Me desperté gracias a que me dio mucho calor, así que levanté un poco mi cabeza para ver porqué, me tuve que morder la lengua para no reír ya que Bryan tenía su cara en el trasero Jasón, Carmen estaba abrazando las piernas de Iván, Pedro abrazaba a Iván, Frank me abrazaba por la espalda y Marcus abrazaba mis piernas, mientras que nuestro adorado Padre estaba acostado en la cama, que hermoso... nosotros acá en el suelo el muy cómodo, en fin me iba a dormir de nuevo pero en eso vi que Iván movió su pierna dándole en la cara a Carmen, la cual se levantó de inmediato dándole un puñetazo a Iván lo que hizo que se levantara de inmediato pisando a Jasón y eso provocó que él le pegará con su trasero en la cara Bryan y esté se diera contra la mesa, no pude aguantar más por lo que estallé a carcajadas revolcándome en el suelo.
-Te parece muy gracioso, ¿no? —me dijo Bryan haciéndose el enojado tomando un cojín y me dio con ella en la cara, obviamente esto no se va a quedar así, me levanté tomado el otro cojín dándole varios golpes, los demás también comenzaron a pelear hasta que Carmen aventó el cojín justo en la cara de mi papá haciendo que se levantara de golpe... ya valimos.
-¿Quién mi*rda me aventó eso? —dijo mi papá enojado y todos empezamos a hablar al mismo tiempo echándonos la culpa unos a otros.
-¡Ya cállense! Hace tiempo que no me daban problemas. —mi padre sonrió, pero en su mirada se veía que estaba triste por los viejos tiempo.
-Sí, aunque solo falta Liam. —dijo Pedro y todos me miraron... eso me dio justo en el corazón.
-Me tengo que ir. —les dije tomando mis cosas para salir lo más rápido que pude, no quiero sus malditas miradas ni palabras de lástima, maldita sea porque tuvo que mencionarlo, no me gusta recordarlo es muy doloroso para mí.
Mientras iba maldiciendo por lo bajo me acerqué a la acera a tomar un taxi, en cuanto subí le di la dirección de mi apartamento, comenzó a conducir y después de unos minutos le pagué. En cuanto estuve dentro de mi departamento, quité toda mi ropa soltando un suspiro mientras me dirigía al baño.
Sentí un escalofrío cuando el agua fría cayó en mi cuerpo, aunque me relajo un poco... hasta que recordé lo que dijo Pedro, porque tenían que aparecer para recordar todo lo que he estado tratando de olvidar, sé que tratar de enterrar el pasado es estúpido porque gracias a eso soy así, además una simple palabra o persona te hace recordar todo... pero ni modo, ya que. Me terminé de duchar y sequé mi cuerpo para después colocarme mi ropa interior limpia, un pantalón de vestir negro, una blusa de manga larga blanca, agarré mi bolso antes de salir corriendo del apartamento ya que faltaban cinco minutos para las ocho, bajé por las escaleras corriendo a mi auto subiendo en esté, lo bueno es que Jane me dejó las llaves en el mueble.
Comencé a conducir rápido, al llegar me estacioné un poco mal, pero da igual no quiero que ese tonto me regañe, saqué los papeles de la parte de atrás y mientras iba caminando a la oficina organizaba los papeles que aventé hace rato, en cuanto llegué estos sobre el escritorio sentándome rápido para encender la computadora, en serio ruego que no esté en su oficina, pero no... la vida me odio, me caí de la silla al escuchar cómo mi jefe azotó unas carpetas en mi escritorio.
-Señorita Allison: ¿qué son estas horas de llegar? —me dijo enojado el estúp*do de mi jefe... Pero, ¿qué le pasa? ¡Solo fueron cinco minutos!
-Eee... solo fueron cinco minutos señor. —dije mientras me levantaba del suelo intentando calmarme porque si no le pasará algo muy malo.
-¡Eso a mí que me importa, usted debe de estar aquí puntual! Así que hoy su salida será a las ocho y no me interesa si tiene planes, ¿entendido? —me dijo apretando su mandíbula... es un exagerado.
-Sí, señor Carpintero. —le dije entre dientes y creo que escuché mi mandíbula romperse. —cómo diga.
