Sin pensarlo mucho, Linway rasgó las mangas de su camisa, y con estas hizo dos bolas de tela, extendiendoselas a Launya y señalando sus propias orejas — Usa esto Launya, así no te volverá a lastimar los oídos —
Launya, aunque paralizada por el miedo y el dolor, bajó los brazos y se abrazó a si misma mientras temblaba, e inclinó la cabeza, para que Linway le colocase la tela. Linway así mismo, le colocó la tela en ambas orejas, y después sacó un rollo de cinta, con el cual le fijó y tapó incómodamente la tela a los oídos, casi envolviendolos en aquella cinta gris.
Launya seguía asustada, aunque también frunció el ceño, enojada, y le dirigió una mirada molesta a Linway
— Lo siento, Launya — Dijo juntando las manos — Pero lo mejor es taparte así los oídos... A mi me aturdió y me dolió horriblemente. Tu podrías quedarte sorda por tus sensibles oídos animales, o tener una infección. — Se explicó, sobando el hombro de Launya, dándole ánimos, mientras esta intentaba calmarse
Linway también se tapó los oídos con un poco de tela, aunque necesitaba mucho menos al tener los oídos más pequeños que Launya, la cual tenía enormes orejas de gato, y así mismo, se fijó y selló los oídos con cinta.
— Siempre nos hemos comunicado a pesar de no saber nuestros idiomas, así que todo estará bien aunque no oigamos nada del otro — Explicó mientras alzaba ambos pulgares hacia Launya. Esta, no respondió nada de vuelta, aún se veía asustada, aunque un poco más tranquila.
Linway levantó el garrote, sosteniéndolo como una antorcha y se lo acercó a Launya, para que lo sostuviesen juntos. Pensó que, quizás, como a Launya le gustaba la magia, eso le haría sentir más segura, y así fue. Aunque, de vez en cuando se sentía que la pequeña mano de su felina compañera temblaba, con un miedo instintivo.
"Con razón los Ferali se han estado mudando... Sus instintos les hace tener miedo al estar cerca de estos truenos, y no pueden evitar querer huir" Pensó, mientras le dirigía una sonrisa a Launya, intentando expresarle qué todo estaba bien...
Mientras se adentraban en la cueva, en patrones muy largos cada muchos minutos, se lograban escuchar aquellos tronidos proveniendo de el fondo... Afortunadamente para ellos, sus tapones de oídos funcionaron bastante bien, aunque Launya no podía evitarse asustar cada vez que los alrededores vibraban a causa de las fuertes ondas sonoras, y durante la mayoría del descenso en aquella cueva fría y vacía de cualquier mineral, aunque llena de escombros, como si alguien ya los hubiese tomado, Launya se mantenía con el pelaje erizado, estornudando de vez en cuando a causa de el húmedo olor de el moho en la cueva, así como el polvo.
Finalmente llegaron hasta un tramo estrecho, donde al final, había una enorme sala rocosa, que al centro tenía lo que parecía una campana... De pronto, todo a su alrededor tembló, y la campana repicó intensamente haciendo el sonido de un potente trueno, mostrando así, que era la responsable de los aterradores sonidos que se escuchaban por la noche.
Launya señaló a la campana y ambos caminaron con cuidado hacia el centro, para examinarla a detalle, pero enseguida Launya se detuvo...
Linway volteó hacía ella, confundido, mientras ella volteaba a todos lados, como buscando algo...
— ¡Linyay! — gritó Launya, señalando hacía una de las esquinas de la enorme sala natural dentro de la cueva.
Una enorme y fornida figura humanoide hecha de rocas, con ojos rojos, saltó desde su camuflaje en el suelo rocoso, posándose imponentemente frente a la pareja, chocando los puños de forma amenazante
Seguramente, esa criatura era la guardiana de aquel extraño objeto mágico. Launya saltó hacía atrás por instinto, mientras que Linway levantó su garrote, preparado para pelear.
Ahora podía divisar mejor a aquel golem lleno de musgo y grietas en su cuerpo rocoso, el cual medía el triple que Launya, mientras que rebasaba enormemente en altura a Linway.
