Se supone que le dije a mi jefe que renunciaba, así que en cuanto llegamos al aeropuerto me bajé lo más rápido que pude para tomar otro vuelo, pero el muy imbéc*l me cargó metiéndome a la camioneta y dijo que no aceptaba mi renuncia ya que había firmado un contrato, ahora que lo pienso ni siquiera recuerdo qué decía ese contrato, pero no tengo cabeza para eso, en estos momentos nos bajamos de la camioneta, casi me da un infarto, porque es el hotel de Antonio.
Tantos malditos hoteles y tenía que ser el suyo, ¿en serio? «¡¿Mie*da por qué a mí?! Sé que me he portado mal, pero vamos no seas así karma» Saqué de mi bolsa unos lentes y me solté el cabello, ya que lo traía en una coleta. Mientras estaba en mis pensamientos de cómo mie*da le voy a hacer para que Antonio no me vea, lo único que alcancé a escuchar fue "su suite ya está lista" Se supone que son dos habitaciones, no una.
-¡ESPERE! ¡¿QUÉ?! —grité mirándola, casi dejé sorda a la recepcionista, pero no me importa. —me repite por favor lo que dijo, porque creo que escuché mal.
-Le decía a su novio que ya está lista su suite... —cómo se le ocurre decir tantas babos*das, pero es que yo no voy a dormir junto a él.
-¿NOVIO? ¿SUITE? ¡ESTA LOCA! ¡YO NOVIA DE ESTE! ¡NEL! ¡YO QUIERO UNA HABITACIÓN PARA MI SOLA! —le grité a la recepcionista y me miró asustada. —no me importa lo que haga quiero otra habitación.
-Disculpe señorita, ahorita mismo lo arreglo. —solo asentí y ella comenzó a hacer no sé qué tanto y creo que se puso un poco pálida cuando me miró. —señorita lamento decirle que ya no hay más habitaciones disponibles. —hay me va a dar algo, no quiero estar cerca de él.
-PUES ME VALE UNA MIER...MMM.... —no terminé de hablar porque me taparon la boca y cuando volteé para ver quién era pues resulta que es mi jefe, me miraba como si me quisiera matar.
-Ya cállese, no haga dramas y caminé, gracias señorita yo me encargo, solo deme la llave. —la estúpida recepcionista le entregó la llave y él me empujó para que caminara al ascensor.
-mmm...suemdfjhk fd!! —ni siquiera puedo hablar el muy imbéc*l no me suelta y es incómodo.
-¿Dijo algo? No le entendí. —rodé los ojos y como pude saqué mi lengua para lamer su mano y el me soltó de inmediato, que delicadito me salió.
-¡Le dije que me soltara! —le grité separándome de él y mirándolo enojada, no sé si agradecer o maldecir por estar solos en el ascensor. —jamás vuelva a ponerme una mano encima.
-Ya le había dicho que no me levantara la voz, además que puerca es, como se le ocurre lamer mi mano. — ¿me dijo puerca? Desde ahora va a conocer a una verdadera puerca. —no quiero que lo haga otra vez.
-No me diga nada, que no me dejó de otra, ¿quería traerme todo el día así? —bufé cruzándome de brazos. —se lo advierto, no me vuelva a tocar y mucho menos tapar la boca.
-¡Maldición ya cállese! —me gritó y yo lo miré mal, quiere que me calle entonces le haré la ley del hielo «que madura eres, Allison» Tu cállate estúp*da conciencia, «si yo soy estúp*da tú también» Pero...pero ¡agh! Tú no te metas en lo que no te importa, dejé de pelear con mi estúp*da conciencia porque llegamos a la suite, mi jefe abrió la puerta entrando primero vaya que educado es dejándome atrás, pero bueno en cuanto entre tiré mi maleta en el pasillo, la costumbre de ser super ordenada, y mi jefe se me quedó viendo.
-Levante esa maleta y acomódela en su lugar. —me dijo entre dientes y cruzándose de brazos, yo solo levanté la ceja y no dije nada. — ¿Qué no me escuchó? —me volvió a decir y cómo dije le haré la ley del hielo. — ¿No me va a contestar? —me dijo enojado y yo solo miré mis uñas, sí que no aguanta nada.
-Desde ahora le voy a hacer la ley del hielo, solo le voy a hablar por cuestiones de trabajo, no por algo más. —me di la vuelta, pero él inmediatamente se puso enfrente de mí impidiéndome el paso. — ¡Quítese, déjeme pasar! —le grité frunciendo mi ceño.
-Sabe...esa actitud de niña malcriada ya me está cansando. —dijo dando unos cuantos pasos hacia mí, así que retrocedí un poco. —no sabe con quién se está metiendo. —habló amenazante.
-¿Malcriada? ¿Yo? Nel carnal, yo me porto bien. —le dije haciéndome la graciosa «otra nota, debo de dejar de hablar cómo Tato» Quería hacerlo reír, pero no funcionó, siguió serio y comenzó a quitarse el saco, la corbata, se empezó a desabrochar la camisa, ¡Ay no! ¿qué le pasa?
