CUANDO TE CONOCÍ
El día de hoy fui a pasear por el parque. Durante el paseo, pasé por una escuela, y eso me recordó a ti. Sé muy bien que tal vez no tenía mucha relación, pero no pude evitar pensar en aquella ocasión cuando nos conocimos.
Recuerdo que en ese entonces tenía unos dieciocho años; tal vez tú tenías diecinueve o veinte. Era el primer día de clases, yo estaba ansiosa, temerosa y, al mismo tiempo, emocionada por iniciar una nueva etapa en mi vida.
Aún no conocía el lugar, todo, en ese momento, era nuevo para mí. Recuerdo que la escuela era enorme, a mi punto de vista, pues nunca había estudiado en un lugar tan grande como ese. Creo que, en aquel momento, siempre me perdía por los pasillos.
También, recuerdo que, hace no mucho, me había mudado a ese lugar. Yo no era de vivir en ciudades muy conglomeradas; era más de vivir en lugares tranquilos y silenciosos, de hecho, un poco alejado de la ciudad. No diría que vivía en un pueblo, pues no era tan remoto, ni tan campestre. Es cierto, ese lugar ya estaba bastante urbanizado, pero no lo suficiente como la gran urbe a la que recién me acababa de mudar.
Yo estaba sola, mi familia había preferido quedarse. En esos días era yo contra la enorme ciudad, porque no tenía ni un poco de familiaridad con el lugar. Aún no sabía muy bien la ubicación de cada cosa, ni de cada lugar, por lo que era complicado transitar por esa enorme ciudad.
Yo odiaba pedir direcciones, porque nunca me daban la dirección correcta. Lo detestaba porque sólo me hacían vagar sin rumbo por la ciudad. Ese día ocurrió lo mismo, a pesar de que, llevaba conmigo un mapa de la ciudad y de haber preguntado a tantas personas, no pude llegar a la escuela hasta dentro de una o dos horas más tarde.
Cuando por fin la encontré, estaba anonadada de tan grande que era esa escuela. Sin embargo, también estaba decepcionada, pues ya había llegado tarde. Ahora sólo esperaba el momento en el que iniciara la próxima hora para entrar a la siguiente clase.
Por lo mientras, empecé a buscar el salón de clases. Debido a que, no sabía por donde era, prácticamente estaba por la escuela caminando sin rumbo. No sabía por dónde iba, ni a donde estaba yendo, pero estaba segura de a donde quería llegar.
Yo estaba caminando por uno de los pasillos cuando me percaté de que, una persona, estaba durmiendo recostada en una banca de los jardines. Sabía que no debía de despertarle, pero, aun así, necesitaba encontrar el salón. Me decidí acercarme. Fue en ese momento cuando te conocí.
Abriste los ojos y me miraste fijamente por un largo rato. Yo no pude evitar desviar la mirada con algo de timidez. Recuerdo haberte preguntado cómo llegar a ese salón que tanto estaba buscando. Me indicaste la dirección amablemente y seguiste con tu vida como si nada hubiera sucedido.
No tiene sentido que recuerde esto, pero aun así lo hago. Recuerdo tu rostro perfectamente; así como todas las direcciones que te obligué a decirme solo para verte una vez más. Fue de esa forma como te conocí, preguntando direcciones para poder llegar a ti.
Elissa.

Comments (0)
See all