde estás parado"
Sonrió, sintiendo vergüenza de si mismo al pensar eso, si alguien supiese que a veces escuchaba a sus hermanos en su cabeza, lo tacharían de loco, aunque el simplemente guardaba una voz de conciencia de cada ideología de cada uno de sus hermanos para saber que pensar en cada situación...
— ¿Nyahaha? —
Escuchó una voz en su nuca mientras sonreía como bobo absorto en sus pensamientos, dió un pequeño salto, asustado, y volteó hacia atrás
Era Launya, la cual estaba ahí parada, con su <DESCRIPCION DE LAUNYA> con una carita de duda
— ¡Ahhh! — Gritó Linway del susto, al ver a alguien parado atrás de el, aunque después se calmó al ver que solo era la pequeña aldeana de Berimastia.
Launya por su parte, comenzó a reírse por el susto de Linway, con una inocente malicia — Nyahahaha —
— Dios, Launya. Casi me muero del susto... ¿Que haces aquí? — Preguntó, recomponiéndose
Launya esta vez no respondió, solo lo miró de vuelta y sonrió amablemente, con sus brillantes ojos color ámbar
— Anda, Launya. Regresa a Berimastia — Dijo Linway señalando de vuelta al camino
Launya negó con la cabeza y señaló al camino, pero al frente.
— Hmm... ¿Y si te tiro agua? — preguntó, sin esperar que Launya reaccionase, pero esta bajó sus orejas con trsiteza
— ¿Agua? — Dijo de nuevo al ver su reacción, y esta pareció dar un saltito y volver a ponerse triste
— Awww... Es una broma Launya, agua no. Nyo agua. Solo es broma. — Dijo cruzando los brazos en forma de "X"
Launya levantó un poco las orejas, pero ahora lo veía con miedo, como sin saber lo que Linway le haría.
Linway apuntó hacia arriba y hizo varias señas para que Launya le acompañase — Vamos, vamos. Al volver comeremos atúncito — dijo avanzando hacía arriba, y enseguida Launya escuchó la última palabra, volvió a alegrarse y comenzó a correr cuesta arriba en cuatro patas para alcanzar a Linway.
Aunque algo detuvo su paso; Un trío de Feralis semi-perro descendían de la montaña, con atuendos hechos de pieles que les ayudaban a camuflarse bien con su entorno. En sus espaldas, cargaban lanzas de madera con puntas de piedra.
En cuanto los grupos cruzaron miradas, se detuvieron en una inquietante tensión... Linway pensaba en lo peligroso que podría ser el siquiera acercarse a ellos, y quizás los Feralis pensaban lo mismo... Aunque, los Feralis eran algo más bajos que el, se notaba que estaban en condición, y estaban armados. A pesar de eso, parecían asustados... Como si tuviesen miedo de Linway. Este mismo pensó que quizás solamente querían proteger su hogar.
— ¿Está todo bien? Solo voy arriba para encontrar la razón de los truenos... No se preocupen, vengo en son de paz — Preguntó hacia los Feralis, con Launya erizada detrás de el, recelosa de los semi-caninos, más por sus instintos que por alguna razón en específico
Los Feralis parecieron calmarse un poco por sus palabras — ¿Tu no ser sombra monstruo? — preguntó uno de ellos, con un frondoso pelaje rubio
— ¿Sombra monstruo? —
— Sombra monstruo por la noche arriba — Parecía intentar explica, aunque Linway seguía sin entender el contexto
— Hmm... ¿Entonces dices que hay sombras de monstruos por la noche, en la cima de estas montañas? — Preguntó curioso
— Nosotros cazar voladores, pero ya no más... Sombras monstruo poder hacer daño —
Linway se llevó la mano al mentón, entendiendo las palabras de su interlocutor...
— Yo me encargaré de los monstruos. No se preocupen — Dijo Linway levantando el puño hacia el Ferali perro.