-Ahora quiero que prepare la sala de juntas, voy a tener una reunión, ¡y quiero todo listo! —me gritó y se fue... ¿qué? ¿me gritó? ¿a mí? ¿y todavía sigue vivo? No lo creo... esto no se queda así.
-¿Allison a dónde vas con eso? —me gritó Jane... no entiendo de qué habla. — ¿por qué tienes esa cara? ¿pasó algo? —fruncí mi ceño.
-¿Eh? ¿A qué te refieres? —la miré confundida. —no pasa nada, todo está bien, ¿por?
-¿En serio? ¿Ya viste lo que tienes en la mano? —fruncí mi ceño bajando mi vista a mi mano y tenía una daga, la cual uso para abrir las cartas, no me la dieron aquí, yo la traje.
-Aaah... es para abrir las cartas. —le dije dejándola en su lugar, ahg... ¡iba a ser rápido y sin sufrir! —es más fácil y rápido usar esto. —me encojo de hombros y dejé la daga en su lugar.
-Aja... ¿y por eso ibas detrás del jefe mirándolo como Chucky cuando quiere matar a Andy? —es muy extraña su comparación... pero es Jane, no espero mucho de ella.
-Estás loca... pero da igual, ¿qué quieres? —no puedo evitar mi lado malvado cuando el tarado de mi jefe está cerca de mí. —estoy algo atareada con el trabajo.—murmuré haciendo una mueca.
-¡Oh sí! Solo venía a ver si estabas bien, ya que no dormiste en el departamento. —me dijo moviendo sus cejas y yo solo rodé mis ojos. — ¿a dónde fuiste? ¿con quién?
-No es lo que piensas, en la noche te cuento. —ella apenas iba a hablar, pero llegó Ian. —buenos días señor Blake, ¿en qué puedo ayudarle? —sí puedo ser educada, aunque no lo parezca.
-Señoritas buenos días, ¿se encuentra Matt? —dijo besando las mejillas de ambas y noté a Jane sonrojarse... que tonta, cómo puede gustarle un hombre cómo esté, es guapo, pero mujeriego.
-Si está, pero le advierto que no está de buen humor. —le dije enojada porque recordé que me regañó. —pero, puede pasar, está desocupado. —murmuró mirándolo.
-¿Sí? No te preocupes ya me acostumbre, nunca está de buenas, con su permiso, señoritas. —dijo guiñándome un ojo y se fue.
-¿Eso que fue? —dijo Jane frunciendo su ceño parecía molesta y se acercó un poco más a mí.
-¿De qué hablas? —la miré confundida, a veces soy despistada por estar pensando en otras cosas. —no entiendo a qué te refieres, no fue nada.
-¿Por qué te guiño el ojo? ¿Con él pasaste la noche? —Ahhh... que mente tan extraña tiene. —dime la verdad, no mientas.
-No lo sé y no... ¿por qué tanto interés? No es cierto... ¿estás celosa? ¿te gusta Ian? —solté una carcajada, maldita loca, como le va a gustar ese. —no puede ser, Jane.
-¡No! ¡Claro que no y baja la voz! —me dijo antes de irse corriendo, que lastima Ian está buenísimo y pensaba jugar un rato con él, pero si le gusta no haré eso, me senté justo cuando sonó mi celular así que lo saqué de mi bolso frunciendo mi ceño al contestar ya que no tenía el número registrado.
-¿Hola? ¿Quién habla? —sigo con mi ceño fruncido mientras comienzo a ordenar unos papeles.
-Soy Frank, nena, en tu bolso está una pequeña caja, dentro tiene un audífono para que puedas escuchar lo que están hablando tu jefe y el otro. —de seguro Marcus le dio mi número, no quería que lo tuvieran, compraré otro para mi otro trabajo, los conozco y son capaz de revisarlo.
-Está bien... ¿algo más? —no quiero trabajar y mucho menos escuchar la voz de mi tonto jefe. —esto será irritante, en serio espero la paga sea buena. —gruñí bajo sacando la caja de mi bolso.
-No,solo eso y sí, es bastante buena, suerte nena. —en cuanto colgó me puse elaudífono comenzando a escuchar lo que hablaban.
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