-¿Y sabe otra cosa? A las niñas malcriadas se les debe de dar un castigo. —dijo y se empezó a acercar más a mí, ya no trae la camisa, ¡mie*da! ¿qué hago? «¡Pues tíratelo! ¡No seas bab*sa!» Tu cállate conciencia en estos momentos son en los que me debes de ayudar «si creo que tienes razón, pero no es mi culpa» ¿Entonces de quién? «de las hormonas» ¡Jód*te! Dejé mi pelea a un lado con mi otro yo porque mi jefe ya me tenía acorralada en la pared.
-Eee...señor no creo que sea para tanto era una simple juego... ¡una broma! —le dije tratando de soltarme, pero no pudo, maldito idi*ta. —no creo que esto sea apropiado, señor Carpenter.
-Esto es para que aprendas que conmigo no se juega. —me sujetó de la cintura y ¡me besó! Pero como ya saben la carne es débil, no tarde mucho en responder el beso, él comenzó a meter sus manos por debajo de mi blusa y si no hubiera sido por que alguien tocó la puerta no nos hubiéramos separado, no sé si dar gracias por eso o, ¿no? Es que besa tan...mejor olvidamos eso, aquí nada pasó.
-Yo voy, no se preocupe, señor. —le dije y me fui corriendo a abrir la puerta, sin embargo, me arrepentí de haberlo hecho, esto no me puede estar pasando a mí.
-Vaya, vaya... —dijo con una enorme sonrisa en su rostro en cuanto abrí la puerta. — que sorpresa, ¿a quién tenemos aquí?
-...Antonio... —susurré sintiendo un ligero dolor en el pecho, ¡¿mie*da por qué a mí?! Ya me morí...
*Narra Matt*
Desde que Allison dijo la palabra "renunciar" sentí una presión en el pecho que no me dejaba respirar y me puso furioso que ella se quiere ir de mi lado, pero me enfurece más el hecho de yo no quiero que se aleje de mí, este sentimiento que estoy empezando a sentir por ella no me está gustando para nada, no quiero que me vuelva a pasar lo mismo que con...no vale la pena ni siquiera mencionar su nombre, en fin, ni loco acepto su renuncia, ella no se va a alejar de mí, bueno por lo menos hasta que consiga lo que quiero.
Desde hace un rato que nos instalamos en el hotel que es de uno del nuevo socio de mi empresa, cuando entramos Allison se quitó de su peinado colocándose unos lentes, ¿qué mosco le pico? Traté de no decirle lo ridícula que se veía y seguí caminando hasta llegar a la recepción. En cuanto ella escuchó que nos dieron una suite salió de la pequeña burbuja en la que se encontraba y casi mata a la pobre recepcionista con todos esos gritos, no me quedó de otra que taparle la boca con mi mano llevándomela directo al ascensor, tenerla así pegada a mí se sentía tan bien como si ese vació desapareciera por completo, pero después sentí mi mano húmeda, me di cuenta que me lambió la mano así que la solté de inmediato, no pude evitar regañarle, pero me gritó, se la pasa gritándome, eso no se lo puedo permitir.
No sé si pueda controlar mis ganas de asesinarla o de quitarle toda su ropa y poseerla, sin embargo, tuve que controlarme, entre a la habitación dejándola atrás, ya que si la dejo pasar primero le veré ese trasero que tiene tan...mejor dejaré de pensar en eso porque creo que va a notar la erección que se estaba comenzando a crecer.
Después de que entré, ella caminó tras de mí tirando su maleta en medio de la habitación cosa que me enojó y obviamente no pude contenerme, comencé a decirle muchas cosas que no les dio importancia, aunque dijo que me haría la ley del hielo ¿cómo puede ser tan infantil teniendo esa edad? ¿en serio? Eso me enfureció más y me puse en frente de ella, no pude controlarme más y la besé, comencé a meter mi mano por dentro de su blusa, cuando ella me respondió el beso sentí como si mi corazón se me fuera a salir del pecho, pero esa sensación se esfumó tan rápido como llegó porque alguien tocó la puerta y ella se fue corriendo a abrir, en cuanto lo hizo ella dijo el nombre de Antonio y sentí unos celos enormes, ni siquiera se quien mie*da es Antonio, sin embargo, ya lo quiero estrangular. Me acerque para ver quién era ese tipo, al verlo resultó ser el nuevo socio... pero ¿ella cómo lo conoce? Sin embargo, en cuanto me coloqué a un lado de ella los dos posaron su mirada en mí.
-¿Cómo es que se conocen? —no pude evitar mis ganas de saber que tienen estos dos. —no me hagan repetirlo, quiero saberlo. —fruncí mi ceño bajando la mirada hacia Allison. — ¿se conocen?
-Eee....buenolo que pasa es que. —me dijo nerviosa desviando su mirada, en serio me estoy cansado de su silencio.
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