Este mismo observó su puño unos segundos, y en vez de chocar su puño con el, puso su palma abierta sobre el dorso de Linway, como cuando un perro da la mano. Linway enseguida notó esto y le devolvió una sonrisa a los Feralis, los cuales parecían menos tensos.
Entonces ambos grupos continuaron su camino, aunque Launya hizo la mimica de arañarlos cuando estos le dieron la espalda
— ¡Launya! No seas grosera — Regañó Linway a Launya por su actitud hacía los Feralis.
Enseguida Launya siseó enojada hacia Linway, mientras señalaba a los Feralis, los cuales seguían su camino descendiendo de la montaña
— Yo sé que te caen mal por instinto, pero no por eso debes ser grosera con ellos — Explicó a su felina compañera, la cual cruzó los brazos, bastante molesta
Linway seguía subiendo la montaña algo agotado pero con determinación — No hay que temer, Launya. Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre — Intentó calmar a su compañera, acariciandole la cabeza
— Launya miaujer — dijo Launya, molesta, girando la mirada de Linway
— Hmmm... Bueno, eso es cierto pero digamos que, el perro es el mejor amigo de la humanidad — Se explicó, aunque enseguida dió un saltito — ¡Espera, entonces me entendiste! — Dijo algo emocionado, y enseguida Launya comenzó a ronronear, aunque seguía fingiendo estar enojada con el
Linway sonrió, lleno de ternura por la pequeña gata, y le levantó el pulgar mientras subía — Está bien... No hace falta que los perros sean tus mejores amigos, pueden carte mal. Pero no seas mala con ellos — Pidió a su compañera
— Wah wah miaurder —
— ¿Wah wah? ¡Ahh! Guau guau, significa perro. ¿Dices que uno de ellos te mordió? — Preguntó Linway, cayendo en cuanta de el mensaje de su compañera
Launya asintió — Wah wah ñam miau auuuu — Dijo señalando al piso y haciendo la mimica de patear algo pequeño, dando a entender que un perro pequeño le mordió en alguna ocasión y está lo pateó — Nyahaha — Se rió al recordar la escena, frotando sus manos con una inocente malicia
Linway comenzó a reirse de nuevo — Haha, ya entiendo Launya... Pero, no solo por eso debes temerle a todos... O puedes temerles, pero no te portes mal con ellos. No todos son malos. Así como yo, como lo dijo Cerwyn... No todos los humanos somos crueles y malos con los Ferali, entonces piensa que no todos los caninos son malos con los felinos — Intentó explicarse mientras avanzaba.
Launya hizo una expresión pensativa, pero solo siguió avanzando después de decir — Ñyam ñyam ñyam — Intentando decir "Lo pensaré"
En el camino, Linway avanzaba con resiliencia, aunque Launya ya jadeaba de cansancio. Puede que las bestias sean más rápidas que los humanos, pero aún así los humanos tienen más resistencia ante el cansancio, y los Ferali, al ser una mezcla de ambos, no podían evitar cansarse al recorrer largas distancias, aunque se notaba que para Launya era fácil subir aquella pendiente, mientras que Linway si que tenía problemas al intentar mantenerse firme y no resbalarse por alguna piedra suelta...
Linway observó a Launya, la cual bostezó de sueño... Además de cuestionarse el por qué Launya lo había seguido, también le hizo darse cuenta de algo...
Launya era inocente y bondadosa ante sus ojos, así como la demás gente de su puelo... Personas increíbles de las cuales podías aprender muchas cosas, las cuales tenían sus propias culturas y costumbres... Eso era lo qué lo hacía querer ser su líder. El poder guiar entre la niebla a aquellos que necesitaban de la luz de su antorcha. El quería proteger la felicidad de su pueblo, no solo los Feralis o los Malakis, también los humanos... Simplemente quería protegerlos, incluso, a aquellos que no pertenecían a su pueblo... En el mundo había tanta gente con familia, amigos y amor. A el le gustaría proteger y conservar todo eso, sin que nada interfiera...