— ¡Alejate, Launya, yo me encarg-! — Indicó a su compañera, pero apenas y terminaba su frase torpemente al no poder escucharse mutuamente a causa de los tapones, el golem deslizó su puño contra Linway, el cual usó el garrote completo en forma horizontal, tomándolo de los dos extremos para aguantar el peso del gigante golem pedroso, pero era inútil, el garrote se quebraba cada vez que el golem aplicaba más fuerza. Entonces por el dolor de la presión que ejercía contra sus hombros, Linway soltó su garrote hacía un lado, siendo jalado contra el piso en este movimiento, y el golem estampando su puño contra el suelo
— ¡Linyay! — Exclamó Launya el nombre de su compañero, preocupada por Linway. Entonces, aprovechando que el monstruo había atorado su puño contra el suelo, se lanzó sin pensarlo contra su rostro para arañarlo...
Pero no funcionó. Sus uñas solamente chillaron contra la fuerte roca que constituía al golem, y este levantó la vista aún inclinado hacia el suelo, lanzando un puñetazo contra Launya con el mismo brazo.
Linway sintió una punzada en el corazón al ver el ataque dirigido a su compañera, pero a los segundos un alivio lo calmó; Launya se tiró hacía atrás, arqueando la espalda y evitando el ataque de el golem con una increíble velocidad y destreza para esquivar.
Rápidamente tomó el garrote del suelo, y lo levantó, impactándolo contra el rostro de el golem, y rompiendo el garrote en el proceso.
Linway sonrió al pensar que había logrado dañar al golem, pero cuando el polvo de aserrín se deshizo, el golem estaba intacto...
¡CRASH!
En un movimiento rápido y brutal, el golem impactó con su codo a Linway, mandándolo a volar contra la pared, y hundiéndolo dentro de un agujero en las rocas... El noble escupió sangre y su visión se nubló... Un golem.
No podías cortar su carne, o apuñalarlo. Y si tu martillo no era lo suficientemente duro, nunca lograrías quebrantar su cuerpo...
"Un golem... Supongo que no podré ni siquiera huir... Lo siento, Cerwyn..."
Se disculpó con su mentor en su mente, pero enseguida esto le hizo recordar la poción de sanación que el mismo le había obsequiado. Pero había un problema... Estaba luchando para mantenerse consciente, y sus brazos apenas podían moverse como para alcanzar a desabrochar la poción en su cinturón y beberla...
— ¡Ghhh! ¡Ñaughhh! — Gritó Launya, siseando furiosa contra el golem, muy enojada por el ataque que le había dado a su amigo.
El golem se enderezó y comenzó a avanzar torpemente contra ella, hundiendo sus pies en las rocas con cada paso que daba...
Konstantino se encontraba en un taller en los calabozos del castillo...
— ¿Que estás haciendo, hermano? — Preguntó Linway a su hermano mayor, observando que en una mesa, habían pequeños trozos de un muñeco de madera
— Intento crear un golem, Linway... — Respondió de forma lógica y concisa mientras se ajustaba las gafas, analizando los apuntes de un libro
— ¿Por qué un golem? — Preguntó el joven Linway, con curiosidad
— Pronto seré el líder de Feyralinn, pues en unos meses terminará el liderazgo de Quinn, nuestra hermana mayor... Hay pueblos que siempre tienen problemas y sufren tragedias al ser atacados por los monstruos que se esconden en nuestras tierras... Así que quiero crear guardianes que peleen por ellos — Explicó a su hermano, mientras le mostraba su libro, con varios dibujos que Linway no entendía
— ¿Y por que lo haces? ¿Por que golems y no guardias? Se ve aburrido — Preguntó Linway, curioso de el empeño de su hermano
— Por que así como tu y yo, hay hermanos en muchos lugares de nuestro pueblo... Y a causa de una tragedia realizada por un monstruo, un joven podría perder a su hermano. Y así su vida se llenaría de tristeza... — Explicó de forma sencilla a su joven y inmaduro hermano — Y pienso crear golems, para que así ellos no tengan que arriesgarse. Además, es lo mejor. Los monstruos no tienen la inteligencia suficiente como para saber como destruir a ciertos tipos de golems;
Hay golems que pueden ser fácilmente desactivados, apagando una runa en su espalda o nuca, retirando una gema en estos mismos lugares e incluso rompiéndolas. Cosa que una bestia o monstruo que ataca brutalmente nunca haría, ya que normalmente van a las extremidades. —
"¿Estoy viendo mi vida pasar por mis ojos? Si... Quizás la admiración que le tenía a la pasión de mi hermano por proteger al pueblo fue lo que me hizo interesarme en todo esto... Ahora el siguiente líder será Francois, pues yo moriré..."
Apretó el puño, lleno de impotencia mientras la sangre inhundaba sus dientes, y con su visión borrosa viendo a Launya esquivar los ataques de el golem...
"Espera"
— ¡Espera! — Gritó entre dientes, escupiendo sangre y reuniéndo todas sus fuerzas para tomar la poción de su cinturón y beberla cada vez con más facilidad al recuperar sus fuerzas en cada trago...
Suspiró aliviado, todo su dolor y sus heridas habían cesado. Entonces hizo fuerza para salir del agujero en el que estaba enterrado, y cayó al suelo.
No tenía armas, y no era bueno peleando como Francois para hacerle frente. Tampoco tenía la agilidad y precisión de Louisse, como para lanzar alguna piedra a la nuca del golem. Y menos sabía usar magia como Konstantino, quien seguramente lograría usar algun misil mágico apuntado a la nuca para ganarle...
Pero era fuerte, más fuerte que sus hermanos, y era inteligente. Tenía un poco de cada uno de ellos en su ser, gracias al cariño que les guardaba. Así que confió en sus hermanos, en el mismo y sobre todo; En que Launya le entendiese.
Enseguida, Linway se puso una mano en la nuca y señaló al golem después de romper el frasco contra el suelo para que el agudo sonido llamese la atención de Launya. Ella observó la nuca de el golem mientras esquivaba sus ataques, pero sería imposible para ella el siquiera alcanzarlo. No podía clavar sus uñas en el para escalarlo, y no podía saltar a causa de que necesitaba bastante tiempo para posicionarse y saltar. Eran solo un par de segundos, pero eso mismo tardaba el golem en atacar...
Así que, Linway corrió hacía Launya, cuando el golem se recomponía de uno de sus ataques, y la jaló de la cintura, tomándola fácilmente con un brazo gracias a su fuerza y la ligereza de Launya.
Launya dirigió su mirada hacia el, ruborizada, y este la levantó, como si fuese a lanzarla...
Ambos cruzaron miradas, cómo decidiendo confiar en el otro para que ese plan saliera bien... Si Launya no lograba agarrarse, estarían perdidos, y si Linway no la lanzaba con la suficiente fuerza, terminaría lastimándola y matándolos a los dos.
Así que Linway apuntó, gritando con fuerza para que el golem le atacase, y mientras el golem levantaba su puño para aplastar a Linway, este lanzó a Launya hacia arriba, la cual cayó agilmente en los hombros de el golem, y intentó arañar la gema en su espalda, pero fue inútil. Solo logró rayarla un poco, y Linway levantó ambas manos, sosteniendo débilmente el puño de el golem, el cual eventualmente terminaría impactado contra su rostro.
Launya suspiró, abrazó el cuello del golem, y comenzó a dar de cabezasos contra la gema, la cual apenas se inmutaba...
El golem golpeó en la cara a Linway, tirándolo al suelo. Launya se puso más nerviosa, con su frente adolorida y llena de sangre, pero, preocupada por Linway, apretó los dientes y gritó con fuerza en un último golpe — ¡Nyaaaghhh!—
¡CRASH!
En pequeñas piedras y polvo, el golem se deshizo... La luz de el roto garrote aún iluminaba la cueva, y Launya cayó aturdida a un lado de Linway, quien se encontraba igual...
Ambos cruzaron miradas, girando sus cabezas estando tirados en el suelo... Por unos segundos se miraron a los ojos, sonrieron, y comenzaron a reír a adoloridas carcajadas mientras sus frentes sangraban...
En el medio de aquella risa que buscaba soltar toda la adrenalina que llenó sus cuerpos, Linway extendió su palma hacía Launya, buscando que ella chocara su mano con la de el — Bi-en hecho — Dijo sonriendo y con sus ojos entrecerrados, mientras tosía sangre
Launya dejó de reír poco a poco, y levantó su pequeña mano para acercarla a la de Linway, pero en vez de chocar sus palmas, Launya entrelazó sus dedos con los de Linway... — Nyo miueras, Linyay — Bromeó mientras apretaba suavemente su mano...
Ambos se vieron a los ojos durante un eterno momento, hasta que Launya tiró de la mano de Linway mientras se levantaba — Nyasumi nyatu, Linyay — dijo, intentándolo ayudar a levantarse, y este así lo hizo
Ambos, ignorando el hecho de que sus manos seguían entrelazadas, voltearon a los escombros sobrantes de el golem... Un extraño amuleto con un topacio en el centro yacía al medio de todas esas rocas...
Lo tomaron, y después se acercaron a la campana, la cual brillaba en dorado. La tomaron, y al hacer esto, su brillo se apagó; El objeto se había apagado. Metieron la campana a la mochila de Linway para analizarla después, en mejores condiciones, y se prepararon para volver...
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