Terminaron de subir a la cima de una de las montañas, frente a la entrada, dejando a sus espaldas las nubes...
Launya se notaba exhausta, y aunque Linway también lo estaba, arrastró un par de rocas cerca de una zona plana y despejada de pendientes, para usarlas como asiento.
— Anda, Launya. Siéntate, descansemos un poco — Dijo, limpiándose el sudor de la frente con el antebrazo, y entonces Launya se sentó
Ambos exhalaban con la boca seca, y ahí, cuando Linway sacó su odre, se dió cuenta de que ya estaba vacío por el viaje del día anterio... Suspiró desanimado y volvió a guardar su odre.
Launya, sacó un odre igualmente de su bonito y nuevo bolso, y bebió hasta el fondo del agua de este mismo, pero cuando vió a Linway, se detuvo y le extendió el odre lleno de babas de Launya
— Miu — Invitó a Linway a beber de su odre con una amable sonrisa en su rostro
Este dudó unos segunda, pero entonces aceptó el agua y la virtió a su boca desde arriba, sin tocar la boquilla del odre. Lo cerró y se lo extendió de vuelta, y entonces se levantó, suspirando y preparado para adentrarse en la cueva.
Se posó frente a la entrada, sosteniendo su garrote, dándose cuenta de que estaba completamente oscuro...
Pensó unos segundos, recordando a las enseñanzas de su hermano mayor, Konstantino y pronunció en voz alta — Oh bondadosas hadas, si mi alma logra comprender la grandeza de vuestra simpleza, entonces ayúdenme a iluminar mi camino a través de la oscuridad, para poder llevar su mensaje hasta la superficie... ¡Luz! — Conjuró mientras sostenía la empuñadura del garrote con la mano derecha, y con la izquierda la punta de este mismo...
En un par de segundos, el garrote comenzó a emitir una luz que iluminaba el interior de la cueva, como si de una antorcha se tratase.
Launya erizó su cola, y observó el garrote con una expresión impresionada, con la boca abierta — ¿Miaugia? — Preguntó, dándole tirones en la camisa a Linway para llamar su atención
— Si, es magia... Aunque, claramente no es avanzada haha... Son trucos básicos qué mi hermano me enseñó, aunque la magia no es mía, es de las hadas.
Nunca podría combatir usando magia. Necesito de un largo conjuro, y si para lanzar luz tardé unos 30 segundos, imaginate para lanzar una bola de fuego...
El punto es que, funciona, así que entremos — Explicó entusiasmado, y después acarició en la cabeza a Launya, incitandola a entrar junto a el
Launya, estaba bastante emocionada por el garrote brillante y no paraba de observarlo, aunque enseguida, su emoción sería reemplazada por temor...
Desde el fondo de la montaña, un tronido azotó las paredes de la cueva, tanto así, que algunas rocas y polvo se desprendían del techo.
Aquel sonido golpeó los oídos de el par, de forma dolorosa, aunque, para Linway, al ser humano, no fué nada más que un pequeño aturdimiento, a comparación de Launya, la cual enseguida chilló de dolor, y se cubrió las orejas, bajandolas contra su cabeza.
— Auch — Exclamó Linway, sobándose los oídos con las palmas de las manos y recomponiendose de su aturdimiento, pero al ver a Launya, se preocupó genuinamente
Ella estaba temblando muy fuerte, su postura cerrada denotaba su miedo mientras se sostenía las orejas. Al ver su rostro, apretaba sus brillantes ojos llenos de lágrimas, y también los dientes mientras fruncía el ceño con dolor.
— ¿Launya, estás bien? — Dijo Linway, acercándose frente a ella, dejando el garrote en el suelo y inclinandose hacía ella
Launya le devolvió una mirada asustada, con los ojos cristalinos, sin decir nada y apretando sus orejas esta vez con sus brazos
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